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Antecedentes
- A lo largo de los últimos años, somos testigos de cómo propuestas bienintencionadas para cercenar el exceso de poder de los gigantes tecnológicos – piensen en Google, Amazon, Meta Platforms y similares antagonistas o protagonistas, según el enfoque que se prefiera – tropiezan una y otra vez en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Mientras, las agencias federales se ven sumidas en embrollos legales contra estos mastodontes acusados de infligir la ley antimonopolio.
- Ante la evidente lentitud de la legislación a la hora de encarar las conductas monopolísticas de las Big Tech, especialmente en lo relativo a su predisposición de favorecer sus propios productos en detrimentos de los de sus rivales, los senadores estadounidenses Elizabeth Warren y Lindsey Graham han decidido tomar las riendas de la situación. ¿Su objetivo? Alterar el libre albedrío de estos titanes con una propuesta de ley ambiciosa que ansía frenar su paso con un ente regulador gubernamental fuerte y nuevo.
- Aunque este proyecto de ley todavía se encuentra en pañales y tiene un oneroso camino por adelante, es importante destacar que podemos considerarlo como un avance en la protección de los usuarios frente al dominio de las grandes corporaciones digitales. De la misma forma en la que ocurre en mi tierra, donde siempre decimos que es mejor estar en movimiento que permanecer inmóvil, puede que este primer paso sea justo lo que se necesite para empezar a regular a las Big Tech.
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Propuesta innovadora de Ley
- Bajo el lápiz progresista de Warren, se vislumbra la creación de la ‘Comisión de Protección al Consumidor Digital’. Esta entidad de supervisión sería conformada por cinco comisionados de variado espectro político, teniendo como límite tres miembros del mismo partido. Su misión: circunscribir el alcance de las plataformas tecnológicas, similar al Federal Trade Commission actual, pero con mayor inclinación digital.
- Sin contentarse únicamente con la supervisión, el proyecto persigue reforzar las leyes antimonopolio. Graham, al estilo republicano, agita el bastón legal contra acciones que siempre han sido un suculento cebo para estas empresas. El ejemplo más representativo es Amazon, que ha destacado por privilegiar sus propios productos en detrimento de otras opciones.
- La propuesta también se enfocará en restringir adquisiciones empresariales y, en situaciones críticas, incluso obligar a las corporaciones a vender parte de sus activos. Aunque el camino para la aprobación de esta ley se antoja larga, se ha dado el primer paso hacia un marco de protección al consumidor más robusto y actualizado. Con la atención del mundo puesta en ellos, incluso monolitos como Google y Facebook pueden estar reteniendo el aliento
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Implicaciones para las grandes tecnológicas
- Es notable que se esté considerando la formación de una nueva entidad reguladora gubernamental. Esta, con autoridad para parar ciertas compras y obligar a la venta de activos en ocasiones, puede levantarse como una barrera a la expansión implacable de estas plataformas.
- ¿Estamos ante un escenario futuro donde la estrategia de «comprar a diestro y siniestro» pasará a la historia? Sólo el tiempo lo dirá, aunque el futuro parece apuntar esa tendencia.
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Protecciones de privacidad y propiedad de los datos
- La mirada estratégica no es otra que superar nuestras fronteras. Esta proposición plantea severas restricciones para que los adversarios externos accedan y se apropien de los datos. Mantener nuestra información fuera del alcance de actores extranjeros no solo preserva la privacidad del usuario, sino robustece la seguridad nacional.
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En nuestra era donde la información es una herramienta poderosa, determinar quién tiene acceso y cómo se utiliza es esencial. Este proyecto pretende marcar las pautas en este nuevo escenario digital que crece y evoluciona frenéticamente. Warren y Graham no se limitan a sermones, sino que se arremangan y se ponen a trabajar.
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Es importante mencionar, por ende, que todavía es sólo una propuesta. Existe un trecho para que se transforme en ley y se implemente. Pero, como bien «dice el refrán, el camino se recorre andando», y parece que ha llegado el hora de avanzar en la dirección correcta.
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El camino a seguir
- Elizabeth Warren, senadora demócrata, y Lindsey Graham, republicano, buscan reforzar la ley antimonopolio y estimular la competencia.
- Intentan prevenir que estas compañías tecnológicas favorezcan sus propios productos en detrimento de sus competidores.
- También buscan proveer a esta entidad gubernamental de la autoridad necesaria para frenar adquisiciones de las empresas e incluso, en ciertos casos, obligar la venta de activos.
- Los aspectos de la privatización de los datos y los límites a la propiedad y el acceso a los mismos por parte de adversarios extranjeros suponen un campo minado en problemas de ciberseguridad y privacidad.
- La formación de la futura Comisión de Protección al Consumidor Digital con cinco miembros, con un máximo de tres del mismo partido político, será otro reto adicional.
Nos hallamos en plena era de la revolución tecnológica, donde los colosos del sector cobran una influencia descomunal en nuestra cotidianidad, casi hasta dictar nuestras costumbres y existencia. Sin embargo, ironías de nuestro tiempo, el corpus legislativo para fiscalizar tal influencia apenas da muestras de avanzar al paso de las circunstancias. Es como si descifrar el secreto de la fórmula de la Coca Cola resultase más sencillo que legislar sobre estos titanes digitales. Pero, atentos lectores, parece que el Congreso estadounidense comienza a coger el toro por los cuernos.
Con la aspiración de atemperar el influyente reinado de gigantes tecnológicos como Facebook Meta Platforms, Google y Amazon, los senadores estadounidenses Elizabeth Warren y Lindsey Graham han unido fuerzas, prescindiendo de coloraciones políticas. Su ambicioso proyecto de ley tentativamente traza una paralela con el ‘Trustee Act’ del siglo XIX, al proponer la creación de un organismo regulador adaptado a las necesidades digitales del siglo XXI.
Este no es el primer caso de un intento de controlar a las grandes corporaciones tecnológicas, ya que anteriormente se han tratado temas similares pero con menor grado de éxito. Sus acciones han establecido una fuerte «presencia digital» que es difícil de combatir, y pese a los recientes acontecimientos como el preocupante caso de la protección de privacidad y la historia del Congreso de EE.UU sobre datos de adversarios extranjeros, estas corporaciones siguen teniendo un poder considerable.
En nuestro artículo Inteligencia Artificial y el Futuro del Empleo, hablamos sobre cómo la tecnología, incluyendo a monolitos como Google, ha impactado nuestra economía y el mercado laboral.
La iniciativa legislativa que promueven los senadores estadounidenses Elizabeth Warren y Lindsey Graham, nos obliga a detenernos y observar las posibles repercusiones para titanes de la tecnología como Meta Platforms, Google y Amazon. La capacidad de estos Goliats para adaptarse a los cambios, puede desencadenar un dinámico juego a traición con la regulación.
Por otro lado, el endurecimiento de las leyes antimonopolio propuesto, podría alterar la escena donde Amazon y Google han sido señalados por favorecer sus productos en detrimento de los competidores. «Este será un reto particular para Amazon, que ha fundamentado buena parte de su triunfo en afinar su algoritmo para mostrar sus productos antes que otros». Con una normativa más severa, estos titanes tendrán que competir en condiciones más justas.
Además, la privacidad y la restricción en el acceso a los datos de adversarios extranjeros, podría ser un golpe a estos colosos, cuyo modelo se basa en el manejo de grandes volúmenes de datos. Imaginar a estas empresas sin sus herramientas de data mining es como pensar en un león sin sus garras.
Sorprendentemente, estos gigantes siempre han mostrado tener la habilidad de sortear las regulaciones y convertirlas en oportunidades. ¿Será este otro caso de adaptación exitosa o hemos llegado al punto de quiebre? «El futuro desvelará si la propuesta legislativa tiene el impacto que se busca». Lo que es seguro es que el panorama tecnológico está cambiando y estos mastodontes deben estar preparados para bailar bajo la lluvia.
En relación a los retos que presenta la regulación de estas grandes empresas, es posible observar un paralelismo con el desafío que supuso la aprobación del proyecto eólico marino más grande de Estados Unidos, donde también se manifestó el poder de adaptación y conformidad al cambio.
Centrada en la protección de la privacidad del usuario, la propuesta incorpora medidas específicas para salvaguardar los datos. No es suficiente con regular a los titanes tecnológicos; nuestros lúcidos legisladores han identificado la necesidad primordial de blindar la información personal. Mediante implantar estas medidas, aspiran a forjar un ecosistema digital seguro donde cada usuario sea auténtico propietario de su información, capaz de supervisar su uso.
En un mundo perfecto, cada usuario tendría supremacía sobre sus datos y su privacidad. Quisiera pensar, que esta propuesta nos acerca un poco más a alcanzar ese ideal. Si no, al menos ha logrado iluminar algunas sombras de una realidad a menudo sombría. En resumen, ese es un objetivo digno de nuestro esfuerzo.
La reciente propuesta legislativa es solo la punta del témpano. Aún queda un largo y tortuoso camino legal lleno de escollos y contratiempos. Esta no es la primera intentona de acotar el poder de la tecnología de punta, aunque ninguno ha logrado éxito en el Congreso de los EE.UU.. Es un territorio legal desolado y plaga de fracasos legislativos y tropiezos.
A pesar de esto, estas propuestas podrían despertar fuertes resistencias entre las empresas tecnológicas. Amazon, por poner un ejemplo, ya ha adelantado que no se pronunciará al respecto, mientras que Facebook y Google han escogido el silencio ante las consultas sobre la propuesta.
Finalmente, a pesar de este primer paso en el esfuerzo por salvaguardar a los consumidores estadounidenses del inmenso poder de estas grandes compañías, aún queda trabajo por adelante. Algo parecido sucedió cuando el nuevo prototipo de auto volador recibió certificado de aeronavegabilidad de la FAA. Así que, ¡atad cabos! ¡Este viaje está a punto de zarpar!
Fuente de la noticia: https://www.reuters.com/technology/us-senators-warren-graham-kick-off-bipartisan-anti-big-tech-push-2023-07-27/