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Introducción
- El hecho es que la mencionada resistencia que el EuroStoxx 50 no ha conseguido romper ha desembocado en un descenso que, de perder el soporte -y las cosas no pintan bien-, bien podría acabar en los gélidos 4000 enteros, mínimos de marzo. Así las cosas, amigos, toca ser precavidos con nuestras inversiones. Resguardad esos cheques, ocultad las tarjetas de crédito. Es más sensato esperar a que el mercado retome la calma antes lanzarse a la aventura.
- Por otro lado, en el ring financiero, se encuentra el Banco de Japón, que está rompiendo la baraja en este escenario de incertidumbre económica. Mientras el resto del mundo se decide por el incremento de los tipos de interés, el Banco de Japón se mantiene firme en su posición, manteniendo su tasa en un -0,10%. Un gesto de rebeldía frente al consenso general y una negativa rotunda a sucumbir ante las presiones del mercado. Además, promete medidas de estímulo como paliativo ante un posible retroceso económico, manteniendo el control en lo que respecta a la rentabilidad de sus bonos.
- En este agitado entorno, el bono soberano estadounidense a 10 años ha tomado el toro por los cuernos, alcanzando una rentabilidad del 4,5%, cifra que no se observaba desde 2007. Este movimiento indica la convicción del mercado acerca de las acciones de la Reserva Federal, concretamente de una posible subida adicional de los tipos este año. Quizás, el próximo año no todo serán caídas.
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Inestabilidad en las bolsas europeas
- ¿Les resulta intrincado desentrañar las causas de este devaneo? Bueno, parece que los bancos centrales han adoptado un comportamiento beligerante, girando hacia posturas más severas tras recientes encuentros, y con ello han desencadenado un invisible dominó en los mercados. Pero no perdamos la calma; no todos osan un vuelo agresivo, y entre tanto halcón, alguna paloma siempre encuentra margen para volar.
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Joan Cabrero, reputado asesor de Ecotrader, en ciertos círculos ha llegado a obtener status oracular en materia de finanzas. Parece que previó la coyuntura con su vaticinio de que, a menos que el EuroStoxx 50 remontara y superara la resistencia de los 4340 puntos, podríamos estar al borde del abismo de la zona de soporte. Y sí, amigos, el EuroStoxx 50 no ha hallado la fortaleza para alzarse y superar el desafío, y ha elegido la espiral descendente. Por lo tanto, hagan acomodo, ajusten el cinturón, porque este avión podría estar en ruta hacia los mínimos de marzo, en torno al umbral de los 4000 puntos. En lenguaje de Cabrero, lo más prudente es preservar paciencia y esperar a que estos soportes alcen vuelo antes de aventurarnos a tomar posiciones en la bolsa europea.
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Sin embargo, no todo es sombras y descensos. En un giro kafkiano de los acontecimientos, el Banco de Japón parece moverse al ritmo de su propia melodía, manteniendo con firmeza las tasas de interés en un -0,10%. Lejos de seguir la manada, opta por garantizar estímulos en caso de contracción económica, y se aferra al control de la rentabilidad de los bonos. Uno siempre puede contar con los japoneses para cambiar el juego.
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¡Vaya con la sorpresa! La rentabilidad de la demanda de los T-Bonds estadounidenses a diez años ha anclado, por primera vez desde el ya lejano 2007, un porcentaje de retorno del 4,5%. Este hito en el gráfico de rentabilidades trae aires de que el mercado se ha cargado de energía, creyendo que la FED guarda en su mazo una carta ganadora, configurando un escenario de aumento de tasas de interés. Además, la tendencia para el año entrante no parece que prometa la suavidad de un lago al amanecer. ¡Parece ser que se necesitará de algo más potente que un Red Bull para solventar este trance! Así que, queridos amigos, hasta la próxima entrega, resistan firmes y prepárense para una verdadera montaña rusa en los mercados europeos.
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La resistencia del EuroStoxx 50 y el riesgo de un descenso
- «Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, nos lo explica tan claro como el agua. Si aspiras a invertir a mediano plazo en el mercado europeo, sería adecuado acomodarte en el sofá, prepararte un café y disfrutar de una buena serie. No hay emoción alguna, pero al menos te ahorras el vértigo de ver tu capital desaparecer. Lo prudente, según Cabrero, es aguardar a que el soporte demuestre solidez y sostenga el peso del EuroStoxx 50. Solo cuando eso suceda, podremos considerar hacer nuevas inversiones.»
- Por otro lado, en un giro insólito, ¿sabías que el Banco de Japón ha decidido marcar su propia senda? Mientras el resto de los bancos centrales optan por subir sus tasas de interés, el nipón le apuesta al extremo contrario situándose en un -0,10%. Porque la originalidad es valiosa, ¿cierto? Y además, se compromete con estímulos económicos si la economía manifiesta contracción, manteniendo un riguroso control sobre los rendimientos de los bonos.
- Y en tanto, el bono del tesoro estadounidense a 10 años se une a la celebración, logrando una rentabilidad demandada del 4,5%, una métrica que no se alcanzaba desde 2007. ¿Será acaso un indicio de que los mercados confían en que la Reserva Federal aumentará aún más los tipos en este año? ¿O creen que las posibles reducciones para el próximo año no serán tan drásticas como se preveía?
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Política de tipos de interés del Banco de Japón
- Podríamos imaginarles realizando contorsiones fiscales, más bien, este es su protocolo monetario. Algunos esbozan la teoría de que el Banco del país nipón está interpretando el gran libro de la economía a su antojo: frente a nuestra percepción de ascensos, ellos sólo vislumbran descensos. ¿Nos encontramos ante una medida de estímulo o es un mecanismo defensivo? El enigma persiste.
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Al margen de las decisiones «hawkish» o halcón, características de los principales bancos centrales, el Banco de Japón dirige su curso económico adoptando una política más «dovish» o paloma. Para quien no esté familiarizado con este ornitológico lenguaje financiero, implica mantener una destacada política de estímulos, evitar el aumento de las tasas de interés y procurar controlar la rentabilidad de los bonos.
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Pareciendo extraído de una trama de suspense financiero, el banco garantiza la implementación de estímulos si la economía sufre una contracción. Como un flotador invisible que se inflaría automáticamente al advertir que los mercados comienzan a zozobrar.
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Esta singular actuación del Banco de Japón puede entenderse como una irónica sonrisa en medio de un agitado mar de dudas financieras. Aunque convendrá esperar y observar si esta política poco convencional logrará preservar la estabilidad de la economía doméstica en una era de globalización, en la que las economías rivalizan por mantenerse en el trapecio financiero.
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Rentabilidad del bono soberano estadounidense
- Todo esto parece hacer eco de las tendencias que están modelando las expectativas del mercado. Con esa voracidad de querer ir siempre a la cabeza, la Reserva Federal parece decidida a incrementar los tipos antes de que finalice el año. Una estrategia que contrasta con las previsiones que apuntaban a un freno para el próximo año. Un freno que, al parecer, será tan suave que incluso se asemeja más a un placentero paseo por billetes verdes que a la habitual carrera de saltos de obstáculos financieros a los que estábamos habituados.
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Entonces, aunque parezca contradictorio, la bonanza económica de Estados Unidos se apoya en la expectativa de un respiro. Pero recordemos, una inflación controlada no tiene por qué traducirse en un fenómeno negativo. Y, no lo olvidemos, estas rentabilidades se perciben en dólares, es decir, por muy tentador que pueda parecer ese 4,5%, siempre existe el riesgo divisa. La tentación puede cambiar de sabor al traducir esos dólares a euros y la sorpresa resultar amarga.
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Conclusión
- Dentro del revuelo de los índices bursátiles, encontramos a Joan Cabrero, un experimentado líder de Ecotrader, quien, con su vasto conocimiento, nos guía a través de la niebla de la duda y, con frialdad pragmática, recomienda resistir el temporal, esperando que el EuroStoxx 50 arribe al seguro puerto del soporte principal antes de realizar nuevas adquisiciones a medio plazo.
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En contraposición a este mar revuelto, encontramos la serenidad de la política del Banco de Japón, que, obstáculo tras obstáculo, sigue el rumbo inverso con su sistema de tipos de interés en -0,10%. Un faro en el Este que no duda en lanzar salvavidas en forma de estímulos económicos ante cualquier indicio de conmoción económica.
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Mientras tanto, en el horizonte, la rentabilidad exigida al bono soberano estadounidense ondea como bandera en medio bajel registrando un 4,5%. En consecuencia, el mercado parece entender que la Reserva Federal, como buen patrón, no ralentizará de forma tan precipitada su ritmo de baja de tipos el año próximo.
Ponte cómodo, abróchate el cinturón, porque el mercado de valores europeo pasa por momentos de gran intensidad que recuerdan a una montaña rusa. Desde tu prudente posición como inversor, visualiza este escenario imaginando un descenso precipitado que surge del espíritu hawkish de las instituciones financieras, y un techo marcado por la firme resistencia que el EuroStoxx 50 presenta en torno a los 4340 puntos. Prepárate para una posible caída del 2% que, quién sabe, podría no haber finalizado aún.
Así están las cosas, camaradas inversores. Vivimos épocas de vértigo y mantenerse informado es el bote salvavidas en esta tormenta. Confiemos en que el próximo capítulo se traduzca en una historia de superación, con pastos verdes de ganancias y no más caídas. Pero para eso, yo estaré aquí, ajustando el rumbo según las noticias al más puro estilo cibernético.
La semana en los mercados del viejo continente ha resultado francamente adversa. No, amigos, no hagan equívocos; no nos referimos a una desvalorización de los trastos olvidados en el fondo de un desván, estamos hablando de una baja cercana al 2% en los estimados mercados financieros desde que arrancó la semana. Sí, 2%, no hay confusión en los dígitos, y da la sensación de que la pendiente puede llegar a ser incluso más pronunciada que la del formidable Everest. Con este ritmo, no es improbable temer que podamos recalibrar mínimos no vistos desde los inicios de las cuarentenas, allá por marzo, y ese es un flashback que a la mayoría de las billeteras preferiría evitar.
¡Vaya! Se vislumbra que el EuroStoxx 50 parece jugar una batalla encarnizada con su resistencia fijada en los 4340 puntos. Y la contienda, lejos de ser amigable, está saliendo victoriosa. Un pulso desafiante que más bien evoca a un combate de bancos de guerra en alta mar. Esa barrera que se muestra reacia a ser superada está incitando el temor a una caída que podría ser monumental.
Es como si estuviésemos en el tapete verde de una partida de póker donde el EuroStoxx 50 jugase a confundirnos con un farol. Pero siempre llega el momento de descubrir las cartas sobre la mesa. Lo que en un inicio eran expectativas prometedoras, se está convirtiendo en un descalabro considerado. La dificultad para romper el límite de los 4340 puntos se manifiesta en un declive empinado, de esos que marcan.
El descenso podría conducirnos a los niveles más bajos de marzo, rondando las 4000 unidades, si el soporte decide desmoronarse.
Como sea, es evidente que los mercados financieros siempre nos asombran. En momentos de incertidumbre, cualquier pequeño indicio puede ser la chispa que provoque un incendio. Mantén la guardia alta y no permitas que cualquier revés te tome de sorpresa.
En un panorama financiero donde los mercados europeos se zarandean y las tasas de interés son tema de debate habitual, Japón decide apostar por una estrategia distinta, podríamos decir, con cierto talante insurrecto. Navegando contracorriente a las directrices adoptadas por numerosos bancos centrales globales, el Banco de Japón opta por mantener su tasa de interés en niveles bajos, anclada en un persistente -0,10%.
Resumiendo, el Banco de Japón es análogo a ese amigo que, en una noche de fiesta, opta por un té mientras el resto se decanta por el whisky. Habremos de ver si su elección le permitirá eludir la resaca económica o, en cambio, se convierte en la pieza que falta para completar nuestro puzle de la crisis mundial.
Estimados lectores, parece que los inversores de Nueva York ya no saben qué hacer con sus selectos sombreros Wall Street. La atractiva rentabilidad del 4,5% del bono soberano americano a 10 años ha provocado más de un sobresalto en la ciudad del rascacielos. Y no es para menos, estamos observando indicadores que no se contabilizaban desde la época pre-iPhone, es decir, desde 2007, cuando aún recurriamos al aire golpeando las aspas de un abanico en lugar de contar con un climatizador.
En resumen, apreciado seguidor, no se deje encandilar por el falso esplendor del bizcocho de manzana. En muchos casos, la mejor elección es no bailar al ritmo que marcan los demás, sino establecer el compás que mejor se ajuste a nuestros propios beneficios. La bolsa tiene sus ciclos y, aunque pueda pintar rosas rojas en el horizonte, no olvide que las espinas siempre están presentes.
Frente a la tempestad financiera que arrastran estos días plagados de incertidumbre, el mercado bursátil europeo se enfrenta a una realidad de cifras que parecen apuntar hacia un inminente declive. A pesar de ello, en este océano mercantil lleno de sobresaltos, cada marea alta puede ser una oportunidad dorada y, como reza el refrán marinero, es en la quietud del puerto donde nos preparamos para la dura travesía.
Ante estas mareas cambiantes en el océano convulso de las finanzas, como un canto de sirena, nos recuerdan la crucial importancia de permanecer informados y contar con una apropiada orientación financiera a nuestro lado para no zozobrar en nuestras travesías de inversión. En este contexto, ficoach continúa en línea de flotación, dispuesto a ayudarte a maniobrar en la tempestad y guiar tu navío hacia el paradisíaco mar de los beneficios. ¡Atención, inversores! ¡Alzad anclas y preparaos para la singladura! El viento de la oportunidad sopla con fuerza para aquellos que conocen cómo sortear los embates en aguas agitadas.
Fuente de la noticia: https://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/12456146/09/23/europa-se-juega-una-caida-del-4-si-pierde-el-soporte-de-los-4170-puntos.html