Tradicionalmente las finanzas y el dinero han sido un tema tabú y no solo para personas ajenas a la familia sino también para los mismos miembros de la familia entre sí.
Hablar de dinero es de mala educación; invertir es de ricos; eso me lo lleva el del banco…; esto lo voy pagando poco a poco y no me doy cuenta…
Son frases que a lo largo de nuestra vida casi todos hemos escuchado o incluso dicho y que denotan lo pobre que es y la falta de importancia que se le ha dado a la educación y la cultura financiera.
Afortunadamente, los tiempos cambian. Hoy en día, las personas y las familias son cada vez más conscientes de que la relación con el dinero es necesaria e inevitable y que una relación sana con el dinero y una cultura financiera adecuada están estrechamente ligadas a su felicidad y bienestar.
Como la mayoría de cosas en la vida, cuanto antes se aprenden mejor. Los niños son esponjas de aprendizaje, y, como nos sugieren desde Value Kids, es en esta etapa de la infancia cuando debemos empezar a mostrarles la importancia del ahorro y los hábitos de consumo responsable para que en el futuro sean capaces de alcanzar sus objetivos financieros con menos esfuerzo independientemente de sus ingresos.
Al igual que en otros aspectos, la escuela no ha sabido dar respuesta a la necesidad de formar a las personas en educación financiera básica y de calidad. Hasta los últimos cursos de la educación obligatoria no aparecen asignaturas que traten temas de educación financiera de forma específica.
Ante este panorama, el peso de la educación financiera recae en los hogares y no todas las familias tienen la formación necesaria para llevarla a cabo con éxito.
A lo largo de este artículo vas a conocer algunos tips y herramientas organizados por edades que te van guiar en el proceso de enseñanza de una educación financiera básica y una relación con el dinero saludable para los más pequeños de la casa.
Hasta los 6 años
En estos primeros años de su vida, los niños empiezan a saber qué es el dinero y para qué sirve. Poco a poco irán entendiendo que el dinero sirve para intercambiarlo por diferentes bienes.
Los más pequeños no entienden los conceptos por explicaciones teóricas. Ellos entienden conceptos a través de la observación de lo que ocurre a su alrededor y sobretodo a través de sus experiencias.
Por lo tanto, es importante que hagas a tu peque partícipe de los pequeños pagos del día a día en el supermercado, en el bar, en la peluquería… así irá descubriendo que los bienes y servicios que recibimos se intercambian por dinero.
Regálale una hucha en la que pueda guardar las propinas que le den sus familiares cuando lo vean. Id revisando cada cierto tiempo cómo van creciendo sus ahorros, le hará mucha ilusión. Dile qué cosas podría comprar con parte de sus ahorros y ofrécele ir gastando de vez en cuando algunas monedas para que su esfuerzo ahorrando se vea recompensado y experimente la sensación de intercambiar el dinero.
Juega con ellos a las tiendas, ya sean de juguetes, ropa, alimentos para que entiendan que para obtener ciertos productos necesitas dinero, que unos son más caros que otros y que no podrán comprarlos todos si no tienen el suficiente dinero.
Desde 7 a 9 años
En estas edades comienzan a manejar números y cantidades con más soltura, son más reflexivos y van entendiendo qué cosas deben y no deben consumir y porqué.
A partir de esta edad empiezan a tener inquietud por consumir y a pedir cosas por ellos mismos, por lo tanto, es el momento de incidir en conceptos como el ahorro y el consumo responsable.
Puedes establecer una paga que ellos administrarán para comprar y ahorrar. Como dice Juana León Álamo, fundadora-directora del proyecto de educación financiera y emprendimiento para niños Aprender Cuenta, al igual que no enseñarías a tus hijos a nadar desde una silla o a montar en bicicleta desde el sofá, si quieres que aprendan finanzas necesitan manejar el dinero y ya tienen una edad en que de forma controlada pueden hacerlo.
La cantidad y la periodicidad de la paga las tienes que decidir tú según vuestros ingresos y las demandas que vayas a hacer. Por ejemplo, no debes dar 5 euros a la semana y decirle continuamente que eso lo tiene que comprar con su dinero porque la demanda de dinero que hagas tendrá que ser proporcional a la cuantía de la paga.
No te preocupes, con el tiempo encontrarás el equilibrio entre la cuantía de la paga y las demandas de la misma.
Puedes proponer juegos en familia como el Monopoly en el que podrás comprobar qué tipo de perfil tiene tu hijo: más conservador o más arriesgado y así ir adecuando tus acciones a su perfil financiero.
Puedes proponer juegos utilizando las revistas de hipermercados en los que les des un presupuesto y tengan que hacer compras para distintas situaciones: una cena, una fiesta, la vuelta al cole, etc. Así aprenderán jugando a consumir de forma responsable y planificada.
De 10 a 13 años
En esta edad es un buen momento para explicarles el concepto del fondo de emergencia y para imprevistos al cual deben destinar parte de su paga.
También puedes animarles a que lleven un registro de la entrada y salida de dinero y que planifiquen sus gastos y el dinero que necesitan para conseguirlos.
A medida que crecen suelen querer comprar cosas más caras y su paga no es capaz de cubrirlas. Es buen momento para que les animes a que aprendan a generar sus propios recursos mediante actividades, venta de objetos, etc.
También puedes considerar hacerles un préstamo con unas condiciones pactadas de tiempo y cantidad de devolución para que experimenten en sus carnes las ventajas e inconvenientes del dinero prestado.
De 14 a 16
Comienzan a ser bastante independientes. Sus planes y sus gastos son cada vez más caros. Les interesa sacar dinero de debajo de las piedras. Aprovéchate de ello. Ofrécele bonus o comisiones si consigue que bajéis el consumo mensual de electricidad, si consigue ofertas de telefonía más baratas que las que tengáis contratadas, si vende objetos que no utilices en casa, etc.
También puede comprometerse con vecinos de confianza u otros miembros de la familia a realizar algunas tareas como sacar al perro, lavarles el coche o hacerles la compra a cambio de una propina, ya sea de forma aislada o recurrente. Siempre que no olvide ni descuide sus obligaciones principales con los estudios y las tareas del hogar propio.
Puedes introducir impuestos si lo crees necesario reteniéndoles una parte de la paga (modo asalariado) o pidiéndole esa parte al final de un período negociado (modo autónomo).
Más de 16 años
Puedes involucrar a tu hijo en las herramientas de inversión de la familia e invitarlo a hacer alguna aportación. Podéis seguir la evolución de los mismos o utilizar herramientas que permitan seguir portfolios en versión demo para que conozca diferentes formas de inversión y cuando cumpla la mayoría de edad pueda empezar a realizar sus primeras aportaciones.
Aquí tienes algunos tips pero existen multitud de fórmulas y entre toda la familia iréis creando y desarrollando las que mejor se adapten a vuestra situación. Cada familia es un mundo y las edades recomendadas son solo orientaciones que variarán según el nivel de madurez de los niños y niñas.
El fin último de estas acciones es conseguir que tus pequeños sean adultos financieramente responsables, que aprendan a generar sus propios recursos, que sean consumidores responsables porque gastar menos es ahorrar y que aprendan a ser felices con lo que tienen y no infelices por lo que desean y no tienen.