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Introducción al hidrógeno blanco
Imagina un escenario en el que, más allá de poner un freno, podríamos revertir el cambio climático. Aguanta un momento antes de sacar tu capa de superhéroe, no nos referimos a una fantasía de un cómic, sino a ciencia de la buena. Y no, la solución tampoco pasa por adquirir un vehículo eléctrico o instalar paneles solares en la azotea de tu casa (que por cierto, no es una elección equivocada). ¿Crees saber a qué nos referimos? Si pensaste en hidrógeno blanco, vas por buen camino.
Si el término ‘Hidrógeno Blanco‘ te resulta algo desconcertante, queremos arrojar luz sobre el tema. Hablamos simplemente de hidrógeno, el componente más abundante en el universo, producido de manera natural en la corteza terrestre.
Y sí, parece que nuestras añoradas baguettes parisinas no son el único logro de Francia, ya que dos investigadores franceses, Jacques Pironon y Phillipe De Donato, han encontrado el yacimiento más grande conocido de este tipo de hidrógeno.
Incluso el subsuelo francés tiene un toque de glamour superior al nuestro. No hace falta ser Einstein para comprender que el hidrógeno blanco plantea nuevas posibilidades en la batalla contra el cambio climático.
- «Recordarás cuando mencionábamos que no es necesario convertirse en superhéroe para salvar el mundo, es porque hemos identificado un posible aliado en esta lucha: el hidrógeno blanco.»
Su producción es completamente natural y su extracción tiene un coste aproximado de un dólar por kilogramo, una cifra que deja en el suelo al llamado hidrógeno verde, cuyo coste de producción asciende a seis dólares por kilo.
Nuestro planeta aún guarda secretos y sorpresas, y una vez más nos demuestra su capacidad de asombro con la aparición de este nuevo elemento.
Todos somos protagonistas en esta narrativa, y el mensaje es nítido: actúa con rapidez y no pierdas de vista este gas, que tiene mucho que dar en la lucha contra la crisis medioambiental.
Quién lo diría, el caballo blanco del príncipe de los cuentos resulta ser un gas noble. Pero aún no es el momento de sacar la capa del armario, puede que solo necesites un buen impermeable. Si la fortuna nos sonríe, tal vez la lluvia ácida sea un recuerdo del pasado.
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El hidrógeno blanco: Una forma sostenible y económica de energía
La respuesta a la crisis del cambio climático no reside en laboratorios repletos de tecnología sofisticada, sino a nuestros pies, exactamente en la corteza terrestre. No, no estamos bromeando y no estamos buscando una batería oculta, estamos hablando de hidrógeno blanco.
Exacto, escuchaste bien. Olvídate de los experimentos de laboratorio que generan hidrógeno a un coste increíblemente alto. Nos referimos al gas de hidrógeno que el planeta ha estado produciendo desde tiempos prehistóricos.
Interesante, ¿verdad? Pero ahí no acaba todo. El proceso es más complejo que simplemente encender un fuego y esperar a que el hidrógeno surja de la nada. Según expertos como Viacheslav Zgonnik, cuyo nombre suena a protagonista de thriller de espionaje, el hidrógeno blanco es un producto natural de las reacciones geoquímicas que ocurren en la corteza terrestre. En otras palabras, la Tierra ha estado expeliendo hidrógeno blanco desde siempre.
¿Y qué significa todo esto para nosotros y nuestras finanzas? Bueno, las estimaciones conservadoras sugieren que podríamos producir hidrógeno blanco por tan solo 1 dólar por kilogramo. Si lo comparamos con los 6 dólares por kilogramo que cuesta el hidrógeno verde, es evidente que «la diferencia es significativa.»
No somos los únicos que se han percatado de esto. Varias start-ups, con su habilidad innata para localizar oportunidades rentables, ya están en la carrera para explotar el potencial del hidrógeno blanco. La competencia para usar este regalo de la Madre Naturaleza para frenar el cambio climático ya está en marcha, y afortunadamente, como dice Zgonnik: «Tenemos toda la tecnología necesaria, con algunos pequeños ajustes». Una auténtica sentencia de la sabiduría.
En resumen, estas investigaciones avanzadas podrían cambiar el paradigma energético mundial. ¿Quién necesita un laboratorio cuando tenemos un suministro abundante y económico de hidrógeno a nuestros pies? El cambio climático no se combate con soluciones a medias. En realidad, es la Tierra la que tiene la respuesta. ¿Cómo podríamos no cuidarla?</p
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La controversia inicial y aceptación posterior del hidrógeno blanco
Crucemos temporal y espacialmente hasta la cima del monte Escepticismo de algunos años atrás. Observamos una congregación de expertos en energía, acompañados casi exclusivamente por el despreciado hidrógeno blanco y un minúsculo grupo de visionarios.
Estos entendidos ataviados de blanco, perdidos en un mar de números y reglas de química, consideraban al hidrógeno blanco una absurda aventura carente de utilidade prácitica y condenada al fracaso. Para ellos, el hidrógeno verde era la estrella; el blanco, un mal chiste, un delirio de físicos excentricos sin lugar en las afamadas revistas científicas.
El «hidrógeno blanco«, decían con dogmatismo, no tenía existencia alguna. Mientras tanto, el gas contestaba silencioso «aquí me encuentro, no me adviertes, pero aquí estoy».
El motivo de esta inicial negación del hidrógeno blanco señala la incapacidad ocasional de la ciencia para avanzar más allá de sus preceptos más arraigados. Las probabilidades apostaban a que la única forma viable de producir hidrógeno era el verde, obtenido en laboratorios repletos de máquinas ruidosas y luces intermitentes que consumían más energía de la producible en un pequeño país.
Sin embargo, en el corazón de nuestra Madre Tierra, el menospreciado hidrógeno blanco saludaba al mundo, a su modo discreto y callado.
- Jacques Pironon y Phillipe De Donato se interesaron en la producción de hidrógeno y los recursos energéticos naturales.
- Viacheslav Zgonnik es un reconocido experto en geoquímica y ha desarrollado diferentes métodos de producción de hidrógeno.
- Geoffrey Ellis de la US Geological Survey ha realizado importantes aportaciones en la comprensión del hidrógeno verde y el coste de producción de hidrógeno.
La humanidad, siempre susceptible a los cambios, ha empezado a activarse, depositando su confianza en este «nuevo» recurso potencialmente revolucionario en el combate contra el cambio climático. De repente, todas las start-ups de hidrógeno han cambiado su lema: del «hidrógeno verde» al «hidrógeno blanco«, presentándose como posibles salvadores de nuestro ecosistema.
- En plena crisis climática, la tecnología de producción de hidrógeno ha adquirido gran relevancia en la lucha contra el calentamiento global.
- En el verano más caluroso registrado, sin duda como resultado del cambio climático, las start-ups de hidrógeno han experimentado un auge notable, tal como se explicó en nuestro artículo Impacto del crecimiento económico en la economía de EE.UU: Análisis y perspectivas.
Por lo tanto, la historia del hidrógeno blanco es un relato de incredulidad transformada en aceptación, de ignorancia convertida en reconocimiento. Ha cambiado la percepción de la comunidad científica respecto al hidrógeno blanco. Y como reza el dicho, quien ríe último, ríe mejor. Sin duda alguna, el que ahora se está riendo es el hidrógeno blanco.
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Aplicación comercial y futura del hidrógeno blanco
El porvenir parece alentador para el hidrógeno blanco, en particular después de las recientes incursiones comerciales realizadas por varias empresas emergentes ansiosas por adentrarse en este atractivo sector de la «energía limpia». Y es que no es frecuente que el menú energético del planeta nos ofrezca un recurso tan seductor y sostenible por tan solo 1 dólar el kilogramo. Me imagino ya pidiendo en el bar de mi barrio: «Un kilo de hidrógeno blanco, por favor». ¿Quién podría decir que no a una oferta tan suculenta?
- Y hablando de propuestas seductoras, no podemos pasar por alto la atractiva posibilidad de liberar la «producción de hidrógeno» y dar un giro radical a la costosa y no tan ecoamigable alternativa del «hidrógeno verde». ¿Su precio? Prepárate, porque las cifras pueden causar algo de mareo: 6 dólares por kilogramo. Nos encontramos, sin duda, ante una auténtica partida de ajedrez en el tablero energético, aunque sin dragones.
- Optar por el hidrógeno blanco no es solo una cuestión de costos, ¡para nada! Geoffrey Ellis, ese perspicaz geoquímico del US Geological Survey, destacó la importancia de la prontitud en este prometedor y emergente mercado. No estamos jugando a las damas, precisamente, cuanto más rápida sea la implementación de esta tecnología, mayor será la aportación para frenar la «crisis climática». No es un «tal vez más adelante», sino un «ahora mismo, por favor».
- En cuanto a la tecnología: el panorama no podría ser más positivo. No necesitamos la máquina del tiempo de Marty McFly. Ni siquiera algo que se le parezca. Solo precisamos unas leves modificaciones a lo que ya disponemos. Eso, al menos, es lo que sostiene Viacheslav Zgonnik, ese optimista geoquímico que seguramente cada mañana se levanta con la idea de que va a salvar el mundo. Literalmente.
Por tanto, el escenario de futura comercialización del hidrógeno blanco es una realidad más palpable que nunca. Hay start-ups de hidrógeno ocupándose de ello, disponemos de la tecnología de producción de hidrógeno, y los costos son ventajosos, incluso tiene el potencial para superar a sus actuales competidores. ¿Qué más podríamos querer? Ah, sí. No olvidemos que el hidrógeno blanco y nosotros podemos convertirnos en un binomio tan potente como Thelma y Louise, unidos en la lucha contra el cambio climático. ¡Ese sí que es un final de película!
Ten en cuenta que este hidrógeno blanco no solo está cambiando el juego en el sector energético, sino que también podría tener un impacto significativo en otras áreas. Un ejemplo claro son las criptomonedas. Como tratamos en nuestro artículo «Rally de criptomonedas: ¿Demasiado ruido por la espera de un ETF Bitcoin?», la utilización de energía limpia podría transformar la forma en que se minan las criptomonedas, reduciendo su huella de carbono.
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Conclusión
Hidrógeno blanco y una esperanza climática
Finalmente, podemos afirmar que, a pesar del torbellino de noticias alarmantes sobre el clima y las batallas contra el cambio climático, existe un destello de esperanza, y ese destello se materializa en el hidrógeno blanco. Este peculiar científico francés que recorre los rincones más inexplorados de la corteza terrestre nos ha revelado algo que todos ignorábamos. Quizás porque no es tangible, pero caramba, ¡qué repercusión podría tener!
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Este hidrógeno blanco, más barato de producir que su pariente distante, el hidrógeno verde, podría darnos ventaja en la batalla contra el cambio climático. Claro está, su hallazgo no significa que tengamos carta blanca para continuar desenfrenadamente con las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, nos proporciona un recurso extra para revertir esta situación.
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Por su parte, la incubadora de start-ups de hidrógeno ya está bullendo con propuestas para introducir el hidrógeno blanco en el mercado. Además, hay una competición afanosa entre ellas para ser las pioneras en lograrlo. Si hay algo en lo que el tiempo es crucial hoy en día, es para afrontar la crisis climática.
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Este maravilloso gas de hidrógeno natural ha surgido para desmentir a los escépticos y para hacer recapacitar a numerosos expertos que hace apenas cuatro años habrían jurado que no existía. ¡Oh, el beneficioso poder de la ciencia que hace que los sabios se retracten!
Para concluir, recordemos que, aunque se está trabajando a marchas forzadas, ya contamos con todas las cartas necesarias para este juego contra el reloj climático. Nuestra tarea ahora es desempeñarlas bien, y quizás con algo de suerte, este evasivo hidrógeno blanco pueda inclinar la batalla a nuestro favor.
- Por lo tanto, aunque en ocasiones el horizonte pueda parecer sombrío, recordemos siempre que incluso en los rincones más recónditos de nuestro planeta, pueden existir soluciones para los problemas que parecen más insuperables. Y para eso están los científicos, para descubrirlos y exponerlos. Tal vez haya tardado un poco, pero la solución siempre ha estado aquí, guardada en la madre naturaleza misma.
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Descubrimiento del hidrógeno blanco: la clave para combatir el cambio climático
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