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Introducción
- Cuando la historia hizo la curva del cambio de milenio, el «dot-com» era el santo y seña reverberando en los mentideros de los mandamases, su eco provocaba en los inversores un frenesí que tuvo un desenlace financiero desolador.
- Avanzamos en el calendario al 2023 y sustituimos «dot-com» por «IA». Y la pregunta es: ¿Es realmente distinto ahora?
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Precedentes históricos de burbujas de inversión
- Desempolvemos primero la ‘Burbuja Dotcom’. Revivamos el frenesí casi compulsivo propiciado por el cambio de milenio, cuando se adquirían servidores como si se tratasen de gruesos lingotes de oro. Sun Microsystems fue el astro celeste de aquellos años, adorada astutamente por los inversores como una suerte de gallina de los huevos tecnológicos. Pero a pesar de sus cifras de vértigo, al final, Oracle se hizo con ella por un precio irrisorio en comparación: $6 mil millones. El resultado fue, cómo no, un reguero de ilusiones deshechas y bolsillos vacíos.
Este fenómeno es similar al discutido en nuestro artículo «Proyecto de Ley en EEUU busca Regular Gigantes Tecnológicos». -
Pasemos a la ‘Expansión en las telecomunicaciones‘ en lo que podemos considerar el advenimiento de una auténtica revolución, donde las inversiones masivas eran evidentes, incluso necesarias, se diría. Al final, el panorama mostraba un sector sobredimensionado y devaluado, dejando el amargo sabor del fracaso y las quiebras numerosas.
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Y no nos olvidemos de la ‘Construcción de infraestructura en la nube‘. Hace una década, la promesa del almacenamiento y procesamiento de datos en el cielo digital provocó una especie de éxodo tecnológico. Al final, la realidad se impuso y aparecieron tormentas en este cielo lleno de nubes, quemando inversiones y, por supuesto, creando descontento.
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La Inteligencia Artificial como posible nueva burbuja de inversión
- Pronósticos y abundante inversión
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El tirón de la IA ha desencadenado una fiebre inversora. Visionarios y capitalistas de riesgo han inyectado grandes cantidades de capital en startups de IA, con la ambiciosa meta de amasar fortunas en la era digital. Este fenómeno ha cobrado fuerza a partir de la presentación de ChatGPT de OpenAI, respaldado por Microsoft, a finales de 2022.
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Sin embargo, hemos sido testigos de situaciones semejantes en las que promesas de revolución y abundantes expectativas alentaron ingentes inversiones en tecnología. Ocurrió con las ventas de servidores durante la era del dotcom, la expansión de telecomunicaciones en los 90 o la boom de la infraestructura en la nube hace una década. Y, como entonces, la incertidumbre se cierne sobre nosotros: ¿Podría la IA ser la próxima burbuja?
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Nvidia y su promesa
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Aquí entra en juego Nvidia, que se sitúa en una posición destacada en la industria de la IA. El crecimiento sin precedentes de Nvidia recuerda al auge de Sun Microsystems en la era puntocom, y su posterior declive. ¿Es posible que Nvidia corra la misma suerte, o esta vez será distinto?
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Nvidia goza de una ventaja considerable: está en una situación privilegiada para reportar beneficios sustanciales en los próximos años. Se proyecta que los ingresos de su centro de datos incrementen en 15 mil millones de dólares, casi duplicándose año tras año hasta alcanzar los 20 mil millones en 2024.
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Riesgos y desafíos
- No obstante, también existen ‘Alternativas de inversión’ más seguras. Si ven la IA como un espacio de alto riesgo inversión, pueden explorar otras áreas tecnológicas que ofrecen un riesgo más reducido. Los servicios en la nube, como Azure de Microsoft, AWS de Amazon o Google Cloud Platform, son inversiones más estables. Recuerden el concepto de la diversificación: invertir en diferentes empresas de distintos sectores nos ayuda a minimizar el riesgo. Si una inversión falla, otras pueden absorber el golpe. Esencialmente, no hay que apostar todo a un solo caballo.
- Invertir en IA es un camino incierto en el largo plazo y sólo los decididos y capaces de tolerar el riesgo podrían aventurarse en él. Mas hay que recordar, la IA puede cambiar nuestra realidad… o ser causa de grandes pérdidas económicas. La decisión es suya.
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Conclusión
- La gran incógnita es si Nvidia recorrerá el mismo camino que Sun Microsystems, aquel gigante tecnológico cuyo valor de mercado llegó a los $200 mil millones en el auge de la burbuja «punto com», solo para ser adquirido por Oracle por míseros $6 mil millones. Los expertos parecen convencidos de ello.
- En cambio, algunas voces apuntan que proveedores de servicios cloud, como Microsoft, Amazon o Google, podrían ser una apuesta más segura.
La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en el tema de opereta de cualquier diálogo contemporáneo. Pese a ello, hay quien desde Bernstein Research se cuestiona si, en lugar de un fascinante fuego de San Telmo, se trata de la chispa que prende una volátil burbuja de inversión como las que vimos en los tiempos del «.com». Al retumbar en eco el viejo adagio bursátil «esta vez es diferente«, vienen a la memoria los lastimosos descalabros causados por las .com, y no puedo evitar pensar si la IA nos encamina hacia un sendero igualmente sombrío.
El asunto se vuelve más serio, cuando apenas en noviembre del 2022, surge la figura de ChatGPT, protegido por OpenAI y Microsoft, reavivando el fervor hacia la IA en forma constante. Para evaluar su potencial repercusión económica, los expertos Toni Sacconaghi y Stacy Rasgon han analizado tres momentos de inversión histórica y revoluciones sin precedentes: los ciclos de venta de servidores en tiempos del «.com«, el auge y expansión de telecomunicaciones de los 90 y la invención del cloud hace un decenio.
En este tablero es donde se lanza la pregunta del millón: ¿Va a transformarse Nvidia en el sucesor de Sun Microsystems? No olvidemos que, la capitalización bursátil de Sun Microsystems alcanzó cifras de vértigo en tiempos de la burbuja dotcom, rozando los $200 mil millones, para que después Oracle la adquiriera por una cifra casi ridícula, menos de $6 mil millones.
El paralelismo entre la suerte corrida por Sun Microsystems y lo que se barrunta para Nvidia llama la atención de aquellos con cierto olfato para la economía. Si a ello le añadimos que gran parte de la demanda proviene de empresas emergentes de IA (con un futuro tan incierto como las .com), nos encontramos con un tablero arriesgado en el que solo los valientes (o inconscientes) se atreven a poner su dinero en IA.
Concluyendo, es probable que asistamos a un auge de inversión en IA en el próximo año y medio, pero lo que venga después, amiguitos, es pura especulación. Así que, agárrense donde puedan, porque la montaña rusa de la IA puede tener curvas y pendientes más pronunciadas de lo previsto.
El espejo retrovisor de las inversiones está empañado de historias que, de forma desconcertante, suelen ser cíclicas. Dejemos que tres episodios representativos iluminen esta reflexión, todos con la misma melodía de fondo: revolución, alboroto y avalancha de inversiones.
Hoy nos asomamos al abismo de otro fenómeno que bien podría provocar otra burbuja: la Inteligencia Artificial. ¿Estará Nvidia rodeada del mismo aura que Sun Microsystems en su momento? ¿Estaremos preparados para enfrentar este nuevo desafío o simplemente repetiremos los errores del pasado? Solo el tiempo lo dirá. Por ahora, nos armamos de paciencia y aguardamos… pero siempre con un ojo avizor.
Inauguramos esta sección debatiendo si la Inteligencia Artificial (IA) podría constituir la próxima burbuja de inversión. La IA ha revolucionado el panorama tecnológico, siendo en la actualidad un reclamo omnipresente tanto en consejos de administración como en encuentros de alto nivel. Desde gigantes de la industria hasta startups emergentes, todos buscan posicionarse en la vanguardia de la IA, augurando beneficios astronómicos. Evoca reminiscencias de la era del dotcom, ¿acaso nos encontramos ante un fenómeno comparable?
Entonces, ¿es acaso la IA el nuevo eldorado de inversión? Esa cuestión es más compleja de lo que aparenta. Por supuesto, existen grandes expectativas e inversiones masivas, pero el riesgo acecha. Durante los próximos 12 o 18 meses, la infraestructura de IA experimentará un desarrollo frenético, pero a partir de entonces el horizonte es incierto. En esta coyuntura, solo aquellos con alta tolerancia al riesgo podrían considerar la inversión en Inteligencia Artificial.
Primero, debemos abordar el tema de ‘Cambios en la arquitectura y demanda’. Entre los desafíos que los inversores en Inteligencia Artificial pueden afrontar es el potencial cambio en la arquitectura de la IA. Este cambio puede tener un impacto considerable en la demanda de productos y servicios de IA, pues si surge una nueva arquitectura diferente más eficiente y barata, la arquitectura actual podría perder demanda y valor. Recordemos a Sun Microsystems, que llegó a valorarse en 200 mil millones de dólares pero terminó siendo comprada por Oracle por menos de 6 mil millones tras el estallido de la era del dotcom. Sí, los ‘cambios en la arquitectura y demanda’ pueden ser costosos para los inversores.
Es innegable que la Inteligencia Artificial (IA) parece estar preparando el escenario perfecto para la próxima gran burbuja de inversión, ¿verdad? La expectación es enorme, el capital se está inyectando a chorros y no deja de sorprender la velocidad a la que crece.
Alrededor nuestro, el eco de un «esta vez será distinto» reverbera en el aire. En 1999 se decía lo mismo en tiempos de la burbuja «punto com». Ya conocemos el desenlace de aquella historia. No es insólito ver cómo inversores se tornan frenéticos, obnubilados por el júbilo al punto de despilfarrar su patrimonio.
Pero conversar sobre la IA como posible burbuja no es erróneo. Los ingentes montos recientemente vertidos en OpenAI y el furor que ha suscitado la IA generativa hablan claro. Este fervor inversor, que nos rememora el periodo «punto com» y la enorme expansión de las telecomunicaciones, tiene aires de bomba de relojería.
¿Y qué hacer si te planteas invertir en IA? Primero desconfía, ese sería mi consejo. Asegúrate de que no estás echando dinero en un pozo sin fondo. Será probable que tengamos un frenesí de infraestructuras de IA durante los próximos 12 a 18 meses, pero luego el panorama se desdibuja. Tal vez solo aquellos con coraje para soportar grandes riesgos deberían entrar en esta partida.
Por ello, queridos lectores, la IA puede desembocar en la próxima gran burbuja de inversión o puede ser el comienzo de una revolución tecnológica. La clave siempre reside en una adecuada gestión del riesgo y saber cuándo retirarse. Así que actúa con prudencia, valora tus opciones y mantén la mirada alerta. Recordad que el mercado financiero es un juego apasionante de estrategia y azar, pero al final del día, el único mantra que garantiza beneficios es «Jugad con cabeza«.
Sin olvidar que la inversión en infraestructuras alternativas puede ser la clave para diversificar tu cartera, como lo demuestran las casas domo una alternativa resistente y asequible en el mercado inmobiliario.
Fuente de la noticia: https://www.marketwatch.com/story/will-ai-do-to-nvidia-what-the-dot-com-boom-did-to-sun-microsystems-analysts-compare-current-hype-to-past-ones-71a19b83