Google paga 36% de ingresos de Safari a Apple: Clave en juicios antimonopolio

Introducción

En el enigmático y, en ocasiones, lúgubre universo de la tecnología, las apariencias engañan. Y es precisamente en este escenario donde irrumpe una noticia que está agitando los cimientos del sector: el máximo representante de Alphabet, Sundar Pichai, ha desvelado que el coloso tecnológico Google ha estado transfiriendo el 36% de los ingresos producidos por las consultas en Safari a Apple. Exacto, más de un tercio de los réditos llevan impreso el emblema de la manzana, todo ello producto de un acuerdo de búsqueda predeterminado, pieza fundamental en el procedimiento antimonopolio liderado por el Departamento de Justicia.

• «Además, se ha desvelado que Google ha desembolsado la astronómica cantidad de $49 mil millones en 2022 en los aún recónditos Costos de Adquisición de Tráfico (TAC). Te preguntarás, ¿qué son exactamente los TAC? Nada más y nada menos que el gasto que asume Google para mantener su motor de búsqueda en primer plano. Digamos que es el coste de ser siempre el preferente.»
• «Un dato intrigante que se ha sacado a la luz es que Google parece compensar a Samsung, su mayor aliado en hardware de Android, con menos de la mitad de lo que paga a Apple. Con esta revelación, muchos se cuestionarán si nos encontramos en una partida de Monopoly.»
• «Estos pormenores, dignos de un relato de espionaje, se han difundido recientemente y han suscitado debate. Se acusa a Google de retener información que, en principio, no necesitaría ocultar. ¿Qué otras sorpresas aguardan debajo de la superficie? ¿Estamos frente a un nuevo Watergate tecnológico?

Alphabet, en su parte, parece tener ocupado a su equipo legal, ya que lidia con batallas jurídicas en todos los frentes, incluyendo dos procesos legales separados del Departamento de Justicia en Virginia y Washington, DC, por supuesta conducida antimonopolio, y una demanda por parte del creador de videojuegos Epic Games.

Eso sí, antes de que enciendas las antorchas y marches hacia las oficinas de Alphabet, debemos recordar que estos son solamente hechos confirmados que están en plena fase de investigación y juicio. Aún quedan muchos misterios por desentrañar y, como en cualquier buen thriller, lo mejor se reserva para el final. Así que, de momento, solo nos queda aguardar y ver cómo se desenlaza este drama digno de la gran pantalla.

El acuerdo entre Google y Apple

Sundar Pichai, ni más ni menos que el mandamás de Alphabet (Google para nosotros), soltó una de esas noticias que estremecen los pilares de la economía digital. Ante la perplejidad de muchos, confirmó que nada menos que el 36% de los ingresos que Google recibe de las búsquedas realizadas en Safari, uno de los navegadores más frecuentados, va directamente a las arcas de la compañía de la manzana mordida.

• ¿Te parece increíble? Pues agárrate fuerte, que la cosa no termina aquí. Esta «cordial» redistribución de riqueza es una de las cláusulas de lo que llaman ‘acuerdo de búsqueda predeterminado‘, pactado seguramente con sonrisas fingidas y puños discretamente cerrados bajo la mesa. Hoy en día, se tiene como el escudo de Apple frente a las acusaciones antimonopolio del Departamento de Justicia.

• Y es que, para ponerte en situación, estamos hablando de que Google ha tenido que desembolsar nada menos que $49 mil millones durante 2022 para asegurarse un espacio privilegiado en el punto de partida del navegador. Un costo que parece equitativo hasta que salen los datos, y nos damos cuenta que Google podría estar abonando menos de la mitad a Samsung, su principal aliado en hardware de Android. Resulta irónico, deslizando dudas sobre la justicia de estos pactos.

• Si crees que este ha sido un golpe maestro de Alphabet, te equivocas. Las reglas en el valle del silicio no se escriben en el Edén. Estas cifras recién salidas del horno, han generado malestar entre los críticos, quienes acusan a Google de mantener oculta información innecesaria para el público.

En medio de este vendaval, Alphabet se enfrenta a varios desafíos legales. Baila con dos demandas distintas del Departamento de Justicia en Virginia y Washington, DC, acusada de comportamiento anticompetitivo. Como si esto no fuese suficiente, debe hacer frente a una demanda interpuesta por Epic Games.

• Sumergidos en este maremoto de millones y reproches, una certeza queda clara. El mundo de los negocios digitales a veces se asemeja a una partida de póker: rostros impávidos mientras se reparten las cartas y una nube de incertidumbre sobre quién podría estar jugando con las cartas marcadas.

Transparencia y críticas

No cabe ni la sombra de una incertidumbre: Google navega en mares revoltosos, podría decirse que está encarando una auténtica borrasca. El gigante tecnológico se encuentra en la picota judicial por supuestas trapisondas comerciales y recibe críticas que resquebrajan su blasonada armadura digital desde frentes diversos.

• En este laberíntico juego cifrado, Google confirma que entrega a Apple un 36% de los ingresos obtenidos de Safari. ¿Un don dorado anual para mantener la concordia? Se antoja que no, pues en el epicentro de las denuncias antimonopolio que se ciernen sobre Alphabet, la matriz de Google, se ubica precisamente este detalle. Y hagamos constar, señores, que no hablamos de cuatro perras gordas… estamos hablando de contante y sonante, cerca de $49 mil millones, que Google ha desembolsado sólo en el año 2022.
• Y, por si fuera poco, resulta que Google estaría gratificando a Samsung, su principal aliado en términos de hardware, con menos de la mitad de lo que abona a la marca de la manzana. Por desgracia, Samsung, a veces la vida no es equitativa.
• La guinda del pastel de este lío es que Google decide ahora filtrar estas cifras. Los círculos críticos subrayan que ha estado ocultando datos de interés al público. Un auténtico enigma innecesario para la opinión pública.
• En este contexto, Alphabet se ve ahora en medio de varias contiendas judiciales, incluyendo dos demandas independientes del Departamento de Justicia en Virginia y Washington, DC, relacionadas con supuesto comportamiento anticompetitivo, y también una demanda de la compañía de videojuegos Epic Games.

La transparencia es un valor cotizado, y no sólo en el mundo del cristal, sino especialmente en el mundo de los negocios. Ocultar detalles críticos sobre cómo gestiona sus recursos o cómo corteja a sus socios, sólo complica más la situación para Google. Si la transparencia fuera una asignatura, Google, probablemente suspenderías.

Cuando los secretos salen a la luz, cuando los esqueletos abandonan el armario, la lealtad del público empieza a flaquear. Google tiene ahora un desafío de RR.PP. que necesita resolver con urgencia. Es tu turno, Google, pues en este juego se fragua la reputación. Y como todos sabemos, la reputación es más difícil de construir que de destruir. Será fascinante observar cómo se desenvuelve esta situación… para bien o para mal.

Desafíos legales para Google

Para el todopoderoso Google, afincado en Mountain View, la época está siendo de alta mar y olas encrespadas. No sólo boga con soltura en las aguas siempre cambiantes del avance tecnológico, sino que ahora le toca encarar la tormenta de un litigio legal. Hablamos de una línea de flotación que, lejos de ser ocasionales escollos, le sitúa en un maremágnum jurídico provocado por constante tensión pública y el mazo inmisericorde de la justicia antimonopolio.

El Departamento de Justicia no es precisamente sutil en sus embestidas. En lugar de un solo ataque, ha lanzado un doble envite jurídico en Virginia y Washington, DC, por posibles prácticas anticompetitivas. La maniobra que parece haber desatado la tempestad es un atractivo 36% de los ingresos por búsquedas de Safari que Google acordó abonar a Apple, un pacto que huele más a trato bajo cuerda que a un acuerdo transparente.

• La tormenta adquiere tintes aún más oscuros al advertir que esa cifra es solo una pequeña parte de lo que se juega. Durante 2022, Google invertió la nada desdeñable cantidad de casi 49.000 millones de dólares en costes de adquisición de tráfico (TAC) para garantizar que su motor de búsqueda estuviera en la cresta de la ola, visible para todos los usuarios. ¿Sorprendido? Bienvenido al universo Google.

• Pero la resaca trae más sorpresas. Al parecer, Google estaría pagando a Samsung, su principal socio en hardware de Android, menos de la mitad de lo que abona a Apple. Las alianzas de conveniencia parecen valer más que las verdaderas amistades en este turbio juego de poder y estrategias empresariales.

• ¿Y la confrontación con Epic Games? Sí, queridos lectores, la trama no se limita a los negocios de búsquedas y navegadores. El universo virtual de Epic Games también se ha transformado en un campo de minas legal para Google en estos turbulentos tiempos.

En definitiva, Google parece más un protagonista de drama judicial que el pionero tecnológico al que nos tiene acostumbrados. La compañía opera en diferentes frentes: innovación, estrategia y, sí, también combates judiciales. Mantengamos el ojo avizor en el titan de internet, porque la saga legal simplemente acaba de comenzar.

Impacto para los usuarios y conclusión

Resulta fascinante cómo, en esta partida de ajedrez financiero entre gigantes de la tecnología, nosotros, los usuarios, nos convertimos frecuentemente en peones sin voz ni voto, movidos a capricho por el tablero. Eso es lo que ha ocurrido en lo que han bautizado como «la gran revelación», en la que Google paga el 36% de los ingresos por las búsquedas de Safari a Apple. Un pacto que pone en evidencia los complejos y ocultos vínculos económicos entre las corporaciones de la cúpula tecnológica.

• ¿Y qué implica esto para nosotros, los simples usuarios? En esencia, somos las piezas que alimentan esta maquinaria, aunque usualmente desconocemos hacia qué rumbo se dirige el convoy. Cuando utilizamos nuestro iPhone para realizar búsquedas en Google, inadvertidamente, contribuimos a mantener este crucial pacto para el aumento de ganancias de estas empresas, y de forma indirecta, a la lucha contra el monopolio de Google.

• Por otro lado, resulta alarmante la desigualdad de trato, en términos económicos y de información, hacia Samsung, principal aliado de hardware para Android. Este sesgo nos lleva a plantearnos desconcertantes cuestiones sobre la concentración de poder y su distribución dentro del universo tecnológico, desilusionando a aquellos que abogan por un terreno de juego más equitativo para todos los participantes.

• En un sentido más general, estas revelaciones, a pesar de llegar tarde, refuerzan la demanda de mayor transparencia en el ecosistema tecnológico. Está en juego el futuro de la competencia en el sector, con empresas de menor tamaño luchando por mantenerse a flote en un mar repleto de depredadores financieros.

• Finalmente, esbozamos una conclusión más: el dominio exorbitante de Google y Apple en el sector podría peligrar si prosiguen estos juicios antimonopolio. Por lo tanto, aunque el horizonte parezca incierto, está claro que la presión está empezando a surtir efecto en estas colosales entidades. Y en este laberinto de intereses, como siempre, nos corresponderá a nosotros, los usuarios, aguardar y observar cómo se suceden los eventos en el tablero de juego.