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Introducción
- Se avecinan tormentas en forma de huelgas automovilísticas de gran calado, la recuperación de los pagos de deudas estudiantiles al modo del espectro de la ópera y la amenaza de un cierre gubernamental.
- El aparente optimismo de un ‘aterrizaje suave’, ese eufemismo que reduce a una desaceleración paulatina lo que bien podría ser una caída libre, puede ser tan efectivo como un paraguas de celulosa. La experiencia histórica nos enseña que cuando todos se ilusionan con un aterrizaje suave como el de un cisne, lo más prudente es prepararse para el estruendo de un paquidermo.
- Como si fuera poco, ahora mismo la incertidumbre se pasea por Wall Street. Las tasas de interés ascienden como una cometa en día ventoso, los ahorros acumulados en tiempos de pandemia se reducen a un ritmo que alarma, y el crudo lo vemos despegar a velocidades supersónicas. Este coctel explosivo, combinado con las otras problemáticas expuestas, puede activar la señal de recesión en el tablero económico de USA mientras tomamos el café matinal.
- Aunque la celebérrima bola de cristal económica insista en augurarnos más de lo mismo, las recesiones tienen la rebeldía de desafiar las predicciones y aparecer repentinamente, azotando la economía y dejándonos perplejos ante su imprevisibilidad.
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Sumado a este nerviosismo, las acciones de la política monetaria se manifiestan con la sutileza de un felino en alfombra. Las repercusiones económicas de los vaivenes de la Reserva Federal nos mantienen en vilo, a la espera de sus verdaderas consecuencias.
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Para rematar, varios indicadores están enturbiando el panorama. Los economistas han puesto el foco sobre ingresos, empleo, gasto del consumidor y producción industrial como presagios de la temida recesión.
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Por tanto, quizás sea prudente guardar la camiseta de Aterrizaje suave como el de un cisne, y comenzar a prepararnos. Con el cúmulo de factores actuales y las posibles complicaciones en camino, una recesión podría estar agazapada, esperando el momento adecuado para mostrarse.
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Los Aterrizajes Suaves: ¿Un Presagio de Recesión?
- Ahora viene el notición: en términos económicos, el «aterrizaje suave» radica en un freno controlado del crecimiento para evitar el calentón de la «inflación controlada» y esquivar, de paso, la embestida de una recesión. Chupado, ¿no? Pero qué va, amigo mío, el «aterrizaje suave» no es necesariamente malo. Ni mucho menos. Su propósito es mantener un equilibrio y evitar que la economía se vaya a pique como el Titanic.
- Aunque, la verdad, la economía es como cierta vieja conocida díscola y contraria a mis principios: en teoría todo va sobre papel, y luego la realidad es tan bribona que saca a relucir los dientes. No te dejes engañar por los cantos de sirena de la «transición suave», porque la Historia, esa vieja zorra, nos ha demostrado que cuando los expertos empiezan a vitorear el «aterrizaje suave para la economía», es hora de preparar los chalecos salvavidas.
- Y ojo, porque estos aterrizajes melifluos precedieron las recesiones pasadas con un ritmo tan afinado que casi da miedo. Al fin y al cabo, las recesiones son bichos revoltosos, que te ponen la vida patas arriba y te recuerdan amargamente que el futuro no es una línea recta bien tirada con regla y lápiz.
- Ahora, preparen todos sus sentido, porque aquí llega la bofetada de realidad: la combinación de factores económicos actuales y posibles «signos de recesión» apunta a una recesión más cercana de lo que nos gustaría. Las «Tasas de interés» danzan como bailarinas de Charleston, los «Ahorros pandémicos» se han esfumado como ilusionista de garito, y los «precios del petróleo» suben como si le hubiera picado la tarántula del alza de precios.
- No olvidemos, además, que la política monetaria es más lenta que el caballo del malo. Es como el cubata cargado que pones en manos de tu amigo en la fiesta: al principio todo son risas, y cuando te das cuenta es ya demasiado tarde y tienes a todo el mundo dándolo todo encima de la mesa.
- Resumiendo, amigos míos, creer ciegamente en el «aterrizaje sin rasguño» puede llevar a una despreocupación que podría salir cara. La economía, al igual que la vida y todas las ex novias, nunca es predecible. La desagradable sorpresa de una recesión podría estar agazapada tras la esquina, esperándote como la gangrena. Así que mejor tener los ojos como platos y prepararnos para alguna que otra sacudida, ¿no creéis?
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Factores Actuales de Riesgo: Inflación y Tasas de Interés
- Inseguridad en torno a las Tasas de Interés: Con todo lo expuesto, se entiende la preocupación en torno a las tasas de interés. La Reserva Federal, ante este panorama, intenta aplicar su política de incrementos de manera cautelosa, pero igualmente se encuentra bajo la urgencia de contener la inflación a sus límites.
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Agotamiento de Ahorros y Ascenso del Precio del Petróleo: Junto a las tasas de interés y la inflación, existen otros aspectos que podrían tensionar la economía de los Estados Unidos: la disminución de los ahorros y el ascenso del precio del petróleo. Con la pandemia llegando a su fin, los ahorros acumulados durante este periodo podrían decrecer, afectando directamente al consumo. Al mismo tiempo, el precio del petróleo ha subido de manera notable en los últimos meses y se prevé que mantenga la tendencia, afectando también directamente a la inflación.
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El Papel de la Política Monetaria
- Consideremos, si se me permite la licencia, que la política monetaria es comparable a un fiero toro de lidia, y nuestra economía fuese el delicado engaño del capote del torero que intenta dominarlo. Se me ocurre que nadie estaría dispuesto a ponerse los zapatones del matador en esa tesitura. Incrementos en las tasas de interés por aquí, impresión de billetes por allá, es como hacer caminar a un gigante adormecido.
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Cuando la Reserva Federal decide ponerse seria y se dispone a elevar las tasas de interés, es como si zarandearan el árbol de la economía para ver qué cae. Hay un antiguo proverbio que dice «quien duerme, pierde«, aunque en ocasiones puede ser más conveniente no despertar al gigante.
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Uno se cuestionaría, ¿el motivo de la subida de tasas? Fácil. En una economía de aparente bonanza, frenar el crecimiento es vital para evitar un recalentamiento que podría desembocar en un desplome. Aun así, los efectos de estas decisiones suelen ser de «larga y variable latencia«, como si nuestra economía fuera un monumental buque que no puede cambiar de rumbo a la ligera.
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De ahí la evidencia de que los efectos a pleno de las recientes alzas de la Reserva Federal aún están cocinándose, como un bizcocho al que aún le queda un rato en el horno antes de que suene la alarma.
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A pesar de las razonables alertas por parte de los más escépticos ante las decisiones de política monetaria, debemos recordar que estas son herramientas esenciales para ensamblar nuestra economía en el delicado alambre del equilibrio. Y no olvidemos que, por mucho que haya quien mueva los hilos, todos somos actores en este escenario. Incluso en economía, siempre resuena un «el espectáculo debe continuar» en alguna parte.
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Los Indicadores Económicos y las Alarmas
- Signos de recesión: Así que, ¿qué señales de alarma económicas debes vigilar? Bueno, tu primer paso podría ser revisar las cifras de ingresos y empleo. Estancamientos o declives en estos indicadores pueden adelantarnos problemas. Si las retribuciones caen, la población tiene menos recursos para gastar, lo que impacta directamente en el consumo.
- A la vez, si el número de puestos de trabajo empieza a menguar, indica que las empresas están ajustándose el cinturón por puro instinto. No parecen tener un pronóstico muy positivo sobre el futuro, ¿verdad?
- Tasas de interés/Ahorros pandémicos: ¿No estás del todo convencido aún? Entonces, deberías considerar el gasto del consumidor. Si este disminuye, es un aviso de que podríamos estar perdiendo confianza. Cuando las personas se ponen nerviosas, empiezan a ahorrar. Y es sabido que si el consumo se reduce, la economía entera se ve afectada.
- «Producción industrial»/«Posibilidad de recesión»: Esto nos lleva al final de nuestro sistema de alertas. Si echas un vistazo a la producción industrial, visualizarás cómo está trabajando realmente la economía. Un detenimiento en este sector es como un canario en una mina de carbón, una señal de alerta que algo en las profundidades no marcha bien.
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Conclusión
- Los indicadores de advertencia no son meros graznidos de aves de mal agüero: están ahí, sobresaliendo para quienes decidan prestarles atención. Paros en el sector automovilístico, el crudo despertar de los préstamos estudiantiles, y el nervioso titubeo del gobierno frente a un eventual cierre… Son escenarios que no nos gustaría experimentar.
- «El verdadero peligro radica en una confianza desmesurada, en la falaz creencia de que las fluctuaciones de la política monetaria no pueden azotar hasta dejar el panorama económico viendo estrellas.» Es imposible no rememorar las palabras del ilustre economista Milton Friedman, quien nos dejó en claro que las consecuencias de las políticas monetarias tienen «largos y variables retardos«.
- En esta interminable danza de las Tasas de interés, el desgaste de los Ahorros pandémicos y la creciente escalada del precio del petróleo, no hay certezas absolutas.
- Los Indicadores de salud económica ya están ondeando banderas rojas. Ingresos, empleo, gasto del consumidor y producción industrial emiten señales que sería imprudente ignorar.
- A fin de cuentas, no existe nada más engañoso que una Economía de EE.UU que se asemeja a una montaña rusa. Ascensos precipitados, caídas abruptas, giros desconcertantes… ¿Quién puede mantener la calma ante tal escenario?
- Cierto, no tenemos una bola de cristal para atisbar el futuro. Pero no hace falta ser Nostradamus para interpretar las señales que ya tenemos a la vista. Abriremos bien los ojos, la posibilidad de recesión podría estar acechando muy cerca. Porque, cómo bien dice el refrán, es mejor prevenir que lamentar.
En medio de una supuesta tranquilidad, con la inflación controlada, el empleo en auge y el consumo avanzando como en pleno estío, Estados Unidos parece representar a la perfección la prosperidad. Pero no nos equivoquemos, las apariencias engañan. Un popular adagio dice que algo trae el río cuando suena, y este, sin duda, está alborotado.
Eh, amigote! Si escuchas «aterrizaje suave», seguro que te vienen a la mente imágenes idílicas de aviones volviendo al aeropuerto tras innumerables horas en el aire. Pero en la esfera de la «Economía de EE.UU», más gris que un cementerio de elefantes en celo, ese término adopta un significado algo… movido.
Economía de EE.UU: El panorama económico de los Estados Unidos se encuentra en un terreno inestable debido a varias incógnitas, pero entre las más destacadas se encuentran la inflación y las variaciones en las tasas de interés. Aunque nos encontramos ante una aparente estabilidad económica, es clave analizar estos elementos para asimilar la posibilidad de que el desenlace sea menos suave de lo previsto. Profundicemos.
En relación a la inflación controlada, es un parámetro aún controlado, sin embargo, tenemos que prestar atención a aquellos que nos alertan de una posible aceleración, teniendo en cuenta factores como el incremento en el precio del crudo y la reactivación de los pagos hacia las deudas estudiantiles. Las señales están al rojo vivo, y es que un aumento abrupto de la inflación podría ser el empujón que haga caer la economía hacia una recesión.
Por otro lado, la volatilidad de las Tasas de interés genera cierto grado de inestabilidad en el escenario financiero. Es cierto que la Reserva Federal aplica una política de incremento de las tasas para contener la inflación, pero el influjo en la economía de estos cambios a menudo tiene «retrasos largos y variables», así que aún nos encontramos evaluando sus repercusiones. La pregunta que queda en el aire es: ¿Un ascenso repentino de las tasas podría desencadenar una recesión? La respuesta es incierta, pero sería un fallo ignorar esta eventualidad.
En definitiva, aunque el escenario actual transmita estabilidad, es conveniente mantenerse alerta. Los aterrizajes suaves para la economía a veces preceden a las recesiones, y existen suficientes señales de advertencia para prepararnos frente a un posible escenario de recesión.
El poder de las decisiones en política monetaria, tomadas por organismos como la Reserva Federal, constituyen un hecho de influencia absolutamente indiscutible, sobre el que nuestros economistas siguen cada rastro con ojos de lince.
En la próxima entrega, seguiremos la coreografía de la política monetaria y la economía en este turbulento océano del siglo XXI. Entre tanto, tened a mano el chaleco salvavidas y no perdáis de vista el horizonte. Estamos todos en el mismo barco, ¡Nos vemos en el próximo post!
Desafortunadamente, esto no es una ciencia exacta, y a veces las señales pueden equivocarse. Pero, como bien dice el proverbio, más vale prevenir que lamentar. Así que mejor es estar atentos a las señales y actuar con cautela. Recuerda, el conocimiento no es solo poder, también es un escudo contra las adversidades del cielo económico.
En lugar de caer presas del seductor pero engañoso encanto de un «aterrizaje suave para la economía«, es preferible afinar nuestra visión e intentar ver más allá. Al fin de cuentas, basta con un somero repaso de la historia para percatarnos que los periodos de prosperidad pueden desplomarse inesperadamente en recesiones.
Por otro lado, la complacencia puede convertirse en una trampa peligrosa. Nos encontramos en una delicada balanza, sobre una cuerda floja donde el equilibrista de la Economía de EE.UU avanza de cara al futuro, sin percatarse que el viento de las circunstancias puede hacerle perder el equilibrio en cualquier instante.
Fuente de la noticia: https://www.ndtv.com/world-news/why-a-us-recession-is-still-likely-and-coming-soon-4441678