¿Son los Planes BNPL una respuesta al Estrés Financiero?

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  1. Introducción

    «Compra ahora, paga después», estas cuatro palabras pueden resultar un anzuelo irresistible para el comprador ansioso. Los sistemas BNPL se han presentado como la panacea para quienes quieren tenerlo todo aquí y ahora, parece que te susurran al oído en ese instante crucial de la compra online: «Venga, llévatelo, paga tranquilamente en cuatro partes… sin intereses». Es la medicina milagrosa para esos episodios de agobio financiero que todos tememos, ¿o no?

    Pero hagamos un alto en el camino y pensemos un segundo. ¿Estamos ante una oferta de ensueño o es el reflejo de una sociedad que se encuentra sumergida hasta las cejas en deudas? No hay que ser muy lince para entender que, según el Contralor de la Moneda, los planes BNPL no son más que una serie de «préstamos que se pueden liquidar en cuatro o menos pagos y que no implican cargos financieros«. Traducción en cristiano: son «créditos a plazos«.

    • Vamos, que nadie te está haciendo un regalo.

    La Reserva Federal de Nueva York, para la que no es ajena este fenómeno, nos habla de dos perfiles de usuarios en estos planes: Los que están con el agua al cuello y los que caminan con paso firme. Los primeros, aquellos con un endeudamiento considerable, son los que más recurren a los BNPL. No solo eso, sino que acaban convirtiéndolo en su forma habitual de pago, utilizándolo hasta en tres ocasiones más que los usuarios financieramente estables.

    A la hora de analizar el tipo de compras, se identifican diferencias de comportamiento. Los usuarios frágiles se ven tentados por las compras pequeñas, inferiores a los 250 dólares, mientras que los estables se lo piensan dos veces antes de acceder a financiar artículos de mayor coste.

    Así que, ¿son los planes BNPL una bocanada de aire fresco para el estrés financiero? Todo dependiera de cómo se use. Si se paga a tiempo, pueden ayudar a los compradores a evitar cargos financieros. Pero un traspié, un retraso en el pago, y los intereses comienzan a subir desde el momento de la compra.

    • Por tanto, podría funcionar en un aprieto específico, pero convertirlo en un hábito de compra frecuente puede acarrear graves problemas. Una herramienta de doble filo.

    Como todo en esta vida, tiene su aspecto positivo y negativo, su claro y su oscuro. La cuestión, siempre, será encontrar el equilibrio. Y no olvidemos el viejo proverbio, ningún bien se da a cambio de nada.

  2. Usuarios de los planes BNPL

    El crecimiento en popularidad de los planes «Compra hoy, paga después» o CTPD, podría estar señalando un incremento en la tensión crediticia de los usuarios. Este fenómeno nos permite distinguir entre dos tipos de consumidores: los financieramente frágiles y los financieramente sólidos.

    • Usuarios financieramente sólidos

      Los consumidores sólidos no dan vueltas, son individuos audaces que se permiten ciertos lujos de vez en cuando. Son los que optan por los planes CTPD cuando necesitan financiar algo de mayor coste. Para ellos, los planes CTPD son un recurso mágico que les permite esquivar intereses en productos de precio elevado. Pero que no nos confundamos, no hacen uso de esta opción con exceso. Alrededor del 44% de ellos prefieren realizar compras que superan los $250. Podríamos decir que los usuarios financieramente sólidos ven en los planes CTPD una especie de baza para ocasiones excepcionales.

    • Usuarios financieramente frágiles

      Por otra parte, nos topamos con los usuarios financieramente frágiles. Para ellos, los planes CTPD son como un salvavidas en medio de un mar tempestuoso, usando este sistema con mucha más periodicidad para cubrir compras que sobrepasan su presupuesto. Se trata de consumidores que han experimentado algún contratiempo crediticio: ya sea una puntuación de crédito baja, un rechazo ante un crédito durante el último año, o que arrastran un préstamo con pagamento atrasado de más de 30 días. Este grupo emplea estos planes de forma reiterada, y para el 60% de ellos, es una opción a la que han recurrido más de cinco veces en el último año. A diferencia de los consumidores financieramente sólidos, los financieramente frágiles tienden a hacer compras más pequeñas, inferiores a los $250. No usan CTPD para eludir pagar intereses de adquisiciones grandes, sino para realizar compras de menor cuantía que están fuera de su presupuesto regularmente.

    Finalmente, es esencial destacar que los planes CTPD parecen ser una espada de doble filo. Aunque pueden ser satisfactorios para algunos usuarios al esquivar costes financieros, si no se administra debidamente, estos planes pueden transformarse en una carga que aprieta gradualmente, ya que los intereses comienzan a acumularse desde el instante inicial de la compra. El CTPD es una solución fácil para diseminar algún gasto puntual importante, pero cuando se vuelve un hábito reiterado, la situación puede complicarse. En efecto, el impacto de estos programas en consumidores financieramente frágiles puede agravar la presión financiera que ya experimentan.

    Entonces, ¿eres un usuario frágil o sólido? Independientemente de la respuesta, es fundamental entender cómo funcionan estos planes CTPD antes de adentrarse en sus engañosas aguas tranquilas. Al final del día, la clave sigue siendo la misma: mantenerse informado dota de control, y un adecuado manejo de las finanzas es la salvaguarda más efectiva en este océano llamado economía.

  3. BNPL como herramienta financiera

    Los programas ‘Comprar Ahora, Pagar Después’ ( ‘Buy Now Pay Later‘ o BNPL, por sus siglas en inglés) están teniendo un protagonismo sin precedentes en el tablero financiero. Se podría decir que se han convertido en los flamantes tycoons del ámbito monetario. Pero ¿a qué se debe este auge en el rugir de los leones del dinero?

    Vamos a desgranar un poco el asunto para entenderlo. En términos burocráticos, los planes BNPL se definen como ‘préstamos que pueden abonarse en cuatro o menos pagos, y lo más asombroso, sin intereses adicionales‘. En esencia, es la opción opción regular de pago que le aparece al compradores en línea en el momento de abonar su compra online, permitiéndole desglosar el coste de ese artículo anhelado en cómodos plazos.

    • SUBSECCIÓN: ‘La cara luminosa de los planes BNPL’

      El paradigma BNPL es un ente bifronte. Una de esas facetas es benévola. Para los usuarios económicamente fuertes, con un historial crediticio impecable y una tarjeta de crédito en plena forma, el BNPL se erige como una apuesta atractiva. Ofrece la posibilidad de efectuar adquisiciones de envergadura sin tener que preocuparse por los cargos financieros de artículos de alto precio, pues la pesadilla de la usura está ausente en este escenario. De este modo, el BNPL se convierte en un efectivo salvavidas para compras eventuales, pero de alto valor monetario. Una perspectiva sin duda tentadora.

      Pero como bien reza el adagio, no es oro todo lo que reluce.

    • SUBSECCIÓN: ‘Los riesgos de los planes BNPL’

      Existe una cara oculta, y no hablamos del reverso tenebroso de La Fuerza. Para los usuarios financieramente frágiles, con una puntuación de crédito exiguamente baja, rechazado solicitud de crédito, rezagados para créditos durante el último año, el BNPL se traduce como un parche solucionador ante una situación desbordante. Suelen caer en la tentación de utilizar este servicio para compras frecuentes de cierto tamaño de las compras que, en realidad, están fuera de su alcance. Es una situación comparable a la de abrir una cuenta bancaria cuando se arrastran deudas de tarjetas de crédito, o llevar un Ferrari al mecánico con el presupuesto de una cena familiar.

    • La primera vez que se recurre al BNPL es el salto del abismo, pero una vez que te precipitas, te arriesgas a caer en un pozo negro financiero. Por un lado, si lo haces con responsabilidad, puedes darte ciertos lujos sin que ello desequilibre tu economía. Pero si descuidas los pagos, este mecanismo idílico puede convertirse en un despiadado engendro, generando interés en compras desde la compra inicial. Es arriesgado convertir, sistemáticamente, gastos ordinarios en significativos desembolsos escalonados.

      Este recurso entraña un riesgo para aquellos consumidores con deudas y morosidad. En concreto, aquellos que oscilan entre los 18 y 39 años de edad, y que por lo general no poseen vivienda propia, pueden resultar especialmente damnificados. A esto súmale un historial de deudas con tarjetas de crédito y el resultado es como echar gasolina a un incendio.

    • En resumen, los planes BNPL pueden ser un faro brillante en el fragor de la tormenta financiera o pueden metamorfosearse en el iceberg que hunda tu Titanic financiero, dependiendo de cómo los manejes. Como acuñó Ben Parker, el tío de Spiderman: ‘Un gran poder conlleva una gran responsabilidad’. En el ámbito de tus finanzas, solo tú decides si eres el héroe o el villano de tu propia película.

  4. Conclusión

    En última instancia, los planes de «Compra ahora, paga luego» (BNPL) han derivado en un fenómeno singular en nuestra actual panorámica financiera. Han emergido como una alternativa seductora para aquellos que buscan cierta flexibilidad en sus adquisiciones, mientras que también evidencian el estrés financiero que la población está soportando.

    • Por un flanco, para aquellos individuos sólidamente asentados en la economía, se ve al BNPL como una táctica para eludir intereses en compras de alto valor y ocasionalmente. Para ellos, se presenta como una herramienta que permite aplazar pagos cuantiosos sin tener que desembolsar una fortuna de golpe.

    • Por otro flanco, parece que aquellos usuarios económicamente más frágiles ven en BNPL una ventana para acceder a productos que, de otra forma, serían inalcanzables. Hacen uso de ella regularmente, para compras de envergadura media, emulando el uso que podrían darle a una tarjeta de crédito.

    «Por tanto, se manifiesta que BNPL se asemeja a ese dulce tentador que, consumido en exceso, puede desembocar en padecimientos. Puede ser un buen amigo para evadir costes financieros, pero si se le resta seriedad y no se cumplen los pagos, los intereses pueden transformarse en un verdadero tormento y potenciar la precariedad económica.»

    Además, es relevante mencionar que aún tenemos un amplio margen para la adopción de estos servicios. Es cierto que un 80% aún no los adopta, pero ello podría considerarse como un terreno propicio para su difusión. De forma que, es posible que en el futuro oigamos más ecos acerca de BNPL.

    Es curioso señalar que estos planes son particularmente populares entre los más jóvenes y probablemente entre los inquilinos, grupos que han experimentado un incremento en los atrasos y la deuda de las tarjetas de crédito. A pesar de sus numerosas ventajas, es vital manejar BNPL con precaución y no olvidar que, aunque pueda parecer un flotador salvavidas, puede llegar a ser una pesada pesadilla de deudas si no se gestiona prudentemente.

    En definitiva, BNPL es un instrumento que ha llegado para establecerse. Como consumidores, es crucial conocer sus ventajas y desventajas para poder emplearlo de manera responsable y eficiente.

La información que te facilita Ficoach.pro debes usarla bajo tu propia responsabilidad. No somos asesores financieros ni damos consejo de inversión, únicamente transmitimos información valiosa para ti que debes usar bajo tu propia responsabilidad.
16 de febrero de 2024

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