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Introducción a la nueva era automovilística
- Pero sigamos, activando el Autopilot de Tesla, como hizo Elon Musk en aquel viaje de 45 minutos que ha dejado una huella en la filosofía de Tesla y en cómo concebimos la movilidad. Resulta que el Modelo S de Tesla, armado con la tecnología Full Self Driving (FSD), realizó un trayecto donde la inteligencia humana fue reemplazada por una red neuronal, hasta ahora conocida por su uso en aplicaciones de chat. Es decir, permitió que una IA asumiera el rol de conductor.
- Las implicancias de esta hazaña retan totalmente las ideas tradicionales de los vehículos autónomos. Hasta la fecha, la tecnología Autopilot de Tesla se basaba en un enfoque de seguimiento de reglas preestablecidas. Pero con el nuevo planificador de red neuronal, Tesla ha decidido cambiar de rumbo y permitir que sea esa red neuronal la que, basada en millones de ejemplos de conducción humana, decida el comportamiento del vehículo.
- Este viraje radical en el camino de la conducción autónoma, es resultado del proyecto bautizado «Neural Network Planner», el cual ha examinado millones de fragmentos de video recogidos de los coches Tesla para aprender cómo conduciros vosotros, los humanos.
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El cambio radical en la conducción autónoma
- Hasta la fecha, sabíamos que Tesla se apoyaba en un conjunto de parámetros definidos para que su Autopilot funcionase. Delinear carriles, detectar peatones, reconocer semáforos, todo muy sistemático y seguro. Pero ahora la situación varía drásticamente. Actualmente, los coches de Tesla deciden sus movimientos por medio de una misteriosa figura denominada «planificador de red neuronal«. Un ente que, en lugar de seguir medidas predefinidas, aprende como un infante a través de ejercicios y prácticas. Y no estamos hablando de algunos pocos ejemplos. La red extrae conclusiones al analizar el comportamiento de miles de conductores humanos en situaciones similares.
- Este gigante de la informática llamado «Planificador de Red Neuronal» ha adquirido conocimientos a partir de nada menos que más de 10 millones de videos recolectados de los automóviles Tesla alrededor del mundo. Algo similar a Gran Hermano pero en la versión coche autónomo.
- Y llegamos a la parte emocionante (o inquietante, según cómo se vea): Musk decidió personarse para probar este nuevo modelo de conducción autónoma. Sin normas. Sin controles. Cada movimiento y decisión tomada por una inteligencia artificial basada en la simulación del comportamiento humano. Una retransmisión en vivo de 45 minutos con Musk en el asiento del conductor, pero sin la participación humana. ¡Es como Matrix, pero en la cotidianidad!
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La ‘neurona artificial’ y el Neural Network Planner
- El innovador «Neural Network Planner» funciona cual cerebro recién estrenado para los vehículos de Tesla. En vez de guiarse por una serie de directrices fijas, el sistema aprende de millones de ejemplos de conducta humana al volante. Es como si el coche de repente exclamara: «Bien, he observado a los humanos actuar así en esta circunstancia, por lo que yo también lo intentaré». Se trata de este algoritmo el que decide cuál es la trayectoria correcta a tomar, basándose en la experiencia adquirida de nuestras costumbres al conducir.
Y, ¿cómo gana toda esta sabiduría el cerebro artificial? Pues bien, para inicios de 2023, se habían analizado 10 millones de videoclips recogidos desde vehículos Tesla alrededor del planeta. Sí, has leído correctamente, 10 millones. Cada escena, cada decisión adoptada por un conductor humano, todo es ingerido por el insaciable intelecto artificial que Tesla ha ideado. Con cada videoclip, la máquina adquiere mayor comprensión de cómo conducimos los humanos y, así, puede tomar decisiones al volante que parecen cada vez más óptimas y ‘humanas’.
Con la implementación constante de sistemas basados en IA y aprendizaje automático, Tesla se posiciona en la frontera de la exploración de nuevas maneras de concebir la movilidad y el manejo autónomo. Estamos en un tiempo de cambios acelerados, acercándonos cada vez más a un futuro donde los humanos ya no necesitaremos poner las manos sobre el volante. Y, ¿quién sabe qué sorpresas nos aguardan en el camino con esta máquina en constante aprendizaje?
No obstante, no todo es color de rosa. El sistema todavía está en desarrollo. A pesar de las increíbles millas que los coches FSD de Tesla pueden recorrer sin intervención humana, existe aún un margen para mejorar. Pero, como sabemos, nadie dijo que fuera fácil, y Tesla tiene una visión clara del futuro de la movilidad autónoma. Por tanto, abróchense los cinturones, porque esta travesía solo acaba de arrancar.
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La visión de Elon Musk
- Cambia el concepto de conducción autónoma.
- Enfrenta al desafío sin temor.
- Aprecia como el auto conduce de forma autónoma.
- Tu auto te lleva a cualquier destino sin mover un dedo.
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Un futuro completamente autónomo
- ‘Los escollos de la conducción autónoma’
- El porvenir de los vehículos autónomos depende de una combinación de elementos que trascienden el mero desarrollo tecnológico o la eventual superioridad de Elon Musk si se viera en la tesitura de tener que luchar contra Mark Zuckerberg en un ring.
- Uno de estos escollos radica en la necesidad de establecer y adaptar leyes y regulaciones que garanticen una circulación segura, y que faciliten la transición hacia esta novedosa forma de movilidad. Además, debe crearse un marco ético que oriente la toma de decisiones de estos automóviles en situaciones críticas. ¿Cómo enseñar a un coche a tomar la decisión correcta ante un posible accidente?
- Otro reto es la ciberseguridad. ¿Cómo nos defendemos frente a la amenaza de un secuestro remoto de nuestro automóvil? No resulta difícil imaginar a grupos de hackers divirtiéndose a costa de los propietarios de coches autónomos
- A esto se une la necesidad de aceptación social. ¿Realmente estamos dispuestos a entregar todo el control a una máquina?
- Y, finalmente -aunque no por ello menos importante-, la infraestructura necesaria es otro de los retos. Se precisa tanto de estaciones de carga, como de conexiones de datos seguras y constantes para sostener una red de vehículos autónomos.
- No cabe duda, el idílico universo de los coches completamente automáticos aún guarda distancia, pero es un hecho tan inexorable como es el paso del tiempo. Tenemos todas las piezas, sólo nos falta comenzar a ensamblarlas. Es momento de hacer nuestras propias predicciones, pues el futuro autónomo nos aguarda, listo para llevarnos de viaje.
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Conclusión: Un hito en la historia de la tecnología autónoma
Preparad vuestros sentidos porque nos adentramos en un viaje volando sobre la senda tecnológica que Tesla ha desbrozado con su última hazaña. Y digo volando, porque el panorama sobre el que planeamos es el de la conducción autónoma, un mundo mágico que parecía más de fantasía y menos de hecho, hasta que Tesla decidió hacerlo parte de nuestra cotidianidad.
La empresa de Palo Alto, siempre en el blanco de todas las miradas por su rompedora interpretación del sector del automóvil, no satisfecha con la revolución del mercado de los vehículos eléctricos, ha decidido ir un paso más allá y liderar una revolución aún más grande, si es que eso fuera posible: la conducción autónoma. Imaginad un escenario donde los coches se mueven por sí mismos, se anticipan a las situaciones en la carretera, aprenden de ellas y mejoran su comportamiento de conducción, por decirlo de alguna forma. Sí, compañeros, lo que David Hasselhoff realizaba en ‘El Coche Fantástico’, ahora lo realiza Elon Musk con sus Tesla.
«El presente de la conducción autónoma nunca ha lucido mejor. ¿Quién sabe lo que nos reservará el futuro? ¿Acaso un escuadrón de Teslas controlando nuestras calles? ¿Nos preguntaremos alguna vez por qué fuimos los responsables de la conducción? ¿Enfrentaremos a titanes de acero en la lona como en la broma de Musk con Zuckerberg? Solo el tiempo dará las respuestas, pero lo cierto es que la revolución ya ha comenzado. Y, una vez más, Tesla está al mando.»
Se respira la euforia de una transformación en el ambiente. No, no nos referimos a la que nos advertían en Wall Street. Ni tampoco estamos mencionando una nueva secuela de Los Juegos del Hambre. La revolución que os traemos es más ágil, más futurista, más… eléctrica. Así es, lo has deducido. Nos estamos refiriendo a Tesla, el Tesla de Elon Musk, el visionario CEO que algunas veces parece surgir de una pieza literaria distópica.
En uno de los fascinantes y recientes episodios de su historia, Musk nos sorprendió permitiendo que uno de sus Modelos S paseara por Silicon Valley sin la necesidad de intervención humana, y no, no hace parte de una historia adicional de Black Mirror. Resulta ser que Musk y su equipo han estado incorporando una versión optimizada de conducción autosuficiente, conocida como Full Self Driving (FSD), que casi parece extraída de una serie como Westworld.
Esta revolución no solo pretende alterar nuestra visión de la conducción autónoma, sino también nuestra relación con la tecnología y su habilidad para aprender de nuestra conducta. ¿El futuro? Posiblemente un mundo donde los humanos ya no necesiten sujetar el volante y la tecnología FSD de Tesla pueda encargarse en cualquier situación.
No podemos rechazar que estamos frente a un cambio drástico, un desafío tecnológico que representa un reto y a la vez un logro en la historia de la movilidad y la conducción autónoma. Solamente el tiempo dirá si Tesla está liderando la siguiente gran revolución tecnológica o si, por el contrario, estamos en el principio de Skynet. Como se destacó anteriormente en nuestro articulo sobre el impacto de la Inteligencia Artificial en el futuro laboral, el camino hacia la Inteligencia Artificial está lleno de oportunidades y desafíos. ¡Que nos ampare la Providencia!
La transformación tecnológica que Tesla está experimentando actualmente supera cualquier expectativa preconcebida. Cuando Dhaval Shroff, integrante del equipo Autopilot de la empresa, conversó sobre las novedades con Elon Musk, reveló que trabajan en un proyecto que se asemeja a «ChatGPT, aunque aplicado a automóviles«. Desgranemos un poco más este concepto para entender de qué trata.
Comencemos con la ‘neurona artificial’. Se trata de una recreación digital de las neuronas humanas que se emplea para replicar su forma de procesar la información. En este proyecto específicamente, tales ‘neuronas artificiales’ se alimentan con ingentes volúmenes de datos que simulan la manera en que los hombres responden ante diversas situaciones complejas al conducir. Los preceptivos sistemas basados en reglas ya concebidas se antojan obsoletos para los revolucionarios de Tesla, de ahí que surja el «Neural Network Planner«.
Elon Musk, figura icónica del avance y la innovación, vuelve a hacer vibrar al mundo. Con su modelo S recorriendo las carreteras californianas, nos da una lección: el futuro es ahora, se autogobierna y se estructura en complejas Redes Neuronales.
Esto de «ChatGPT para coches» no fue más que un adelanto de la revolucionaria visión de Musk relacionada con la conducción autónoma. Cambiar el concepto de cómo entendemos la conducción autónoma supone un enorme y emocionante desafío que Musk no teme afrontar.
Este enfoque innovador plantea que los autos son como niños en sus primeros años de vida, imitando comportamientos a través de una infinidad de ejemplos y situaciones reales. Se olvida el antiguo sistema basado en reglas, donde era imprescindible identificar peatones, señales de tráfico o marcas de carril. Sorprendentemente ahora, el auto simplemente sabe qué hacer en cada una de las situaciones, como un conductor humano, pero con la eficiencia y precisión de un sistema computerizado.
El resultado no es para tomar a la ligera: fiel a su revolucionario espirito, Musk en su tesla, mientras el vehículo se desenvuelve de manera autónoma, como si tuviese conciencia propia. Pareciera que el coche conociera, como cualquier conductor experimentado, cual ruta tomar. Y si crees que esto suena a ciencia ficción, estás equivocado. Esto es una realidad palpable, en el que tu automóvil te lleva a cualquier destino sin necesidad de mover un dedo.
Quizás esto sea difícil de comprender, pero si algo es cierto es que Musk no teme cambiar las reglas del juego. Si logra tener éxito, este nuevo sistema de FSD no sólo representará un increíble avance tecnológico, sino que también cambiará nuestra forma de movernos, nuestra interacción con los vehículos y, en última instancia, nuestra vida cotidiana.
Al observar a un Musk siendo transportado por la Inteligencia General Artificial en su existente Tesla, no sólo estamos viendo un impresionante viaje autónomo, estamos contemplando el futuro de la movilidad. Un futuro en el que dejamos de preocuparnos por conducir, un futuro en el que el tiempo invertido en la conducción puede ser aprovechado de formas más productivas o, simplemente, para disfrutar del paisaje. En resumen, estamos viendo la visión de Elon Musk convertida en realidad: una auténtica revolución en la movilidad. La tecnología e inteligencia artificial desempeñan un papel crucial en este avance.
La posibilidad de un viaje automático, que nos recuerde a los relatos fantásticos que consume la imaginación, puede parecer lejana para muchos. Pero, ¿no resulta emocionante? Nos encontramos en el umbral de una era donde los desplazamientos serán tan simples como solicitar a nuestro vehículo que nos traslade de un punto a otro, todo ello sin apenas mover un dedo. ¡Vaya! Incluso el entrañable Mateferico, de «Cars», se vería obligado a plantearse su futuro laboral.
Sin embargo, no conviene pecar de optimismo desmedido. Antes de poder dar un adiós definitivo a nuestros queridos volantes, debemos enfrentarnos a una serie de retos que no podemos obviar.
Aquella jornada de abril de 2023, a bordo del Modelo S de Tesla con Elon Musk, marcó un antes y un después en la definición y percepción de la conducción autónoma. Nos encontramos ante un hito indescriptible, donde Tesla lidera el camino hacia lo inesperado. Más allá de tecnologías y protocolos, nos confiamos a una red neuronal con la seguridad de un antiguo mapa acompañando nuestras aventuras primitivas.
La denominación «coche autónomo» adquiere una nueva profundidad. Ya no es simplemente una maquinaria regida por reglas establecidas, donde las cámaras del coche se limitan a reconocer señales y marcas de circulación para actuar conforme a acciones predeterminadas por los ingenieros de Tesla. Ahora, los vehículos de Tesla encapsulan su autonomía en un delicado patrón generado por el entrelazamiento de datos y experiencia acumulada.
La genialidad de este planteamiento radica en romper con las reglas preestablecidas y confiar en una simulación de la conducción basada en millones de interacciones humanas.
Un agradecimiento explícito es merecido para la laboriosa tarea de recolección y análisis de datos desempeñada por el proyecto «Neural Network Planner«. La mera posibilidad de que un vehículo pueda tomar decisiones óptimas en situaciones de conducción resulta sorprendente.
El protagonista, Musk, se ubica casi como un extra al volante de su Tesla, permitiendo a su máquina controlar el recorrido. No solo hablamos de coches autónomos, sino también de viajeros que se adaptan y aprenden de nuestro comportamiento humano en conducción.
Esta revolución levanta innumerables cuestiones, debido a que representa un cambio total en nuestra visión de la movilidad diaria. Pero, ¿no se generan los avances más significativos a partir de los cambios más disruptivos? Independientemente de los desafíos y las dudas que puedan surgir, es evidente que este nuevo paradigma de la conducción autónoma se dirige hacia un futuro en el que los humanos pudieran ser simples pasajeros de nuestros propios inventos inteligentes.
Y así, es el futuro que las redes neuronales de Tesla esbozan: una era de autonomía absoluta, de aprendizaje continuo, donde los vehículos se convierten en nuestros discípulos de metal. Sin duda, estamos ante un momento histórico y un viraje fatal en la evolución de la tecnología autónoma. Tesla redefinió nuestro entendimiento de la conducción. Así que, queridos amigos, abróchense los cinturones, ¡el futuro de la conducción autónoma ya ha llegado!
Fuente de la noticia: https://www.cnbc.com/2023/09/09/ai-for-cars-walter-isaacson-biography-of-elon-musk-excerpt.html