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Introducción
- El desplome del rublo pone en vilo a las autoridades y exportadores, presos entre el peligro y la necesidad. Aterrados como un marinero en medio de la tempestad, los centros de decisiones rusos se ven obligados a reinstaurar controles de capital severos para sostener el rublo, que parece decidido a suicidarse contra el dólar. Un alza de emergencia en las tasas de interés por el banco central ruso, un impactante 350 puntos básicos hasta el 12%, ha frenado la caída, aunque apenas; es como tratar de curar una herida de bala con un simple vendaje.
- Las estrategias sugeridas, que toman cada vez más relevancia en los apretados círculos de poder rusos, podrían obligar a los exportadores a convertir hasta un 90% de sus ganancias en moneda extranjera en un plazo de 70 a 90 días tras la exportación de los bienes. ¡Qué ironía, es como alimentar a la bestia con su propia cola!
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A ello se suma la discusión de prohibir los desembolsos de dividendos al extranjero y los subsidios a las importaciones. El gobierno, en su papel de guardián intransigente, amenaza con suprimir medidas de respaldo a aquellos exportadores que no retornen los beneficios a la patria. Y mientras tanto, los exportadores se muestran más intranquilos que un ratón en una jaula de gatos, temerosos de perder el apoyo gubernamental, o peor aún, la confianza en el rublo.
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Para protegerse de las asfixiantes sanciones, han guardado celosamente los detalles de sus ingresos, complicando su supervisión por parte de las autoridades rusas. Es un curioso juego del gato y el ratón, ¿verdad? Aún así, el tozudo gobierno ruso parece decidido a extraer hasta la última gota del debilitado sector exportador.
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Antecedentes de la medida
- En aquel episodio, Moscú exigía a sus exportadores convertir nada menos que el 80% de sus ingresos en divisas, con la ambición de frenar la caída libre del rublo. Resultó ser un movimiento maestro, pues el rublo tocó su nivel más alto en más de siete años en junio del mismo año. Pero, tal y como ocurre en las tramas complejas, los exportadores comenzaron a ocultar sus ingresos temiendo sanciones.
- Hoy, las autoridades rusas contemplan retorcer aún más el torniquete. Debatir si solicitar la conversión de hasta el 90% de los ingresos en un lapso de 70 a 90 días tras la exportación. Además, se consideran jugadas como la prohibición de pagos de dividendos en el extranjero y la limitación de subvenciones a las importaciones.
- Aunque sea puro cobre, sigue siendo metal valioso. Nos aguardan capítulos emocionantes en esta saga financiera repleta de incertidumbres y consecuencias imprevisibles. Como ese viejo aforismo ruso nos recuerda: «No puedes ordeñar la vaca hasta matarla, pues cuando muere, ¿a quién ordeñarás? ¿Al pueblo?». Veremos pues, qué depara el teatro de las altas finanzas. Tiempo al tiempo.
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Características de la nueva medida
- El alcance de la medida relacionada con la venta obligatoria de los ingresos en divisas extranjeras se sitúa al nivel de un filme de acción. Se anticipa que los exportadores deberán convertir hasta un 90% de sus ingresos en moneda extranjera en un plazo de días posteriores a la exportación.
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Además, están en el aire posibles medidas adicionales. Algunas de estas incluyen la prohibición de pagos de dividendos en el extranjero y el final de los subsidios a las importaciones. Aquellos exportadores que no decidan reinvertir los ingresos en Rusia podrían perder las medidas de apoyo gubernamental.
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Estrategias de los exportadores frente a la medida
- Actualmente, la situación se ha complicado. Los exportadores, temiendo las sanciones, mantienen un secreto sobre ingresos. A pesar de la supervisión de las autoridades rusas, optan por ser discretos y evasivos en lo que respecta a sus ingresos financieros.
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Se debate la opción de requerir que los exportadores conviertan hasta el 90% de los ingresos de la exportación en un plazo de 70-90 días posteriores a la exportación. Medidas implementadas podrían incluir la prohibición de pagos de dividendos en el extranjero o restricciones a los subsidios para las importaciones.
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Frente a una posible negativa de los exportadores al reintegro de sus ingresos a Rusia, se cierne la amenaza de perder el apoyo gubernamental. Los empresarios se verán obligados a pagar por las equivocaciones políticas, imponiendo una carga económica considerable.
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En resumen, los exportadores rusos se enfrentan a una situación delicada. Sanciones drásticas esperan a aquellos que no respeten la venta obligatoria. A final de cuentas, como vimos en un análisis reciente relativo al Banco de Inglaterra que subió tasas de interés, siempre hay repercusiones de naturaleza económica a tener en cuenta. Jamás dijeron que la economía mundial sería un camino de rosas.
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Medidas adicionales contempladas
- Si te late el corazón fuerte por la historia, podrías recordar cómo, en febrero de 2022, Rusia obligó a ciertos exportadores a convertir el 80% de sus ingresos en divisas extranjeras para reforzar el rublo, en una especie de dejà vú económico. Estas cifras podrían incrementarse hasta un 90%, y en un período de tiempo más breve: de 70 a 90 días después de la exportación.
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Y las malas noticias para los exportadores no se quedan ahí. Se debate la posibilidad de suprimir por completo los pagos de dividendos en el extranjero y las subvenciones para importaciones, lo cual eliminaría dos importantes pilares que mantenían a flote a muchos negocios. Si los exportadores no traen de vuelta los ingresos a Rusia, podrían decir adiós a la ayuda gubernamental. Algo que algunos ven como «pagar por los errores del gobierno».
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Hay, además, una gran incógnita sobre cómo Rusia aborda el «dilema de la rupia». Según una fuente íntima, las reservas de rupias son bastante escasas, y las de rublos aún más. De mantenerse la decadencia del rublo, se prevé una reunión con los exportadores para poner en marcha esas medidas, aunque se desconocen cuáles serán.
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Se plantea la paradoja: ¿Por qué las compañías siguen exportando petróleo por debajo del costo? Según nuestras fuentes, la clave reside en la logística. Pero este escenario implica cambios en la manera tradicional de realizar exportaciones, pasando a otras monedas menos fuertes, lo que reduce las necesidades de dólares en el mercado local. Según la gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiullina, menos del 1% de los ingresos por exportaciones queda en el extranjero. Así, se va configurando un panorama de medidas difíciles de evitar. Por el momento, sólo podemos mirar, esperar y preguntarnos: ¿Cuál será el próximo capítulo de esta trama económica?
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Conclusión
- Adicionalmente, la prohibición de pagos de dividendos en el extranjero y las bonificaciones a las importaciones, pone de relieve el dilema al que se enfrentan las empresas exportadoras en Rusia.
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A esta coyuntura se le suma la incredulidad y el malestar de los empresarios, molestos al ver cómo las fallas gubernamentales podrían llevarles a una situación crítica. «Se puede ordeñar una vaca hasta la muerte, pero una vez que la vaca muere, ¿quién será ordeñado? ¿El pueblo?», reflexiona uno de ellos.
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Resta ver cómo reaccionará el escenario internacional a estas acciones. En un panorama económico global fluctuante y con Rusia jugando un tipo de monopolio de divisas, la actitud de las autoridades deja un futuro incierto para los exportadores, que podrían llegar a perder medidas de apoyo gubernamental.
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Podríamos estar de acuerdo en que, independientemente de las distintas aristas de este asunto, el siguiente paso de las autoridades rusas será crítico, tanto para la economía nacional como para el comercio internacional. Ahora sólo nos resta esperar y ver, porque en este peculiar juego de ajedrez, nadie desea poner en jaque su propia economía. De este tema ya hablamos en nuestra entrada «Rusia sube tasas de interés al 12% para proteger rublo tras sanciones».
En la frenética arena financiera de Rusia, apenas una sombra del gigante que un día reinó el mercado global, ciertos resortes críticos se activan de nuevo. Como un púgil a punto de caer tras el letal golpe, las autoridades rusas contemplan la reactivación de las ventas de divisas forzadas para los exportadores en un último esfuerzo por frenar la depreciación del rublo.
Decremento Global de Riqueza en 2022: Causas y Proyecciones Futuras
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La historia, en un curioso juego de espejos, parece insistir en repetir sus tramas. Nos trasladamos hoy a Rusia, escenario en que se baraja, con la insistencia de lo ya vivido, la posibilidad de imponer una condición a los exportadores: la venta obligatoria de sus ingresos en divisas. Para quienes no recuerden, este guión ya desfiló por primera vez en la pantalla de la crisis rusa a principios de su intervención en Ucrania, en febrero de 2022.
El golpe de efecto podría ser suprimir apoyos gubernamentales a aquellos exportadores reacios a repatriar sus ingresos. La economía, al igual que un tablero de ajedrez, se alimenta del dar y recibir. La economía mundial, como un juguetón demiurgo, despliega su sentido del humor.
Medidas extremas para frenar el desplome del rublo: análisis de las propuestas rusas
Autoridades rusas han propuesto algunas medidas que despiertan escepticismo en el sector exportador para frenar el desembolso del rublo. Con sarcasmo, parece que han decidido cambiar la vieja frase de «despilfarrar» a «desrublar».
Rusia parece valorar su moneda con la precisión de un orfebre, apostando por la autarquía con este férreo control de capital. En este mundo globalizado, donde hay una clara tendencia hacia el decremento global de la riqueza, tal postura puede ser una estrategia defensiva efectiva o la receta para ahuyentar a los inversores extranjeros.
Si el rublo no logra estabilizarse antes del viernes, los exportadores estarán de nuevo frente al gobierno, en un ambiente de inquietud y resignación. Es incierto cuáles de estas medidas se implementarán finalmente. En resumen, lo único cierto en todo este embrollo es la incertidumbre.
Autoridades rusas parecen dispuestas a tomar medidas extremas para mitigar el impacto de las sanciones económicas y la caída del rublo, que ya no parece tanto fluctuación como un tobogán en caída libre. Los expertos que vigilan de cerca esta situación auguran la puesta en marcha de una serie de estrategias que podrían activarse en cualquier momento.
En esencia, Rusia está poniendo en marcha un retroceso, obligando a las empresas exportadoras a realizar una venta obligatoria de los ingresos en divisas extranjeras. No es una práctica nueva. Al parecer, resulta complicado erradicar viejas costumbres. Estas medidas, muy similares a las activadas durante el envío de tropas a Ucrania, desnudan la tensión en la economía rusa, amenazada por la caída del rublo.
El motivo es tratar de proteger la moneda nacional. Se está debatiendo si exigir que hasta el 90% de los ingresos de los exportadores se convierta en menos de tres meses después de la exportación. Hoy día, la valiente acción de exportar podría encontrarse con una compleja trama monetaria, digna del mejor relato de espionaje.
Fuente de la noticia: https://www.reuters.com/markets/currencies/russia-could-reintroduce-compulsory-sale-fx-revenues-at-any-moment-source-2023-08-16/