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Introducción a la noticia
- Descubrimos que Idemitsu Kosan, bajo el radar, ha estado maniobrando desde 2001, sí, hace más de veinte años, en la fascinante y compleja disciplina de las baterías de estado sólido. Podría sonar a ciencia ficción, pero es una prometedora tecnología elemental que puede habilitar a los vehículos eléctricos para cubrir distancias de hasta 1.500 kilómetros con una recarga de apenas 10 minutos.
- Así es, Toyota, en su incansable empeño por mantener el ritmo de la industria, ha dispuesto un plan de tres fases para poner estas futuristas baterías en el mercado hacia 2027-2028.
- Esta revelación podría recibir la atención de su rival Honda, que junto a Toyota, ha sido objeto de crítica por su reluctancia a adaptarse al nuevo panorama de electro-movilidad. Una acertada estrategia de reubicación que apunta a conseguir un significativo avance en un área donde parecían haber cedido espacio a marcas como Tesla y el fabricante de automóviles chino, BYD.
- Sin embargo, tal innovación no se cimienta únicamente en palabras altisonantes y presentaciones atractivas a la vista. Para cumplir con este propósito, las dos compañías implementarán un proyecto conjunto que incluye la creación de mejores electrolitos sólidos de sulfuro, el establecimiento de una instalación piloto más grande por parte de Idemitsu, y la esperada «producción en masa a gran escala«.
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Un futuro lleno de autos eléctricos de larga distancia, cuyas baterías se llenan en menos tiempo del que te tomas un descanso con tu espresso, podría estar más cercano de lo imaginado. Aún así, queda por desvelar cómo se plasmará esto en el desembolso del consumidor, la disponibilidad en diferentes mercados y, muy importante, cómo supondrá un desafío a las objeciones que hasta ahora la marca debía afrontar. Está claro que los años venideros se ven apasionantes en el universo del vehículo eléctrico.
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Toyota e Idemitsu: el inicio de una colaboración revolucionaria
- Y tenemos también a Idemitsu Kosan, el segundo mayor refinador de petróleo de Japón, una empresa que ha dedicado dos décadas enteras al desarrollo de la tecnología de las baterías de estado sólido. Esto fue incluso antes de que los genios de Toyota pensaran en cómo perfeccionar los vehículos eléctricos.
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Por tanto, no son unos recién llegados. Toyota e Idemitsu aportan años de experiencia y saber hacer a este innovador acuerdo. Idemitsu lleva perfeccionando la fórmula de los electrolitos sólidos de sulfuro tanto tiempo como nuestros abuelos la receta de la paella.
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Quizás esto no te diga mucho si no eres experto en química de materiales, pero se traduce en baterías más seguras, más ecológicas y con una mayor densidad de energía. Esto significa que un coche eléctrico podría llegar a recorrer 1500 kilómetros con una sola carga y recargar su batería en tan solo 10 minutos. Y todo ello sin temor a que un Tesla te deje en ridículo.
- Y sí, aún quedan preguntas sin respuesta. ¿Serán estas baterías asequibles para todos los bolsillos o solamente accesibles a unos pocos privilegiados? ¿Veremos grandes factorías de producción en Europa o América Latina? Aún quedan dudas por resolver, pero lo que está claro es que esta colaboración entre Toyota e Idemitsu es un paso monumental hacia un futuro más verde y eficiente.
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Mientras tanto, es imposible no pensar en ese Tesla abandonado bajo el sol del desierto de Nevada, con su batería al límite, y en su dueño preguntándose por qué no optó por un Toyota con una batería de estado sólido. Sin duda, un toque de ironía que no deja indiferente.
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Las baterías de estado sólido: el futuro de los coches eléctricos
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La estrategia de producción y los retos a superar
- Su mapa de ruta se desarrolla en tres estadios, un camino largo que nos lleva hasta 2027 o 2028. Pero no seamos ingenuos, eso no significa que veremos vehículos eléctricos, EV impulsados por estas revolucionarias baterías a la vuelta de la esquina. En efecto, la producción a gran escala no echará a rodar hasta superadas dichas etapas.
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El primer obstáculo a vencer es perfeccionar los electrolitos sólidos de sulfuro que nutren estas baterías. Es como poner a punto el propulsor de un vehículo antes de un gran premio. Los dos colosos nipones tendrán que aunar su pericia técnica y experiencia en materiales para lograrlo.
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A continuación, una vez controlada la química de la situación, Idemitsu toma las riendas y se embarca en la construcción de un prototipo de instalación piloto de mayor envergadura, donde se pulirán las técnicas de producción en masa a gran escala. Parece desalentador, es como formar un equipo de competición, donde cada pieza jugara un papel fundamental.
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Finalmente, abordarán la última fase, la producción a escala industrial. Y aquí, el coste entra en acción. Podríamos decir que esta es, en particular, su montaña más alta por superar. Probablemente, estas baterías entrarán al mercado con un precio superior, y seguirán siendo más costosas durante un tiempo. No obstante, si superan estos obstáculos, la recompensa será de consideración: coches eléctricos con una autonomía de 932 millas con una sola carga y recargables en apenas 10 minutos.
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Por supuesto, mientras avanzan en esta inexplorada pero prometedora senda, Toyota e Idemitsu tendrán que defenderse de los embates sobre su aparente rezago en la electro-movilidad, especialmente si se comparan con concurrencia como Tesla o la potencia china BYD.
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Implicaciones para los inversores
- Hablar de Idemitsu evocaría, hasta hace muy poco, imágenes de refinación de petróleo. Sin embargo, este leviatán japonés se ha reinventado como un titán virtuoso en el ámbito de las baterías «elementales». La sorpresa no podría ser mayor, el segundo mayor refinador de petróleo de Japón se ha transformado en defensor de la energía eléctrica pura. ¿Un sueño hecho realidad para los inversores con la mirada puesta en el futuro? Podría serlo.
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Toyota, por otro lado, ha tenido un camino tumultuoso hacia el coche eléctrico. Pese a sus altos y bajos, esta marca puede haber golpeado el centro del blanco. No podemos olvidar que Toyota fue pionera en la invención de los vehículos híbridos. ¿Será posible que se esté preparando una nueva generación de «Tigres de Toyota» para los inversores?
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Cuidado, este acuerdo es mucho más que un simple cambio de táctica para Toyota, es una redefinición de sus reglas del juego. El objetivo no es otro que el desarrollo de la batería de estado sólido, algo que podría equivaler a pasar de una pistola de agua a un hidrojet. Con ella, aseguran recorrer hasta 932 millas después de una parada rápida. Si lo logran, habrán conquistado la cumbre del mundo de los autos eléctricos.
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No obstante, es crucial mantener la cautela. Las baterías de estado sólido son una promesa a largo plazo. Toyota aspira a tenerlas para 2028, pero queda por ver si este será un viaje placentero o un sendero lleno de obstáculos. Y aunque triunfen, surge la pregunta de quién podrá costear estas maravillas de la tecnología. No va a ser barato, eso está claro. Pero, recordemos, los inversores perspicaces entienden que a veces hay que pagar el precio de entrada.
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Por lo tanto, inversores audaces, este acuerdo entre Toyota e Idemitsu podría marcar un punto de inflexión en el mercado de la movilidad eléctrica. O, como mínimo, dibujar una curva en la autopista actualmente dominada por Tesla y BYD. Si el ejemplo cunde, los inversores en empresas de coches eléctricos podrían empezar a mirar con otro prisma a los fabricantes que, sorpresivamente, podrían tener un as escondido. Preparen sus asientos para el espectáculo.
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Conclusión
- En resumidas cuentas, con este avance, Toyota comienza a despegarse de la etiqueta de «rezagado» en el campo de la electro-movilidad. Y aunque quedan por esclarecer muchos puntos; cuándo, dónde y cómo se harán las primeras entregas de estos vehículos;
- algo queda patente: este convenio entre Toyota e Idemitsu forja un precedente y reanima el espíritu competitivo del sector. Incluso,
- transmite la sensación de que el sector de los autos eléctricos perfila un nuevo episodio, un capítulo que promete ser tan trepidante como redituable para aquellos inversores que sepan leer más allá de las líneas impresas.
En una maniobra sigilosa pero hábil, Toyota, una empresa famosa por vehículos de gran durabilidad, pero de estilo algo conservador, ha unido fuerzas con Idemitsu Kosan, una refinadora de petróleo con tradiciones arraigadas en el pasado siglo. Y, ¿qué es lo que puede brotar de esta peculiar asociación? Nada menos que el compromiso de liderar la revolución de los vehículos eléctricos de gran autonomía.
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Evidentemente, si has estado despistado y ajeno a los avances tecnológicos del sector automovilístico en las últimas dos décadas, quizás no seas consciente de que tanto Toyota como Idemitsu Kosan son dos grandes jugadores en este campo. Toyota, seguro que te suena, es uno de los gigantes de la producción de automóviles.
Este acuerdo entre Toyota e Idemitsu es como una jugada maestra de ajedrez. Mientras Idemitsu aporta su expertise en la tecnología de baterías, Toyota se encarga de producir vehículos en masa.
PD: Una más del maestro Reverte.
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El futuro de la movilidad eléctrica es un tema que da para largas conversaciones, y últimamente, las baterías de estado sólido están ocupando buena parte de ellas. ¿A qué se debe tal revuelo? Se consideran la reina del baile en la próxima generación de vehículos eléctricos, y ello enciende la curiosidad. ¿La razón de todo esto? Estas baterías pueden dotar a los coches eléctricos de la capacidad de recorrer 1.500 kilómetros con una sola carga. ¿Os lo imagináis? Y no queda ahí la cosa, se recargarían en tan solo diez minutos. Asumidlo: esto es el fin de los nervios ante la autonomía del vehículo, del miedo a quedarte tirado en medio de ninguna parte.
Estas baterías son el epítome de la densidad energética. Parece cosa de ciencia ficción, pero ciertamente no lo es. Este avance tecnológico se debe a la dedicación de Idemitsu Kosan, reconocido refinador de petróleo japonés, que desde 2001 trabaja en el desarrollo de este tipo de baterías.
No se queda atrás Toyota, la gigante de la industria automotriz, también sumergida en esta investigación desde 2006. El plan no podría ser más atractivo: Juntar la capacidad de producción de Toyota con la experiencia en materiales de Idemitsu y así, materializar la producción a gran escala de las baterías de estado sólido.
Pero aguarda, que no todo es alegría y confeti, todavía queda camino por recorrer antes de ver estas baterías luciendo en el mercado. Si la suerte acompaña al empeño, Toyota estima que se podrán comercializar estas baterías de estado sólido para 2027 o 2028.
Hay un pequeño contratiempo, es posible que sean más caras y que así siga siendo durante algún tiempo. Pero quién sabe, tal vez para entonces Musk tenga los viajes espaciales como forma habitual de transporte y este avance sea solo un recuerdo. ¿No lo ves ya?
De todas formas, está claro que Toyota tiene la mira bien alta, y las baterías de estado sólido podrían ser el impulso que necesitan para acortar la ventaja que Tesla y BYD llevan en el campo de la movilidad eléctrica. Así que, veremos qué nos depara el futuro, aunque suelen decir que las grandes victorias vienen precedidas de grandes retos, esta podría ser la revolución que está esperando el mercado de los coches eléctricos.
Toyota e Idemitsu enfrentan un trayecto que dista mucho de una confortable marcha sobre el asfalto al introducirse en la producción a gran escala de baterías de estado sólido. Más bien, se asemeja a un intrincado camino de montaña a bordo de un todoterreno.
No cabe duda de que es un desafío de gran magnitud, pero también es evidente que Toyota e Idemitsu podrían conseguir un considerable avance tecnológico que les permita llegar a la vanguardia de la carrera de la electro-movilidad. Y este, mis apreciados lectores, es un viaje que nos queda mucho por descubrir.
El reciente pacto entre Toyota e Idemitsu va más allá de una mera sociabilidad corporativa, tiene el potencial de provocar un renacimiento en las oportunidades de inversión. Aquellos inversores astutos que sean capaces de leer entre líneas podrían beneficiarse enormemente.
Indudablemente, el pacto entre Toyota e Idemitsu dibuja un hito en el cosmos de los autos eléctricos. No es poca cosa adentrarse en el desarrollo de baterías de estado sólido, y ello se puede interpretar como el pistoletazo de salida de una revolución que empieza a rugir sus motores. Un movimiento arriesgado, de titanicas proporciones, que coloca a Toyota en la parrilla como un participante que se atreve a tomar su propio camino, y desafiar lo estipulado en este electrizante rally.
Es cierto que la perspectiva de un vehículo eléctrico capaz de sortear la espectacular distancia de 932 millas con una sola carga, y que además puede engullir su energía en apenas diez minutos, puede sonar como una sinfonía celestial a los oídos de cualquier propietario. Sin embargo, es sensato tener presente que el sendero a seguir todavía insinúa la presencia de algunos escollos. Es más, aunque la tecnología de las baterías de estado sólido lleva ya un tiempo gestándose, todavía esperamos su puesta de largo. Unido a esto, tenemos la precariedad financiera que estos artilugios acarrearán en sus primeros pasos, temperando así cualquier exceso de entusiasmo.
A pesar de ello, no es cuestión de tomar a la ligera que dos titanics como Toyota e Idemitsu se hayan comprometido en esta apuesta. Todo lo contrario, consiste en compaginar la vasta sabiduría de Idemitsu en materiales con la destreza productiva de Toyota, una alianza de peso que podría agilizar el nacimiento de estas baterías. A partir de aquí, una vez que sean lanzadas a producción en masa, el horizonte estará despejado.
Fuente de la noticia: https://www.pcmag.com/news/toyota-inks-deal-to-mass-produce-solid-state-ev-batteries-with-932-mile