Panorama económico para el segundo semestre de 2023 en Estados Unidos
El panorama económico para el segundo semestre de 2023 en Estados Unidos es incierto, con datos contradictorios que dificultan hacer pronósticos precisos. Los economistas discrepan sobre si nos dirigimos hacia una recesión leve o una desaceleración moderada.
Durante la primera mitad del año, la economía de Estados Unidos ha sorprendido al mantenerse sólida, desafiando las predicciones generalizadas de una recesión. Muchos empleadores siguen contratando personal y la economía ha añadido sorprendentemente 339,000 empleos en mayo. El gasto del consumidor, el principal impulsor de la economía estadounidense, también se ha mantenido sólido, superando las expectativas en ventas al por menor en mayo.
Sin embargo, existen datos que respaldan la posibilidad de una recesión. La inflación, que se sitúa en un 4% anual según el índice de precios al consumidor, sigue siendo demasiado alta para el gusto de la Reserva Federal. Los funcionarios de la Fed han señalado que su campaña de aumentos de tasas de interés para combatir la inflación, que comenzó en marzo de 2022 y ha llevado las tasas de interés a su nivel más alto desde 2007, aún no ha terminado. Esto significa que los costos de endeudamiento, que ya son elevados para individuos y empresas, probablemente aumentarán aún más, lo que podría frenar el crecimiento económico y eventualmente provocar una recesión.
Otro signo preocupante es la curva de rendimiento, un indicador históricamente confiable de recesiones, que ha estado advirtiendo de una recesión inminente.
Algunos economistas, como los del banco de inversión Goldman Sachs, consideran poco probable una grave desaceleración. En un pronóstico de junio, Jan Hatzius, jefe de investigación de Goldman, predijo que la economía estadounidense tiene un 25% de probabilidad de caer en recesión en los próximos 12 meses. Hatzius argumenta que la inflación ya está disminuyendo y la Fed no tendrá que llevar a la economía a una recesión para controlarla.
The Conference Board, un grupo de expertos en economía sin fines de lucro, tiene una visión más pesimista y predice una disminución del gasto del consumidor en la segunda mitad del año, a medida que los hogares agoten sus ahorros de la era de la pandemia y las personas con préstamos estudiantiles federales retomen los pagos a partir de octubre. Además, pronostican que la inflación solo disminuirá a una tasa anual del 3% para finales de año y que la Fed no comenzará a reducir las tasas de interés hasta 2024. Sumado a esto, el gobierno federal reducirá el gasto como resultado del acuerdo sobre el techo de la deuda alcanzado entre el presidente Joe Biden y los republicanos a principios de mes, lo que ralentizará aún más la actividad económica.
Por su parte, los economistas del banco PNC predicen una recesión, aunque «leve y corta», con caídas del Producto Interno Bruto en el cuarto trimestre de 2023. Gus Faucher, economista jefe de PNC, señala que los despidos deberían ser limitados, ya que las empresas, tras haber sufrido escasez de trabajadores, evitarán quedarse desprevenidas una vez que la economía comience a recuperarse.
Los economistas de Fannie Mae, una gran empresa hipotecaria, también prevén una recesión leve a partir del cuarto trimestre, con datos mixtos que brindan una visión «oscura» sobre la trayectoria de la economía. Entre las muchas incógnitas se encuentra hasta qué punto los bancos endurecerán los préstamos tras una serie de fracasos bancarios destacados esta primavera.
En resumen, el panorama económico para el segundo semestre de 2023 en Estados Unidos es incierto, con una discrepancia significativa entre los pronósticos de recesión y desaceleración. La economía ha mostrado solidez en la primera mitad del año, pero la inflación y otros factores podrían frenar el crecimiento y provocar una recesión. Los diferentes expertos tienen opiniones divididas sobre el rumbo de la economía, lo que crea un panorama económico nublado y difícil de predecir.
Indicadores preocupantes
Los economistas no tienen una clara visión sobre el rumbo de la economía para el resto de 2023, ya que los datos contradictorios generan una imagen confusa. Mientras algunos prevén una desaceleración, otros se debaten entre una posible recesión. Durante la primera mitad del año, la economía de Estados Unidos ha desafiado las estimaciones que pronosticaban una recesión.
La contratación de empleados se ha mantenido en un ritmo positivo, con una sorprendente incorporación de 339,000 empleos en mayo. Además, el gasto del consumidor, impulsor principal de la economía estadounidense, se ha mantenido sólido, superando las expectativas con las ventas minoristas en mayo.
Sin embargo, «el equipo de la recesión» también cuenta con datos que respaldan su argumento. La inflación, medida por el Índice de Precios al Consumidor, se sitúa en un 4% anual, aún demasiado alta para el gusto de la Reserva Federal. Los funcionarios de la Fed han señalado que su campaña de aumentos de tasas de interés para combatir la inflación, que comenzó en marzo de 2022 y ha llevado las tasas a su nivel más alto desde 2007, aún no ha finalizado. Esto significa que los costos de endeudamiento, que ya son elevados para individuos y empresas, probablemente aumentarán aún más, lo que impactará negativamente en el crecimiento económico y podría llevar a una recesión.
Otro signo preocupante es la curva de rendimiento, un predictor históricamente confiable de las recesiones, que ha estado advirtiendo de una próxima recesión.
Entre las predicciones de una desaceleración económica más moderada, se encuentran las de los economistas del banco de inversión Goldman Sachs. En un informe de junio, Jan Hatzius, jefe de investigación de Goldman, predijo que la economía de Estados Unidos tiene un 25% de posibilidades de caer en una recesión en los próximos 12 meses. Hatzius argumenta que la inflación ya está disminuyendo y que la Fed no tendrá que impulsar una recesión para controlarla.
Por otro lado, la Conference Board, un think tank económico sin fines de lucro, tiene una visión más pesimista. Predice que el gasto del consumidor disminuirá en la segunda mitad del año a medida que los hogares agoten sus ahorros de la era pandémica y las personas con préstamos estudiantiles federales retomen los pagos en octubre. Además, pronostican que la inflación solo disminuirá a una tasa anual del 3% para finales de año y que la Fed no comenzará a reducir las tasas de interés hasta 2024. Sumado a esto, el gobierno federal reducirá el gasto como resultado del acuerdo del techo de deuda alcanzado entre el presidente Joe Biden y los republicanos a principios de mes, lo que frenará aún más la actividad económica.
En contraste, los economistas del banco PNC predicen una recesión, aunque «leve y corta», con una caída del Producto Interno Bruto en el cuarto trimestre de 2023. Gus Faucher, economista jefe de PNC, y otros miembros del personal, señalan que los despidos deberían ser mínimos, ya que las empresas, que han sufrido escasez de trabajadores, buscarán evitar ser tomadas desprevenidas una vez que la economía comience a repuntar. Esto limitará el impacto en los ingresos y el gasto del consumidor.
En resumen, aunque la primera mitad de 2023 ha sido positiva para la economía estadounidense, existen indicadores preocupantes que sugieren una posible desaceleración o incluso una recesión. La inflación, la curva de rendimiento y las diferentes perspectivas de los economistas son factores clave a tener en cuenta para comprender la incertidumbre económica que se avecina en el resto del año.
Pronósticos de expertos
Los pronósticos económicos para el resto del 2023 están llenos de incertidumbre, con datos contradictorios y divergencias entre los expertos sobre si nos dirigimos hacia una recesión o una desaceleración económica. A pesar de las predicciones generalizadas de una recesión en la primera mitad del año, la economía de Estados Unidos se ha mantenido sorprendentemente saludable. Muchos empleadores han seguido contratando personal y la economía ha generado sorprendentemente 339,000 empleos en mayo. Además, el gasto de los consumidores, el principal impulsor de la economía, se ha mantenido sólido, superando las expectativas en ventas minoristas en mayo.
Por otro lado, hay datos que apoyan la idea de una recesión. La inflación, medida por el índice de precios al consumidor, ha estado en un 4% anual, lo cual es demasiado alto para el gusto de la Reserva Federal. Los funcionarios de la Fed han indicado que su campaña de subidas de tasas de interés para combatir la inflación, que comenzó en marzo de 2022 y ha llevado las tasas a su nivel más alto desde 2007, aún no ha terminado. Esto significa que los costos de endeudamiento para individuos y empresas seguirán aumentando, lo que podría frenar el crecimiento económico y potencialmente llevar a una recesión. Además, la curva de rendimiento, un indicador históricamente confiable de futuras recesiones, también está advirtiendo de una recesión en el horizonte.
Por un lado, los economistas del banco de inversiones Goldman Sachs ven poco probable una fuerte recesión. En una proyección de junio, Jan Hatzius, jefe de investigación de Goldman Sachs, predijo que había un 25% de probabilidad de que la economía de Estados Unidos entre en recesión en los próximos 12 meses. Hatzius argumenta que la inflación ya está disminuyendo y la Reserva Federal no necesitará provocar una recesión para controlarla.
Por otro lado, la Conference Board, un think tank económico sin fines de lucro, es más pesimista y pronostica que el gasto de los consumidores disminuirá en la segunda mitad del año, a medida que los hogares agoten sus ahorros de la era de la pandemia y las personas con préstamos estudiantiles federales reanuden los pagos en octubre. La Conference Board predice que la inflación solo disminuirá a una tasa anual del 3% para fin de año y que la Reserva Federal no comenzará a reducir las tasas de interés hasta 2024. Además, el gobierno federal reducirá el gasto como resultado del acuerdo sobre el techo de la deuda alcanzado entre el presidente Joe Biden y los republicanos a principios de mes, lo cual también frenará la actividad económica.
Por su parte, los economistas del banco PNC pronostican una recesión, aunque de corta duración y leve, con una caída del Producto Interno Bruto en el cuarto trimestre del 2023. Según Gus Faucher, economista jefe de PNC, los despidos deberían ser pequeños debido a que las empresas, que han sufrido graves escasez de trabajadores, querrán evitar quedarse desprevenidas cuando la economía comience a recuperarse, lo que limitará el impacto en los ingresos y el gasto de los consumidores. Los economistas de Fannie Mae, el gigante hipotecario, también pronostican una recesión leve a partir del cuarto trimestre, con datos mixtos que ofrecen una imagen borrosa de la trayectoria económica. Uno de los muchos factores desconocidos es hasta qué punto los bancos endurecerán los préstamos tras una serie de fallas bancarias destacadas esta primavera.
En resumen, los pronósticos económicos para el resto del 2023 son inciertos y conflictivos. Mientras algunos expertos ven una recesión leve en el horizonte, otros creen que la economía solo experimentará una desaceleración. Las medidas contradictorias de la salud económica de Estados Unidos y las diversas perspectivas de los expertos hacen que el panorama sea aún más confuso. Habrá que seguir de cerca los indicadores económicos en los próximos meses para tener una idea más clara de la dirección en la que se dirige la economía.
Destacando la incertidumbre en los datos económicos
Los economistas tienen dificultades para predecir con certeza el rumbo de la economía para el resto de 2023 debido a los datos contradictorios. Aunque muchos ven venir una desaceleración, no se ponen de acuerdo en si esta será una recesión o simplemente una desaceleración leve.
Según algunas medidas, la economía de Estados Unidos se ha mantenido sorprendentemente saludable durante la primera mitad de 2023, desafiando las predicciones generalizadas de que entraría en recesión. Muchos empleadores continúan contratando personal y la economía ha generado sorprendentemente 339.000 empleos en mayo. El gasto del consumidor, el principal motor de la economía estadounidense, también se ha mantenido sólido, superando las expectativas en mayo.
Por otro lado, «el equipo de la recesión» también tiene datos que respaldan su caso. La inflación, que se sitúa en un 4% anual según el índice de precios al consumidor, sigue siendo demasiado alta para el gusto de la Reserva Federal. Los funcionarios de la Fed han señalado que su campaña de aumento de las tasas de interés para combatir la inflación, que comenzó en marzo de 2022 y ha llevado las tasas de interés a su nivel más alto desde 2007, no ha terminado. Esto significa que los costos de endeudamiento, que ya son altos para individuos y empresas, probablemente aumentarán aún más, lo que frenará el crecimiento económico y podría llevar a una recesión.
Otro signo preocupante es la curva de rendimiento, un predictor históricamente confiable de las recesiones, que ha estado advirtiendo de una recesión inminente.
Algunos economistas, como los del banco de inversiones Goldman Sachs, ven menos probable una recesión grave. En un pronóstico del mes de junio, Jan Hatzius, jefe de investigación de Goldman Sachs, predijo que la economía de Estados Unidos tenía un 25% de posibilidades de entrar en recesión en los próximos 12 meses. Hatzius argumenta que la inflación ya está disminuyendo y que la Fed no tendrá que llevar a la economía a una recesión para controlarla.
Por otro lado, la organización sin fines de lucro, The Conference Board, tiene una visión más pesimista y predice que el gasto del consumidor disminuirá en la segunda mitad del año a medida que los hogares agoten sus ahorros de la época de la pandemia y las personas que tienen préstamos estudiantiles federales reanuden los pagos en octubre. The Conference Board también pronostica que la inflación solo se reducirá a una tasa anual del 3% para finales de año y que la Fed no comenzará a bajar las tasas de interés hasta 2024. Además, el gobierno federal reducirá el gasto como resultado del acuerdo sobre el techo de la deuda alcanzado entre el presidente Joe Biden y los republicanos a principios de mes, lo que frenará aún más la actividad económica.
En cuanto a las predicciones de una recesión, pero leve y de corta duración, los economistas del banco PNC predicen que el Producto Interno Bruto caerá en el cuarto trimestre de 2023. Según Gus Faucher, economista jefe del PNC, las reducciones de personal deberían ser pequeñas ya que las empresas, que han sufrido graves escaseces de trabajadores, querrán evitar quedarse desprevenidas una vez que la economía comience a recuperarse. También pronostican una recesión leve a partir del cuarto trimestre los economistas del gigante hipotecario Fannie Mae, aunque ven la perspectiva económica de manera incierta debido a datos mixtos. Una de las muchas incógnitas es hasta qué punto la economía se verá afectada por la restricción crediticia por parte de los bancos después de una serie de fracasos bancarios importantes esta primavera.
Fuente de la noticia: Recession vs. Slowdown: Economic Forecasts Cloudy for the Rest of 2023 – Investopedia