En ocasiones nos toca experimentar situaciones complicadas para tomar decisiones frente a nuestras finanzas personales, especialmente cuando de ahorro se trata. Existe una sencilla regla de oro para la administración de las finanzas personales popularizada por la Senadora Elizabeth Warren, que consiste en dividir los ingresos y asignarlos así: 50% en necesidades, 30% en deseos y destinar el 20% restante a los ahorros.
La pandemia de COVID 19, acontecida entre los años 2020 y 2021 son ejemplos de este tipo de contingencias, mucha gente se quedó sin trabajo y otros tantos tuvieron que cerrar su emprendimiento, comercio o empresa, lo cual puso en evidencia la importancia de contar con una estrategia de ahorro.
La regla 50/30/20, aunque sencilla, nos exige disciplina y nos invita a conocer con mejor detalle la naturaleza de nuestros ingresos y egresos. La ciencia económica básica nos dice que el ahorro es consumo diferido y esa es una buena forma de lograr la disciplina necesaria para mantener ese 20% en reserva.
Como a nuestro cerebro le gusta más consumir que privarse de cosas, cambiar el mensaje y mandarle la señal de placer diferido puede ser una herramienta útil para trabajar nuestras emociones en torno al ahorro.
Conoce tu presupuesto
No importa lo limitada que pueda ser nuestra educación financiera en un momento dado, hay pasos sencillos que nos pueden orientar a construir estrategias de gestión de las finanzas personales de manera efectiva, desarrollar inteligencia financiera y planear con más responsabilidad. El primer paso es conocer la naturaleza de nuestros gastos, deudas e ingresos, para ello debes saber:
- Qué tipo de ingresos tienes: Existen varios tipos de ingresos, aun siendo un trabajador que recibe un salario, puedes tener ingresos fijos que corresponden a aquello que percibes de manera regular e ingresos variables que pueden ser bonos o comisiones eventuales.
- Calcular tus ingresos mensuales: para pensar en un plan de ahorro efectivo es necesario conocer tus ingresos netos, que es el dinero que realmente tienes disponible a tu discreción. El ingreso neto es igual a tus ingresos brutos (total de dinero que recibes) menos los pagos de impuestos, devoluciones, rebajas y descuentos.
- Clasificar tus gastos y egresos: muchas de las cosas que debes pagar son fundamentales para tu funcionamiento mínimo, otras se constituyen en deseos, gustos, necesidades no vitales o cuyo pago se puede postergar y fraccionar.
- Identificar lo que realmente es una necesidad: Abarca todo eso que se debe pagar y sin lo cual no puedes vivir. Por ejemplo, si trabajas de forma remota, un buen plan de internet se vuelve una necesidad, porque sin ello no puedes cumplir con tu deber. O si trabajas en tu oficina y debes movilizarte hasta tu oficina, la gasolina o los pasajes serán una necesidad porque tu trabajo depende de ello.
- Diferenciar entre ahorro e inversión: Aunque ambos guardan relación entre sí, juegan papeles muy diferentes. Algunos productos de inversión de bajo riesgo pueden tomarse como instrumentos de ahorro, sin embargo, la inversión es el proceso de usar tu dinero para comprar un activo que tiene una probabilidad de generar una tasa de rendimiento a lo largo del tiempo, pero asociado a un riesgo de pérdida.
Consideraciones para una regla 50/30/20 efectiva
En algunos casos, es más sencillo determinar estos componentes del presupuesto personal, en otros, puede que tengas que emplear algunas herramientas adicionales de estimación que te permitan tener una visión más clara a la hora de estructurar tu 50/30/20.
Por ejemplo, si trabajas por cuenta propia, solo recibes comisiones y tu ingreso es siempre variable, se hace difícil determinar el monto de tus ingresos durante un mes determinado. Una forma en la que podrías hacer el cálculo es considerando como ingreso fijo el monto más bajo de ingreso mensual que hayas tenido durante los últimos 12 meses y la diferencia de cada mes con ese valor, como ingreso variable.
Igualmente, antes de discriminar cada componente de la estrategia 50/30/20, es importante tener presente tu situación financiera actual. En este caso, se deben analizar tus patrones de consumo o gasto. Si tus obligaciones por necesidades básicas superan el 50% del ingreso, se debe analizar y verificar cómo podrían disminuirse. El hecho de que sean necesidades no significa que no puedas reducir estos gastos.
Así mismo, hay que considerar que la categoría de deseos no esté generando deudas en tarjetas de crédito. Si este es el caso, es conveniente sanear esas deudas antes, para después progresivamente implementar la estrategia en el porcentaje 50/30/20
Es importante destacar en este punto que una deuda no es necesariamente mala, si se asume para adquirir algo que aumentará de valor, puede contribuir a mejoras de tu posición financiera general, por ejemplo, una hipoteca, un crédito comercial o un préstamo estudiantil.
Elementos adicionales para aplicar la regla 50/30/20
Otros elementos a tomar en cuenta son:
- La etapa del ciclo de la vida en que te encuentres. Las necesidades y deseos varían si apenas estás empezando tu vida laboral o si estás empezando a consolidar familia.
- La carrera elegida: hay profesiones con una etapa productiva más corta que la del promedio (deportistas, modelos, pilotos, militares) por tanto, durante su etapa productiva deben destinar más dinero para ahorro o inversión.
Es muy importante considerar los objetivos financieros. Más que verificar la etapa del ciclo financiero en que te encuentras, es importante conocer la dimensión y alcance de los objetivos a los cuales aspiras porque esto puede alterar prioridades y modificar los porcentajes, ampliando lo que se puede destinar a ahorros.
Finalmente, hay que tener en cuenta que, en escenarios inflacionarios, esta regla requiere, además de disciplina, compensar el recorte al poder adquisitivo que la inflación impone como una importante restricción presupuestaria, por lo que quedan dos caminos: gastar menos o ganar más.
No siempre se llega a la distribución 50/30/20 a la primera, pero representa una guía para ayudarnos a organizar nuestras finanzas personales. Teniendo en cuenta las consideraciones que mencionamos, se puede ir entrenando con distribuciones cercanas como 70/15/15 o 60/15/25 e ir haciendo los ajustes pertinentes para alcanzar nuestras metas.
Una vez adoptado este hábito financiero, el siguiente objetivo podría ser una variación sutil pero muy impactante de la regla 50/30/20, en la que el porcentaje de ahorro se establece antes del gasto, quedando como 50/20/30, lo que significa que no se ahorra lo que sobra luego de realizar un gasto, sino que se gasta lo que queda luego de ahorrar.
Esta variante es particularmente útil sobre todo si eres joven, vives solo o en pareja, o estás empezando tu vida independiente. El 50/20/30 te permite saber cuánto dedicas a ahorro y a gastos, y a qué dedicas el 100% del dinero que ganas.
Es posible que al inicio sea difícil adaptarse a un plan financiero, en algún punto todos hemos pasado por ahí, así que no es un camino solitario. Lo importante es emprenderlo antes que la situación nos recuerde que debimos empezar.
Siempre tendrás la oportunidad de cambiar tu forma de pensar sobre el dinero y con este tipo de estrategias más sencillas, allanar el camino para ir evolucionando progresivamente a estrategias más complejas de forma viable y sostenible.
Construir tu plan financiero es un proceso, es importante concentrarse en generar pequeños avances, para poder alcanzar tus anhelados objetivos sin obsesionarse por la perfección, lo importante es el progreso, todo largo recorrido empieza siempre por el primer paso.
Referencias