En los últimos años, los estadounidenses han visto un aumento significativo en las deudas de tarjetas de crédito que se llevan de un mes a otro. Casi la mitad, aproximadamente un 49%, están arrastrando deudas, incrementándose desde el 39% de hace solo dos años. Esta tendencia es particularmente preocupante ya que más de la mitad llevan estas deudas durante más de un año. De hecho, el 10% de los endeudados duda poder saldar estas cuentas alguna vez, y un 25% estima hacerlo, pero no antes de cinco años.
El uso de tarjetas de crédito ha crecido, especialmente para cubrir emergencias o gastos inesperados y para solventar costos diarios. Los intereses en estos plásticos son altos, y si se acumulan montos significativos, los consumidores pueden terminar pagando bastante más a largo plazo. Tomando como referencia la deuda promedio de 5,000 dólares, pagarla con los pagos mínimos llevaría alrededor de 279 meses y costaría 8,124 dólares en intereses.
Esta dinámica coincide con los esfuerzos de la Reserva Federal por controlar la inflación a través de la subida de las tasas de interés. No obstante, la inflación sigue representando un reto, siendo un 37% superior al mismo periodo que el año pasado. Este aumento ejerce una gran presión sobre la mayoría de los hogares estadounidenses, especialmente los de bajos ingresos, forzándolos a gastar más en necesidades básicas. Todo apunta a que la deuda en tarjetas de crédito podría seguir creciendo si no se toman medidas para revertir esta situación.