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Introducción
- Examinemos la situación. La Reserva Federal, en su encanto habitual, ha decidido alargar la tensión generada alrededor de las altas tasas de interés. Comprensiblemente, esto ha generado cierta inquietud entre nuestros compañeros inversores. Y es que, seamos sinceros, un freno en el ritmo de gasto significaría que esas ganancias que tanto aclamamos podrían ver una reducción de su velocidad. ¡Ay, querida Reserva, qué situaciones nos haces vivir!
- El sector financiero es, sin lugar a dudas, el más mal parado en este escenario, arrastrando a su paso al índice S&P 500 y derivando en un descenso del 0,9%. Dicho retroceso es una consecuencia, en parte, de la degradación crediticia de varios prestamistas regionales estadounidenses a manos de S&P. No obstante, se puede aprender más sobre el decaimiento de las calificaciones crediticias de los bancos en nuestro último artículo sobre este tema. Pero no todo es desánimo en este mercado, el Nasdaq ha demostrado su fortaleza y ha logrado mantenerse a flote.
- Ahora, todo el mundo aguarda expectante el discurso de Jerome Powell, presidente de la Fed, en Jackson Hole. Se espera que aporte algo de claridad en este laberinto de incertidumbre que rodea a las tasas de interés. Quién sabe, quizás sus palabras calmen las turbias aguas de este mar de inversores o, al menos, apunten en la dirección hacia donde puede estar dirigiendo este crucero financiero.
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Cierre en baja del S&P 500
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El papel de la Reserva Federal
- Para ponerlo en términos claros, las conjeturas de las tasas de interés se mantienen tan transparentes como la leche en el café, mientras que los rendimientos de esas dulces prebendas, llamados «bonos del Tesoro a 10 años» fulguran intensamente como una promesa de un adicional aporte azucarado.
- Con este horizonte, el conglomerado que son los almacenes departamentales padece, como es normal cuando la madre decide actuar con seriedad y resistencia a los caprichos del infante. Porque si no hay chucherías para repartir, la navidad probablemente será menos golosa este año.
- No obstante, en esta peculiar pero a la vez usual ambientación del colegio financiero, siempre alguien logra aprovechar la coyuntura. En este episodio, Nvidia parece haber dado con el Santo Grial de todo infante: una mayor porción de caramelos. Sin embargo, al finalizar la jornada, sus dulces también parecen haber mermado un tanto. Y así, sin una clara indicación de la «madre» cediendo a los caprichos del niño, el día acaba con un mayor número de interrogantes que respuestas y con la vislumbre de un invierno navideño poco acogedor.
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Repercusiones en los bonos del Tesoro a 10 años
- Déjame situarte. Las sacudidas en el mercado de valores nos dan una idea del carácter cambiante de estos bonos. Imaginemos cómo han respondido a la perspectiva de que las altas tasas de interés podrían permanecer en alza por más tiempo de lo previsto. Efectivamente, sus rendimientos han subido como si los hubieran encendido, alcanzando casi los máximos de 16 años. Sí, no estás malinterpretando… ¡Dieciséis!
- Pero, ¿qué implica en realidad esto? Pues bien, si eres un empresario o un consumidor, es probable que te encuentres con el ceño fruncido. Aferrarse a tasas altas durante un período prolongado podría resultar en una ralentización del gasto de las empresas y el gasto de los consumidores. O sea, menor inversión por parte de las empresas, menos compras estratosféricas de las que los tabloides no dejan de hablar y, con mucha probabilidad, menos compras impulsivas online durante la madrugada. Desgraciadamente, al igual que anhelar una cerveza fresca en un cálido desierto (lamentablemente, no en Wyoming, donde el presidente de la Fed, Jerome Powell, pronunciará su discurso próximamente), la expectativa de un ajuste en las tasas parece más un espejismo que una realidad próxima.
- Así que, si eres de los que invierte, o simplemente de los que revisa las apps de pronóstico económico y del tiempo por la mañana, ten en cuenta que los bonos del Tesoro a 10 años, cual buenos actores de una obra de Shakespeare, nos están «brindando un auténtico drama financiero» que vale la pena seguir beligerantemente. Pero recuerda, en este teatro internacional de la economía, en ocasiones, uno debe aprender a disfrutar del espectáculo, aun cuando las certezas flaquean. Puedes seguir de cerca este fenómeno reciente a este respecto en un artículo reciente sobre la posible corrección para Amgen.
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Relevancia del sector comercial
- Estos resultados ponen en perspectiva el pulso del minorista cara al bullicio de las compras decembrinas. Si las acciones de tiendas emblemáticas están cayendo, puede ser que estemos presenciando el preludio de unas navidades más comedidas en gasto del consumidor
- Quizás este año, la balanza se incline más hacia los regalos con valor sentimental que material, donde pesa más el significado que el coste.
- En estos vaivenes de la bolsa, cada descenso se vuelve relevante y cada subida genera expectativas, creando una constante incertidumbre.
- Es como jugar a la lotería de Navidad, los inversores tienen que decidir si vale la pena participar y buscar el premio gordo o quedarse al margen y solo observar.
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Casos destacados: Macy’s y Nvidia
- Iniciaremos con los populares almacenes Macy’s, el célebre gigante norteamericano. Estamos en la época navideña, ese particular período del año donde se espera que todos tengamos un apetito voraz de consumo. Nos encontramos entre regalos para los familiares, el estreno de ropa para las cenas festivas y aquel antojo privado que siempre nos concedemos, las vidrieras de Macy’s representan un universo de tentaciones. No obstante, parece que este año Santa Claus no hará tantas paradas en Macy’s como se esperaba. Los analistas aventuran que el gasto de los consumidores podría ser menor de lo habitual. ¿Consecuencia? Las acciones de Macy’s han experimentado un descenso significativo del 14,1%. He aquí una advertencia, si eres accionista de Macy’s quizás deberías considerar diversificar tus inversiones.
- En otro escenario, Nvidia ha estado dando mucho de qué hablar. Los entusiastas de la tecnología conocerán esta empresa por sus tarjetas gráficas líderes en la industria. ¡Sus acciones se han catapultado y han tocado un valor histórico de $481.87! Sin embargo, tal y como sucede en las historias más trepidantes, después del clímax sobreviene la resolución. A pesar de este hito, Nvidia terminó la jornada con un retroceso del 2,8%.
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Conclusión
- ¿El motivo? Los inversores confían en que la Reserva Federal podría sostener las altas tasas de interés por un periodo más prolongado, frenando así el gasto de las empresas y el de los consumidores.
- Esto, desde luego, no es propicio para un mercado deseoso de optimismo.
- Y en esta andadura, Macy’s ha salido golpeada, con un descenso del 14,1% en sus acciones de Macy’s tras vislumbrar un débil gasto de los consumidores en la temporada de compras navideñas.
- En contraparte, Nvidia muestra un tono más optimista, con sus acciones de Nvidia alcanzando un máximo histórico de $481.87, pese a cerrar con una caída del 2,8%.
La inflación, ese eterno baile al que el inversor debe aprender a moverse. La frenada se ha hecho notar en los titanes del mercado, con el Dow y el S&P 500 echando el ancla. Atravesamos una época en que ese pequeño pero insistente descenso en la cotización de sus acciones se ve favorecido por el espectro de las elevadas tasas de interés. Un escenario que causa vértigo, sin duda.
En el sector de los grandes almacenes también se aprecian nubarrones. Macy’s, por ejemplo, ha visto cómo sus acciones han sufrido una caída del 14,1% después de comunicar que no prevén unos ingresos considerables para la siguiente temporada de compras navideñas. No obstante, Nvidia ha conseguido salir momentáneamente a la luz con un récord de $481.87 en sus acciones, aunque esto no ha evitado una caída del 2,8% a final de jornada.
Por tanto, si eres inversor y estás leyendo esto, probablemente te estés preguntando acerca del porvenir. No temas, fiel lector, el mundo de las finanzas siempre ha sido, y será, una montaña rusa de emociones. Transitaremos este camino juntos, observando los titulares y analizando este apasionante tablero de ajedrez financiero. Hasta la próxima aventura.
El martes prometía tranquilidad hasta que los marcadores del S&P 500 dieron un giro a la historia, desconcertando a aquellos que presumían de una relajada jornada de inversión. El temor al leviatán de las altas tasas de interés infló los pulmones del sector financiero, centrándose en sus protagonismos mientras arrastraba en su descenso al sempiterno S&P. Bajando un 0,9%, dejó un halo de perplejidad que caló en los inversores. Así, no tardó en arrastrar al viejo S&P a sus garras, atestando un golpe de autoridad al reducir el rating crediticio de diversos prestamistas de la región estadounidense. Eso sí, no nos despojó del alentador soplo de que el Nasdaq aún conservaba fuerzas para dar un último toque de color al día.
Todos los ojos están sobre Jerome Powell, el capitán de la Fed, al que aguardan expectantes para arrojar un poco de luz sobre el panorama que las tasas de interés podrían aportar el próximo viernes. Por el momento, los bonos del Tesoro a 10 años han optado por acercarse más a los máximos que se dataron hace 16 años, intentando arrimar el ascua a su sardina ante la posibilidad de que la Fed decida mantener unas tasas altas. Un leve coqueteo que no es bien recibido por todos, ya que podría frenar el gasto tanto a nivel empresarial como consumidor.
Los almacenes departamentales se sumaron a la corriente bajista con un notable descenso. Macy’s, al que su caída de un inquietante 14,1% trajo de cabeza, ya se está planteando dónde se han ido a parar los clientes, echando un aviso sobre una débil actividad de consumo en la inminente temporada de compras de Navidad. En cambio, en este viaje de la bolsa no todo han sido camino de piedras. Nvidia decidió coger un atajo y se alzó en el podio con un máximo histórico de $481.87, a pesar de que finalmente tuvo que conformarse con un retroceso del 2,8%.
Resumiendo, esta montaña rusa financiera no está hecha para corazones sensibles. Mientras algunos viven atemorizados por las altas tasas, otros se toman un buen vino mientras observan los bandeos financieros, esperando el momento idóneo para mover sus piezas. Al final, en esta partida de ajedrez que es la economía, nadie quiere quedar en jaque.
La Reserva Federal podría compararse a la progenitora de ese alumnado indómito y vigoroso del instituto, a quien nombramos como mercado financiero. Cuando la «madre» amaga con limitar los regalices -permaneciendo las altas tasas de interés en altitud-, el «pequeño» manifiesta su desaprobación y sus camaradas (los inversores) toman vuelo ocultando sus preciados tesoros (sus inversiones).
Es evidente que los presentes inversores anhelan que la «madre» (la Fed) revierta su postura y sea más generosa con los regalices (disminuyendo las tasas de interés). Sin embargo, hasta que la dichosa noticia no salga de boca de la madre, el recreo sigue matizado por ciertas inquietudes. Insólito, ¿quién podría comprender estas dinámicas de sector financiero?
A la expectativa de que la madre recoja a su niño este viernes, en una suerte de junta de padres en Jackson Hole, Wyoming, donde finalmente Jerome Powell, quién está tras las riendas, tomará la palabra. Ninguno de los padres tiene certeza si la madre será más accesible con los caramelos, y el espectro de la incertidumbre merodea el lugar como abejas tras el aroma de la miel.
Es indiscutible que la incertidumbre en torno a las tasas de interés está poniendo el mundo de las finanzas a bailar al ritmo de una melodía de sobresaltos. Este espectáculo es protagonizado por la Reserva Federal, un ejército de inversores en ascuas y los siempre presentes, bonos del Tesoro a 10 años.
El descenso que presenciamos el martes en los índices Dow y S&P 500 fue un duro golpe, como encontrar el último pedazo de turrón tras las festividades navideñas. En palabras más concretas, los mercados financieros cayeron un 0,9%, una viva imagen de la sobriedad de enero después de los excesos decembrinos.
Gran parte de esta caída provino de las titulares compañías comerciales, que son observadas de cerca durante la campaña navideña. Los centros comerciales, en particular, estaban sintiendo la presión. Tomemos el caso de Macy’s, la tienda a la que acostumbramos para encontrar el regalo ideal para nuestros seres queridos. Sus acciones se desplomaron un 14,1%, anticipando cierto agotamiento del consumidor en un periodo que suele ser crítico para el comercio. Parece que a Macy’s se le olvidaron los regalos debajo del árbol.
Aun así, siempre hay contrapuntos. Pese a lo que indicaban las cifras, Nvidia consiguió desplegar su máximo potencial, aunque al final del día, cedió un 2,8% en bolsa. Esto nos demuestra que, aunque el sector minorista tenga un día oscuro, no se está rindiendo y pelea para seguir en pie.
No sé si has estado al tanto de las últimas novedades financieras, pero estas dos firmas han experimentado un auténtico tiovivo bursátil en la última semana. ¡Abrochémonos el cinturón porque afrontamos turbulencias financieras de alta envergadura!
En ambos casos, se opina que esta volatilidad puede deberse a las expectativas sobre los tipos de interés, que, en un auténtico guion de suspense, nos tienen a todos en suspense. ¿Será la Reserva Federal la villana de esta trama que nos mantenga las tasas altas por más tiempo? Eso está por determinar. Mientras tanto, mantenemos la mirada atenta y el dedo preparado para pulsar cuando convenga en el mercado de valores, según la dirección del viento financiero.
En suma, el temor a tasa de interés elevada se materializó en un desenlace a la baja para los índices Dow y S&P 500. Dicha caída fue encabezada por el sector financiero, a raíz de la rebaja crediticia de numerosos prestamistas regionales estadounidenses por parte de S&P, con un descenso del 0,9%. Y mientras tanto, el descarado Nasdaq decidió nadar contra la corriente, cerrando en una ligera ganancia.
Pero donde realmente reposaba el meollo estaba en los bonos. El rendimiento de estos bonos del Tesoro a 10 años ha rozado casi sus máximos de 16 años.
Este viernes, toda la atención convergerá en Jackson Hole, Wyoming. Y no, no para disfrutar de unas vacaciones esquiando, sino para atender al presidente de la Fed, Jerome Powell, quien pronunciará un discurso en una reunión de banqueros centrales. La expectación es evidente. ¿Qué manifestará acerca de las tasas de interés? ¿Intentará sosegar los nervios de los inversores?
Así las cosas, compañeros, la incertidumbre está a la orden del día y se intuye que perdurará. El panorama actual se encuentra lleno de vicisitudes, donde un descenso de calificación puede hacer tambalear un índice, y unas palabras de un banquero en Wyoming podrían alterar, para bien o para mal, las previsiones del mercado. Conviene que permanezcamos todos alertas y dispuestos a reajustar nuestras tácticas financieras. Nos vemos en Jackson Hole, entonces. Que la fortuna esté de nuestro lado.
Para más contexto sobre las fluctuaciones del mercado y el comportamiento de los inversores, puedes revisar este artículo sobre cómo Zachary Kirkhorn, ex CFO de Tesla, vendió algunas de sus acciones y generó revuelo en los inversores.
Fuente de la noticia: https://www.reuters.com/markets/us/nvidia-earnings-optimism-drives-futures-higher-2023-08-22/