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Introducción: Regulaciones criptográficas y evasión fiscal
- Hasta la fecha, las criptomonedas han gozado de una laxitud que ha permitido tácticas fiscales más propias de un argumento de historieta que de inversiones serias. Sin embargo, todo indica que esto está a punto de transformarse.
- Historicamente, el mundo cripto ha parecido una tierra de oportunidades para ciertos inversores. Sin embargo, ahora se vislumbra en el horizonte una tempestad, una ola de regulaciones que desea poner fin al libre albedrío.
- Como en un clásico western, los inversores en criptomonedas ven venir su retrato con el letrero «Wanted», pero los nuevos sheriffs quieren ir más allá con una regulación para todos los activos financieros.
- Por supuesto, la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, es puntal en esta invasión al universo cripto. Como si fuera la moderna Marian, respalda decididamente la vigilancia regulatoria de las criptomonedas, dándole protagonismo al proteccionismo para los consumidores y los inversores… O, al menos, eso es lo que escuchamos en la narración oficial.
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Las nuevas normativas propuestas
- DE LUGARES DE COMERCIO A INTÉRPRETES DE OPERACIONES
Aquí está la guinda. Las plataformas de trading de activos digitales, los proveedores de monederos electrónicos y quienes gestionan las transacciones, van a tener que ponerse el sombrero de «intérpretes». ¿Y qué conlleva esto? Sencillo: según las frescas regulaciones, un «intérprete» es el encargado de las transacciones de criptomonedas, rol que adquieren los proveedores de billeteras electrónicas y los gestores de operaciones. Si empiezas a unir puntos, te percatarás de que este escenario supone un control más estricto de las ventas y movimientos de criptomonedas.
Además, estos flamantes «intérpretes» tendrán que rellenar un informe que actuará como brújula para los contribuyentes a la hora de preparar su declaración de impuestos vinculados a activos digitales. Desde el Departamento del Tesoro se nos asegura que estos cambios tienen la intención de cerrar las trampillas fiscales, afrontando los retos de fraude fiscal que presentan las monedas digitales y garantizando un marco regulatorio equitativo para todos.
Janet Yellen, Secretaria del Tesoro, está tras estas normativas. Suya es la señal verde a una supervisión regulatoria más intensa del mercado de las criptomonedas. Esto se ve como un necesario chaleco salvavidas para los inversores que se asoman por primera vez al intricado mundo de las criptomonedas. Mientras tanto, tenemos la mira puesta en la audiencia pública programada para el 7 de noviembre, donde se debatirán estos y otros asuntos más contundentes de las regulaciones propuestas. Te invito a preparar el bol de palomitas y sintonizar la correcta frecuencia. Será un acontecimiento digno de recordar.
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Las implicaciones fiscales
- La Administración del Tesoro parece haber esculpido su táctica bajo la metódica exactitud de una jugada de ajedrez. Aspiran a sellar cada resquicio fiscal y, en el camino, plantarle cara a los jaques de las evasiones fiscales. A partir de ahora, las operaciones con criptoactivos se someterán a un escrutinio tan detallado como el de los instrumentos financieros más clásicos.
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Este cambio de rumbo tiene otros actores: los «brokers«. Tanto las plataformas de intercambio de divisas digitales, como las entidades proveedoras de carteras virtuales y los tramitadores de transacciones deben prepararse para un cambio de denominación, en un intento de espejear la terminología bursátil. ¿El motivo? Supervisar la emisión de un novedoso formulario encargado de fijar los impuestos de los contribuyentes, simplificando así la elaboración de la declaración fiscal.
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La nueva reglamentación ha suscitado caloradas opiniones, y una de sus defensoras más entusiastas es la Secretaria del Tesoro,
Janet Yellen . Su firme respaldo a la supervisión reguladora de las criptodivisas refleja su preocupación por la salvaguarda de los consumidores y su convicción en la eficacia de la regulación vigente para amparar los intereses de los inversores. -
Retroalimentación y futuras acciones
- Hasta el día 30 de octubre se abre la ventana para ofrecer opiniones sobre estas novedosas directrices. Para los que disfrutan del fascinante dramatismo que arrojan los trámites legislativos, el Tesoro de los Estados Unidos está recibiendo comentarios y puntos de vista sobre su plan de regular las criptomonedas como si de activos financieros tradicionales se tratasen.
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Lo interesante aquí es que este periodo de consulta juega un papel relevante en la confección de la versión definitiva de dichas normas. Así, en esta curiosamente irónica posición en la que algo tan avant garde como las criptos puede verse influenciado por convenciones ancestrales, la aportación pública podría traducirse en modificaciones tangibles en las regulaciones sugeridas. Es toda una demostración de democracia participativa en el espejo deformante del ciberespacio.
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Para añadir más intriga, se ha programado una audiencia pública para el 7 de noviembre, donde se debatirá en profundidad sobre el tema. Se abordarán aspectos como la equiparación con los activos financieros tradicionales, y los minuciosos y a veces abrumadores informes fiscales obligatorios.
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Naturalmente, los efectos derivados de dicho encuentro todavía son un misterio. Todo dependerá de los argumentos que se planteen y las respuestas a ellos. En última instancia, puede que esta revolución financiera termine por integrarse con los sistemas financieros ya establecidos, o podría dar pie a un terreno completamente inexplorado donde los valores digitales jueguen con sus propias normas.
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Conclusión
- No hay duda de que esta decisión de agarrar el toro por los cuernos llega en un momento en el que es más necesario que nunca frenar la creciente evasión fiscal que se está dando a raíz del auge del comercio de criptomonedas. Tomar medidas que garanticen la declaración de ventas y el rastreo de los activos digitales no sólo es necesario, sino que parece una reacción completamente razonable ante el volumen de capital que se mueve en estos mercados. Pero lo que es más importantes, estas medidas hacen ver que las operaciones con monedas digitales finalmente se están tomando tan en serio como las transacciones de activos financieros tradicionales.
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Por otro lado, observamos el paso que se ha dado para considerar a las empresas de comercio de criptodivisas, los proveedores de carteras de criptomoneda y los procesadores de transacciones como «corredores». No veo en esto ninguna coincidencia, sino un intento de igualar las reglas del juego para todos los que operan en el mercado financiero.
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La importancia de estas nuevas regulaciones es innegable. La Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha sido más que explícita en sus manifestaciones sobre este asunto. El ambiente general parece apuntar hacia el establecimiento de un sistema criptomonedas mucho más sólido y regulado.
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Sin embargo, sólo el tiempo confirmará cuánto de estas iniciativas se pondrán en práctica tras el periodo permitido para comentarios que finaliza el 30 de octubre, y la audiencia pública que se llevará a cabo el 7 de noviembre. A pesar de que las regulaciones buscan proteger a los consumidores y los inversores, todavía nos enfrentamos a la gran incógnita: ¿Estamos realmente preparados para digerir un cambio de tal magnitud?
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En resumen, hay una tormenta en ciernes y todos estamos a la espera de dónde y cuándo caerá el rayo. Aunque queda mucho camino por recorrer, esta es un primer paso hacia una gestión de las criptomonedas más equitativa y responsable. Al final, el tiempo será el encargado de determinar si estas nuevas regulaciones resultarán efectivas para sofocar la evasión fiscal.
En una trama que bien podría pertenecer al cine, las criptomonedas, esos entes digitales del valor que muchos equiparan a la nueva Fiebre del Oro, podrían afrontar un severo revés. Y ojo, no hablo de un colapso catastrófico, sino de un escollo a superar. Al parecer, la administración Biden ha decidido tomar cartas en un asunto que ven como un hueco fiscal peligroso.
Como Henri Dunant refundado, Biden desea que los usuarios de criptomonedas tributen por las ventas y operaciones con estos activos digitales. En otras palabras, busca que este mundo virtual pague su deuda, y no a cualquier entidad, sino a la más grande… El mismísimo Departamento del Tesoro estadounidense.
Según el borrador de estos nuevos justicieros financieros, se contempla la introducción de un nuevo formulario para manejar los riesgos de evasión fiscal vinculados con el comercio de criptoactivos.
Al igual que en cualquier superproducción, esta nueva regulación también tiene fechas claves. Los stakeholders tienen hasta el 30 de octubre para plasmar sus comentarios y sugerencias. También se convocó a una audiencia pública para el 7 noviembre. Hay marcado un duelo, y los argumentos serán las balas.
De esta forma, la apacible pradera cripto se está convirtiendo en un auténtico western de revólveres y sombreros. ¿Serán los criptoinversores los héroes de esta partida o verán su supremacía arrasada por el poderoso Tesoro? Lo única segura es que nos encontramos al borde de apasionantes giros en el vertiginoso mundo de las finanzas.
La Administración Biden, en su empeño por combatir los trucos fiscales y promover la integridad en las finanzas, no ha dado la espalda a las criptomonedas. De hecho, le ha declarado una especie de guerra pacífica. Las nuevas reglas dictan que los avispados inversores estadounidenses que hayan conseguido surfear en la volátil ola de criptomercados tendrán que abonar sus correspondientes impuestos ligados a ventas y transacciones de activos digitales. El mensaje está claro: la lavandería de dinero, aunque sea digital, va a tener su último ciclo. Desde la burocrática torre del Departamento del Tesoro, se vigila la trazabilidad hasta el último céntimo.
Al final, todos estos cambios en la gobernanza y la aparición de nuevos códigos fiscales en el mercado de criptomonedas podrían influir en cómo las empresas como Coinbase gestionan sus participaciones en proyectos de DeFi como Circle.
Las recientes propuestas normativas en el universo criptográfico impulsadas por el gobierno del Presidente Biden, parecen trascender los dominios financieros y erigen como audaz estrategia contra uno de los retos contemporáneos más acuciantes: la evasión fiscal. Así, como si de un extracto cinematográfico de ciencia ficción se tratase, los contribuyentes estadounidenses deberán adentrarse en la realidad virtual para abonar los impuestos derivados de transacciones y permutaciones de criptoactivos.
Si estas iniciativas te ocasionan cierta inseguridad acerca de cómo podrían influir en tus criptoactivos, no hay motivo de alarma. Desde el Departamento del Tesoro de EE. UU. han abierto un período de consultas y feedback sobre la propuesta hasta el 30 de octubre, y también se ha previsto una sesión pública para el 7 de noviembre. Una auténtica confrontación fiscal que no deberías perderte.
En resumen, el vendaval que aúna criptomonedas y fiscalidad merece una atención cuidadosa. Todos deberíamos estar listos para el aterrizaje de los contratos inteligentes y las operaciones descentralizadas en lo que se augura como la versión más inesperada de la declaración de la renta. Si quieres leer más sobre cómo las decisiones de la Reserva Federal pueden afectar el valor de las criptomonedas, te recomendamos este artículo. No sé vosotros, pero yo no pienso perdérmelo.
Las recientes regulaciones que han apuntado a las criptomonedas, asimilándolas a un episodio de novela de intriga, son tan solo propuestas en su etapa actual. Como bien sabemos, entre una mera proposición y su verdadera implementación, pueden surgir matices que parecen extraídos de un melodrama popular.
En suma, todos estos agitados sucesos nos conducen hacia un resultado en materia de regulaciones que, sin duda alguna, será muy interesante seguir de cerca. Ahora, no nos queda más que aguardar, observar y, por qué no, tomar parte de este apasionante cruce de caminos entre finanzas, tecnología y legislación. Puedes encontrar más información al respecto en nuestro post sobre la caída del 8% del Bitcoin y su recuperación.
Las recientes propuestas regulatorias presentadas por el gobierno del Presidente Biden amenazan con transformar completamente la escena criptográfica en Estados Unidos. Parece evidente que estas medidas son un esfuerzo por parte de la administración para instaurar un poco de orden en el caótico mundo de las criptomonedas, un ámbito que ha carecido, desde su nacimiento, de reglas claras y definidas.
Además, creo que puede ser relevante mencionar las posibilidades de inversión dentro del ámbito de las criptomonedas. Para aquellos que estén considerando entrar en este mercado, os dejo este enlace sobre las Mejores Criptomonedas DeFi para Invertir en 2023: Ranking y Consejos.
Fuente de la noticia: https://www.foxbusiness.com/fox-news-tech/biden-administration-proposes-crypto-tax-regulations-new-reform