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Introducción
En estos días, no resulta extraño que en pleno debate de barra de bar alguien interpele con un «¿Has oído lo que está pasando con las tasas de interés?» y es que la economía global parte el bacalao. Las cifras en negativo y la amenaza latente de la tormenta económica surcan nuestros pensamientos tanto como un cielo ennegrecido antes de la lluvia. ¿Por qué nos inquieta tanto esta trama? Muy sencillo. Las tasas de interés son ese eslabón que, de algún modo, sujeta las riendas de nuestras finanzas personales y la marabunta llamada economía mundial.
Podemos simplificarlo. Piensa en las tasas de interés como esa figura en tus reuniones que siempre lanza los chistes más ingeniosos, pero que cuando se pasa de copas termina sollozando en un rincón. Hoy, este elemento está tan exultante que ha marcado un nuevo hito: el rendimiento del Tesoro a 10 años ronda el 5%, llegando a una cifra que no veíamos desde hace más de una década.
- Ante la aguja de la incertidumbre, estamos ante un momento tan fascinante como aterrador para la economía. Los prudentes ya se preparan, pero si aún titubeas acerca de qué derrotero tomará todo esto, quédate a nuestro lado. No prometemos soluciones definitivas, pero sí te ofrecemos un faro para surcar estas aguas turbulentas.
- Pero no podemos evitar mirarnos de soslayo preguntándonos: «¿Cuánto más se prolongará este jolgorio?». Viene a nuestras mentes la turbulencia de décadas pasadas, como los épocas del 70 y 80, donde la tasa de Fondos Federales se paseaba con un 13% y un 19% respectivamente. Sin embargo, regresamos a la actualidad y a las palabras de David Solomon, CEO de Goldman Sachs, hablando de «normalización», como quien intenta esquivar la peor de las resacas.
- Entre el recuerdo y la prudencia, nos aguarda un horizonte de tasas oscilando entre el 5,25% y el 5,50%. No retornamos a los años locos de la inflación disparada, pero sí a un terreno donde el dinero ya no fluye con tanta facilidad.
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Escenario actual de tasas de interés
Estamos ante un momento crítico. La Reserva Federal se alista para lanzar una nueva bola: toma en serio el incremento de las tasas de interés. Los inversores, alerta máxima, siguen minuciosamente cada movimiento mientras el mundo financiero se llena de nervios.
El rendimiento del Tesoro a 10 años está marcando un 5%, cifra que se distanciaba de nosotros desde hace 16 años. Y sí, apreciado lector, si estás pensando en comprar un vehículo nuevo, es probable que hayas tenido un desagradable encontronazo al visualizar los tipos de interés: 7,4%. En cuanto a los automóviles de segunda mano, la situación no es más halagüeña, hablamos de un 11,4%.
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Se nos plantea una interrogante que se percute una y otra vez: ¿Hasta cuándo seguirán escalando las tasas? ¿Acaso aspiran a que retornemos a la época desenfrenada de los años 70 y 80? Durante aquel tiempo, los cómplices de la Reserva Federal nos hicieron danzar al son de una tasa de Fondos Federales que rozó el 13% en 1974 y que llegó a un terrorífico 19% durante los años 80.
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Pero se asoma nuestro caballero, David Solomon, CEO de Goldman Sachs. En una conversación exclusiva para FOX Business, Solomon dejó patente que no cree que vayamos a revivir aquel desbarajuste financiero. Según su perspectiva, nos dirigimos hacia una etapa más regularizada y no una en la que parezca que el dinero llueve.
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Para Solomon, normalidad tasas es sinónimo de tasas que fluctúen entre el 5,25-5,50%. Pero no hay que alarmarse, no todo son malas noticias. El CEO de Goldman Sachs también ha insinuado que hay un riesgo de que las tasas puedan escalar aún más debido a la inflación, sobretodo en torno a la mano de obra.
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Resulta paradójico. Mientras la UAW negocia con Ford y Stellantis, los Teamsters de UPS tienen asegurado un nuevo contrato de cinco años por una suma de alrededor de 30.000 millones de dólares.
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La prominente Reserva Federal mantuvo las tasas inalteradas el miércoles, pero ya advierte, sin causar demasiado revuelo, que no descarta otro incremento en la reunión de diciembre. No obstante, y a pesar de la sombra que la probable subida de tasas arroja sobre nosotros, Solomon reitera que la economía de EE.UU tiene cuerpo y cabeza para sostenerse por sí misma.
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Como adelanto, Solomon nos proporciona un atisbo de optimismo. Una de las ventajas de EE.UU como economía es que la mayoría de los propietarios de viviendas han optado por hipotecas a largo plazo con tasas notablemente bajas durante mucho tiempo. En este gran juego de ajedrez que son las finanzas, este elemento podría jugar a nuestro favor ante las posibles subidas en las tasas de interés.
En resumen, nos encontramos en un tablero de cambio. La Reserva Federal ajusta sus lentes y aguarda el momento idóneo para hacer su jugada, mientras el resto del mundo financiero contiene la respiración. En este juego, un pequeño desvío en las tasas de interés puede alterar el rumbo de la partida. Así que, ¿estás preparado para el próximo movimiento?
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Impacto de las tasas de interés en el crecimiento sostenido
En el actual tablero financiero, la posibilidad de un alza en las tasas de interés se cierne como un amenazador espectro. No cabe desestimar los efectos de estos vaivenes, los cuales pueden tener un impacto significativo en el desarrollo sostenido de cualquier economía. Una partida a cara o cruz en la que todos estamos inmersos, con los operadores de mercado en constante alerta y la mirada fijada en la Reserva Federal.
- «Si nos aventuramos a desgranar la realidad presente, observamos que el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años coquetea con el 5%, umbral que no se cruzaba desde hace más de una década.»
- «Asimismo, las tasas hipotecarias a 30 años flirtean inclinada hacia el 8%, y los préstamos para autos nuevos, tanto nuevos como usados, no se salvan de la tendencia, rondando el 7.4% y el asombroso 11.4% respectivamente.»
- «El recuerdo de las altas tasas de interés de las décadas de 1970 y 1980 parece emerger de las sombras. Quizás recuerdes cuando la tasa de los Fondos Federales casi rozó el 13% en 1974, y no descendió del 19% durante los 80.»
- «No obstante la sombra de aquellos años de inflación ascendente y tasas de interés exuberantes, Solomon tiende a ver un futuro más «equilibrado» financieramente, lejos de un escenario donde el dinero fluye incontrolado.»
Para él, la nueva normalidad tasas se decanta por una tasa de entre 5,25-5,50%. Por mucho que nos agrade la idea de un dinero especialmente asequible, deberemos asumir esta ‘normalidad’ propuesta.
- «Mas, la inflación, signo de nuestro tiempo, agrava el panorama: los costes laborales se disparan sin visos de detenerse. Incluso los Teamsters de UPS han acordado recientemente un nuevo contrato quinquenal por un estimado de $30 mil millones.»
- «Las negociaciones de contratos con Ford y Stellantis también están en marcha. ¿Será que el vals de la inflación es la música que nos guiará a todos irrevocablemente?»
A pesar de la fría visión del presente, Solomon presenta un semblante optimista. Percibe que la economía de los Estados Unidos tiene las energías para mantenerse en pie, aun en caso de un eminente incremento en las tasas. En definitiva, no todo está perdido, aunque una pizca de suerte (o un voluminoso ahorro) no vendría mal para afrontar el futuro.
En último término, las tasas de interés perduran como foco de atención, desencadenando un aluvión de especulaciones y previsiones económicas. Conforme éstas asciendan, debemos permanecer vigilantes y ponderar cómo estos cambios impactarán en nuestro crecimiento económico. Al fin y al cabo, el futuro siempre brinda sorpresas y asecha con sus incertidumbres. Porque, como suele acontecer, es preferible estar preparados. Así va la vida, llena de sorpresas, ¿no es así?
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Resiliencia y fortaleza de la economía estadounidense
A pesar de que el frío financiero golpea con fuerza a base de intereses en alza, David Solomon, número uno en Goldman Sachs, mantiene firme su convicción: la economía de los Estados Unidos quiere jugar una partida muy distinta. Podría parecer un león herido, pero no. Solomon argumenta que la resiliencia económica del país de las barras y estrellas podría dar una lección al mismísimo Superman.
¿Noches en vela al pensar en tasas de interés crecientes? ¿El terror financiero se apodera de tus sueños al más puro estilo Hitchcock? Respira. Según Solomon, no hay motivos para tales sobresaltos. Su argumento se sustenta en el hecho de que la mayoría de los estadounidenses tienen hipotecas a largo plazo con tasas arraigadas en el terreno de lo moderado. Una circunstancia que, a su parecer, juega a su favor en medio de este temporal de tipos elevados.
- «Incluso en una economía de proporciones colosales como la yanqui, un repunte en los costos laborales no es capaz de tumbar la emblemática estatua de la libertad.
- Prueba de ello es que los Teamsters de UPS han conseguido recientemente un jugoso contrato de cinco años, con cifras que bailan alrededor de los $30,000 millones.
- Y eso sin señalar las regateos que aún se disputan en la UAW con titanes del motor como Ford y Stellantis.
A pesar de que no hay bola de cristal que anticipe con exactitud el porvenir de las tasas de interés, Solomon se atreve a dibujar las líneas de un futuro con tasas que vuelven al redil, con valores alrededor del 5,25-5,50%. Una vuelta a la normalidad tasas que deja atrás la fantasía del dinero gratis que parecía bailar en los pasillos de Wall Street. Pero seamos adultos, el economista no se muerde la lengua y advierte que las tasas podrían seguir trepando de la mano de la inflación, especialmente laboral. Un golpe que no dejará a nadie impasible.
Sin embargo, Solomon sigue en su línea: la economía de los Estados Unidos puede valerse por sí misma. Prepárate porque esto es solo el primer envite. ¿Por qué no nos sentamos y disfrutamos del partido? Quizás el juego acabe resultando mucho más interesante de lo que parece a primera vista. Al fin y al cabo, jamás se debe subestimar al audaz Tío Sam.
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Conclusión
En abierto, ni es un misterio ni hay velos que nos oculten la expectación que nos genera la decisión que tomará la Reserva Federal. Nos recuerda a la expectación de un serial televisivo, aunque a diferencia de un final de temporada, aguardamos a ver si viviremos un episodio económico de reminiscencias setenteras y ochenteras, o si todo terminará siendo un mero sobresalto.
¿Qué os puedo decir? La idea de regresar a aquellos tiempos de altísimas tasas de interés parece un horizonte lejano. Pero estamos hablando de economía, amigos, y aquí no se elude ninguna posibilidad. Incluso el propio CEO de Goldman Sachs, David Solomon, ha evidenciado que, aunque no cree en vueltas a épocas antiguas, sí confía en algo más… digamos, «normal«. ¿No es esa la palabra que todos deseamos para nuestra economía: normalidad?
Aunque no nos dejemos embriagar por el optimismo. El propio Solomon nos advierte sobre la inflación, el gran lobo del bosque económico, que puede dar un golpe en la mesa y provocar un aumento en las tasas. Y ¿quién es el culpable? Pues la mano de obra. Así es, señores, los costes laborales también ejercen su presión. Mirad si no a los Teamsters de UPS, con su flamante contrato de cinco años. Tampoco Ford, Stellantis o GM se quedan al margen. El terreno de las negociaciones está en ebullición, y eso también tiene un peso innegable.
- ¿Qué se puede prever? Los pronósticos sugieren que quizá la Reserva Federal pase de puntillas en esta ocasión. Pero ¿habrá cambios en diciembre? Hablar del futuro económico es a veces parecido a hacer predicciones del tiempo. Direcciones y fuerzas del viento, variables e incertidumbres… no lo sabemos, nadie lo sabe. La lógica apunta a otra subida de tasas en diciembre.
- Sin embargo, Solomon deja un resquicio de esperanza al declarar que la economía de EE.UU. no necesita de nadie para seguir adelante. Que cada uno extraiga sus propias conclusiones.
No obstante, en medio de tanta incertidumbre, emerge una pequeña balsa salvadora: el posible aumento de las tasas de interés no impactaría a todos, en teoría. Según Solomon, aquellos estadounidenses que se decantaron por hipotecas a largo plazo a tasas bajas, tienen ventaja. Así que, al menos, no todo son malas noticias.
¿Queréis saber mi opinión? Pues en realidad, la autoridad última reside en el mercado y en nuestra capacidad para adaptarnos. Pero una cosa es clara: el rendimiento, las tasas, las inversiones… todo pende del hilo de las decisiones de unos pocos. Y nosotros, como siempre, en espera. ¡Vaya una emocionante vida esta del mundo financiero!
Incremento de tasas de interés: análisis y previsión económica
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