El jueves pasado, las acciones de Cisco sufrieron una caída del 98%, siendo este su peor día desde el desplome del 137% registrado el 19 de mayo de 2022. Esta considerable caída ocurre después de que Cisco presentara sus resultados trimestrales, los cuales superaron las expectativas en las líneas superior e inferior. Sin embargo, la compañía proporcionó una proyección de ingresos para el segundo trimestre fiscal más frágil de lo esperado y disminuyó su pronóstico de ingresos para todo el año.
La empresa atribuye este descenso a una ralentización de los pedidos, como resultado del hecho que los clientes están implementando ahora los productos de Cisco que adquirieron en trimestres anteriores. A pesar de reportar una ganancia ajustada por acción de $1.11 para el trimestre, superior a los $1.03 estimados por LSEG (anteriormente Refinitiv), Cisco prevé una disminución del 66% en los ingresos para el próximo trimestre fiscal. La previsión es de 82 a 84 centavos de ganancia por acción y unos ingresos de $12.6 a $12.8 mil millones, cifras inferiores a lo que los analistas esperaban.
Los recortes en las previsiones de ingresos de la empresa se han convertido en objeto de atención, incluso a pesar de que los resultados superaron las expectativas y las ganancias para el año completo fueron revisadas al alza. Analistas de Goldman Sachs y Bank of America señalan que esta disminución no es resultado de factores competitivos, sino de una vuelta a la realidad en cuanto a ingresos y una debilidad adicional vinculada a los pedidos que vuelven a la normalidad después del incremento del 174% y 203% en los ingresos por productos en el 3Q23 y 4Q23 respectivamente.