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Introducción
- Este escenario no es fruto del azar. Reflejamos simplemente la realidad en la cual el Índice CSI 300, como un frágil castillo de naipes, parece desplomarse un 0,7%. El principal instigador de este fenómeno es la creciente crisis inmobiliaria que amenaza al gigante rojo. Pero por si fuera poco, Occidente complica aún más la situación, como quien decide picar en el avispero.
- La inversión en el sector inmobiliario chino, a toda marcha hacia el sur, parece estar en punto de ebullición, diluyendo cualquier atisbo de optimismo que pueda emanar de las medidas de estímulo del gobierno. En vez de edificar residencias, parece que acumulan pérdidas, quizá en busca de un récord poco alentador.
- Mientras tanto, los inversores foráneos parecen preparados para abandonar el mercado chino, más asemejado a un tobogán sin final que a una inversión de confianza. «¿Should we remind ourselves of Warren Buffet’s wisdom, about ‘being greedy when others are fearful’?» Actualmente, participar en el mercado chino se asemeja más a un peligroso juego de azar que a una estrategia de inversión.
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Ajdustémonos los cinturones, porque la turbulencia geopolítica en Oriente Medio agrega otro factor de desconcierto en este embrollo. Como si de un Viernes Negro al revés se tratase, los inversores internacionales parecen estar en modo fiesta de descuento, lo que refuerza la senda descendente del index CSI 300.
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Es cierto, en medio de esta penumbra financiera, siempre hay alguien que enciende una vela. Algunos analistas, quizá demasiado confiados, señalan hacia la próxima temporada de ganancias y reuniones políticas como posibles catalizadores.
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A pesar de ello, los inversores de peso parecen estar endureciendo su postura, tal y como lo demuestra el consejo de Morgan Stanley, que sugiere no comprar en estas caídas. Así que si estás pensando en desafiar el oleaje del océano económico chino… ¡Que la suerte esté contigo! Porque parece que este desplome no ha hecho más que comenzar.
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El desplome del mercado de acciones chino
- Observando en detalle, las cifras alarmantes han decolorado las pantallas de Índice CSI 300, provocando un declive del 0,7%, situándose en 3,508.22 el pasado viernes. Como sabrás, los inversores son quisquillosos sobre la salud financiera; al primer síntoma de debilidad, emprenden un rápido repliegue.
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El papel de los promotores inmobiliarios chinos
La tempestad económica se viene gestando desde hace algún tiempo. Un repaso por el panorama económico chino evidencia que la industria inmobiliaria es uno de sus cimientos. Desafortunadamente, dicho cimiento parece hecho de arena y agua, una combinación poco resistente. Los promotores inmobiliarios, a pesar de las medidas de rescate promovidas, están cayendo a un abismo del 44% en acciones este 2023.
El descalabro es tan ímprobo que los inversores están abandonando la bolsa de valores China a un ritmo desenfrenado, reminiscente de los movimientos sísmicos del Stock Connect de hace algunos años.
El complejo escenario actual de China está influyendo de manera marcada en la fauna del mercado global, en parte debido a las crecientes tensiones geopolíticas en el Medio Oriente. Extranjeros están desechando buena parte de las acciones chinas, empujando al índice CSI 300 hacia un tercer mes a la baja. La situación es tan acuciante, que el estratega más destacado de Morgan Stanley ha sugerido evitar compras durante esta caída, al ser la moral del mercado tan frágil como un edificio de naipes y la salida de capitales no muestra señales de detenerse.
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No obstante, siempre hay resquicios de esperanza en los momentos más oscuros. Algunos observadores persistentes encuentran motivos para la confianza en la próxima temporada de ganancias y posibles políticas constructivas. Mientras tanto, el acosado índice CSI 300 continúa su travesía hacia un tercer año consecutivo de retrocesos. Pero como siempre, mantengamos nuestro espíritu luchador y buena disposición, que el camino aún es largo. ¡Hasta la próxima, financieros!
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La retirada de inversión extranjera
- Aquí no acaba la cosa. Los temblores del conflictivo panorama geopolítico en Oriente Medio han tenido su correspondiente efecto dominó sobre la gran potencia asiática. Los inversores internacionales parecen más decididos que nunca a deshacerse de las acciones asiáticas a un ritmo marcado, empujando al Índice CSI 300 más al lado rojo que al verde. Tal es el escenario que, sin querer sonar alarmistas, este índice podría registrar su tercer mes seguido de caídas.
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Pero como en cualquier trama, siempre existe aquel grupo de optimistas incorregibles que no pierden la fe. Hay visionarios que sugieren que la temporada de ganancias, junto a las próximas reuniones de políticas, podría suponer el salvavidas de los inversores y proyectar un hilo de esperanza. Sin embargo, el Índice CSI 300, a pesar del ímpetu positivo de estos analistas, sigue sin resaltar en la clase de los índices globales y no parece que vaya a cambiar de rumbo a corto plazo. Desde el ámbito occidental, instituciones de renombre como Morgan Stanley, sin pelos en la lengua, aconsejan a los inversores no comprar en este declive, advirtiendo que el estado anímico del mercado chino sigue en estado crítico.
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Desafortunadamente, la amenaza de los fondos extranjeros sigue al acecho. Resta por ver si el escenario experimentará alguna modificación o si seguiremos siendo espectadores de un drama cuyo final parece estar lejos de ser un feliz desenlace para el gigantesco mercado de acciones A chino.
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Implicaciones globales y posible recuperación
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La visión de Morgan Stanley
Los caballeros de corbatas y trajes de Wall Street no muestran gran optimismo. Morgan Stanley, una de las figuras prominentes en este tablero de ajedrez financiero, sugiere a los arriesgados inversionistas que no compren durante el descenso. Aunque pueda sonar alarmante, quizá sea mejor ser un león prudente a corto plazo que un inversor osado a contracorriente. La prudencia es la primera regla de supervivencia en la jungla financiera.
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Aspectos potencialmente positivos
A pesar del panorama desalentador, ¡tenemos posibles respiros al horizonte! La temporada de ganancias y las inminentes reuniones políticas podrían ser el salvavidas en este naufragio. No todo está perdido, señores. La economía china todavía tiene recursos y es posible que veamos una vuelta de tuerca en las circunstancias en breve. ¿Un cambio inesperado en el último suspiro? No sería novedad en este escenario. -
Conclusión
- El mercado inmobiliario chino, que otrora fue impulsor de su economía, actualmente parece un navío sin rumbo enmedio de un violento temporal. Los esfuerzos gubernamentales se quedan cortos y la caída inmobiliaria rozando un vertiginoso 44% para 2023 no se deja esperar.
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Por su parte, la fuga de inversores de las acciones A ha escalado a un nivel históricamente relevante, produciéndose la mayor salida de capital en la historia del Stock Connect, el canal de intercambio entre China y Hong Kong. Es el inicio de una nueva etapa de descontento financiero.
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Las acciones globales se ven ensombrecidas por las tensiones geopolíticas en Oriente Medio, y en este ajedrez internacional China ha perdido piezas clave, protagonizando una venta de activos sin precedentes.
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A pesar de todo, aún hay quienes esperan que la época de beneficios y las futuras reuniones políticas puedan amortiguar una mayor caída. Pero se trata de una luz al final del túnel muy débil si recordamos que el Índice CSI 300 ha seguido una trayectoria descendente en los últimos tres años y de no tomar medidas, podría estar firmando su sentencia.
El convulso mar de la economía oriental se encuentra en plena travesía de una tormenta. El otrora boyante mercado de Shanghai ha cambiado las sonrisas por gestos de inquietud conforme los dígitos tintados de rojo se adueñan del panorama. Se intentan aplicar eufemismos para suavizar la realidad, pero se quedan cortos. La inversión extranjera, en efecto, parece querer resguardar su capital y distanciarse de la situación en China.
El mercado de valores chino está pasando por un momento extenuante, casi escenificando a la perfección la fábula de la liebre y la tortuga. Esta vez, el radiante dragón de oriente se asemeja a una tortuga reticente, con vista al caparazón. Algunas de las razones señaladas para este descalabro financiero son la crisis del sector inmobiliario y la fuga acelerada de capital extranjero. Y calmo, no hablamos de indigestiones pasajeras. Aquí, hay ciertamente un jugoso relato que contar.
En un panorama caracterizado por su rápida transformación, la huida de inversores extranjeros del antaño prestigioso mercado de las acciones A se ha transformado en un auténtico drama financiero, como si de una trama de suspense se tratase que mantiene sus capítulos por escribir. Estamos ante un escenario tan intenso que ha logrado marcar historia: la gran estrella, el programa Stock Connect, viviendo en la sombra desde que afloró el éxodo de acciones chinas, un recuerdo lúgubre de periodos de incertidumbre criterios.
Asistimos a la feria financiera china desangrándose en cifras carmesíes, y es imposible no reflexionar: ¿nos encontramos ante un cataclismo económico o simplemente es una fugaz trama de una serie de tarde? De todas formas, señores, abróchense el cinturón, la turbulencia apenas comienza.
La ingerencia de las potencias occidentales en Oriente Medio siempre ha sido sinónimo de remover un avispero. No obstante, la situación actual parece tener consecuencias en la ya delicada salud económica de China. Las inestabilidades políticas no solo han precipitado un incremento en los precios del petróleo, sino que parecen estar minando el bienestar del gigante chino.
Pero no es momento de rendirse aún. Como reza el viejo dicho, un tropiezo no es una caída. Todavía hay posibilidades de resurgimiento. ¿Qué cómo? Permíteme explicarlo.
La sabiduría popular nos dice que después de la tormenta viene la calma. El universo financiero es, al fin y al cabo, un entramado de continuas capturas y liberaciones de energía. Habrá caídas, pero también habrá subidas. Mientras tanto, solo podemos esperar y, en particular, estar preparados para lo desconocido. ¿Quién se apunta a unas palomitas mientras presenciamos este suspense en primera línea?
Despedirse de la estabilidad financiera es un rito de paso que todos debemos enfrentar, pero el actual escenario económico, en particular en la fortaleza económica oriental, parece haber llevado este concepto a otro nivel. El Índice CSI 300 ha encajado golpe tras golpe, viéndose azotado por constantes preocupaciones en el sector inmobiliario y una fuga de inversión extranjera que bien podría ganar un premio Guinness.
Los expertos de Morgan Stanley dan una advertencia clara: no compren a la baja. El estado de ánimo del mercado está tan deprimido como sus índices y la retirada de capitales extranjeros podría seguir la letra de la famosa canción de los Beatles: «You say goodbye, I say hello«.
Así que si tenías intenciones de invertir en el coloso asiático, ahora puede ser un buen momento para hacer una pausa y observar de cerca cómo evoluciona la situación. El desenlace aún está sin escribir. ¿Te quedarás por el final?
Fuente de la noticia: https://finance.yahoo.com/news/china-stocks-erase-reopening-gains-053200906.html