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Introducción
- Vamos a ver, uno no necesita ser un vidente para darse cuenta de que las tasas hipotecarias están esquivando las miradas. Se desplomaron del 7.37% al 7.08% más rápido de lo que canta un gallo. Y aunque esto signifique una ligera disminución tasas hipotecarias, es imposible pasar por alto el gran desconcierto que esto ha causado en los rendimientos de los bonos a 10 años.
- A pesar de un aumento, las tasas sólo subieron un 0.01% hasta el 7.08%. ¿Es este el límite para el 2023? Quizás existen más probabilidades de predecir el clima en medio del Sahara.
- Bueno, déjenme mostrarles mi bola de cristal. Mis previsiones para el 2023 barajan un rango del 4.25% al 3.21% para el rendimiento a 10 años. Si se confirman las predicciones, las tasas estarán entre el 5.75% y 7.25%. Sin embargo, hay un detalle, un giro dramático que revolvió la taza de café en 2023. Aquel 9 de febrero, cuando el sector bancario decidió agitar su terreno, desencadenó un acentuamiento de las diferencias y propulsó las tasas hipotecarias, llevándolas a jugar en las grandes ligas de la norma.
- Pasemos a otro aspecto, porque tras una semana de trabajo, el mercado laboral ha cambiado. Parece que hemos relajado los puños en lugar de apretarlos, y la situación se ha distendido más que un jubilado tomando el sol en Benidorm. El inevitable pago de deudas de los préstamos estudiantiles va a impactar la economía, y la morosidad de las tarjetas de crédito se yergue como una montaña. Parece que ya no contamos con estrellas pop ni figuras de acción para impulsar el PIB, por lo que la economía se está contrayendo más deprisa que un suéter al sol.
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Tasas hipotecarias y rendimientos a 10 años
- Debemos hacer un alto en el camino para pronosticar lo que nos depara el 2023. En mi papel de Nostradamus, auguro que el rendimiento a 10 años se moverá entre el 4,25%-3,21%. Esto implicaría que las tasas hipotecarias apunten a un rango entre 5,75% y el 7,25%. Consecuencia del estallido de la crisis bancaria el pasado 9 de febrero, las finanzas pareciesen ir hacia arriba, arrastrando a las hipotecas en su vuelo.
- A pesar de ello, no todo fue revuelo y confusión. Tras la vorágine laboral, el mercado laboral, antes agotadoramente exigente, ha tenido un respiro. «No es oro todo lo que reluce«, dice el refranero español. La economía muestra signos de desgaste, nada sutiles. El mercado laboral, mucho más relajado ahora, no ha pasado por alto esta situación.
- Cierto es que la semana pasada tuvo sus momentos de sobresalto, especialmente al ver los números de los listados recién publicados. Para aquellos que aún no reparan en ello, nos encontramos ante las tasas hipotecarias más elevadas en las últimas 23 décadas. No cabe desestimar tales cifras, pero tampoco hay que otorgarles mayor importancia si se tratan de datos semanales.
- Por ahora, mi mirada sigue atenta a los efectos que producen la subida de los precios del petróleo, el apretón crediticio para inquilinos, y la reciente obligatoriedad de los pagos de la deuda de préstamos estudiantiles. Mientras estas variables regresan a la arena de juego, hay que mantener el foco en el rendimiento a 10 años y las tasas hipotecarias. Observando desde arriba, al igual que vosotros, trato de descifrar cuáles serán los nuevos desafíos que nos presente la economía en el entrante 2023.
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Implicaciones en el mercado laboral
- Uno podría preguntarse, ¿qué relevancia tienen las deudas estudiantiles en una disertación financiera? Y bien, su importancia radica en el impacto significativo que estos préstamos pueden tener sobre el consumo y, en consecuencia, sobre la economía. Pasar por alto la recuperación de los pagos de la deuda universitaria, este ‘pequeño detalle’, es sencillamente inadmisible. Este elemento influirá en el curso de la economía y, sin duda, afectará el clima laboral.
- Al mismo tiempo, estamos presenciando un alza preocupante en el número de incumplimientos en los pagos de las tarjetas de crédito. He de aclarar que nada tiene que ver Taylor Swift ni Barbie en este asunto, simplemente me encuentro hastiado de que siempre sean las señaladas. En realidad, nos estamos encarando a un peor escenario crediticio para los consumidores, algo que, lógicamente, repercute sobre la economía y, de nuevo, sobre el mercado laboral.
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Situación del sector inmobiliario
- Terminamos la semana con una ligera variación en el inventario, que aumentó de 503,159 a 508,813.
- Para conseguir una perspectiva más amplia, si lo comparamos con la misma semana de 2015, donde los listados activos eran de 1,205,000, el contraste es tan abismal como comparar un libro antiguo con un libro electrónico.
- Por otro lado, las solicitudes de compra vieron un incremento del 2% semana a semana.
- Este 2023 ha sido una montaña rusa, más inquietante que el último minuto del tiempo de descuento en una final de fútbol, con 15 impresiones al alza y ¡17 rebajas! Una semana plana, como un partido de ajedrez que quedó en tablas.
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Perspectivas para la próxima semana
- La rentabilidad de los bonos a 10 años sigue siendo la espada de Damocles que nos acecha. Su movimiento, oscilando desde el 4.25% hasta el 3.21%, sugiere que nuestras tasas hipotecarias también seguirán este ritmo, fluctuando entre el 5.75% y el 7.25%. No podemos olvidar el amargo recuerdo del estallido de la crisis bancaria el pasado 9 de febrero, con las tasas hipotecarias disparándose más allá de lo habitual.
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Pero dirijamos nuestra mirada al futuro: el mercado laboral que alguna vez estuvo «tan ajustado como el jean de Taylor Swift» ya no parece estar tan tirante. ¿Será que las pinceladas de Barbie han cancelado el impulso a nuestro PIB? O quizás, como un ladrón en la noche, la economía ha venido desacelerando hasta aflojar el mercado laboral. A esto se suma, para darle un toque extra, un incremento en los impagos tarjetas de crédito y el reto de los pagos de deudas estudiantiles amenazando con remarcar más aun la línea de la crisis en la economía.
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En medio de este laberinto financiero, déjenme explicar el navegante canto del precio del petróleo. Como el Ave Fénix, parece querer resurgir de sus cenizas, buscando alcanzar nuevos horizontes. ¿Estaremos acaso en el preludio de un nuevo episodio de «La guerra de las galaxias» pero en su versión petrolera?
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Para concluir, amigos míos, solo podemos permanecer atentos a las noticias, mantenernos bien informados y, con un poco de suerte, seguir adelante. La economía no ofrece garantías, pero con una información de calidad y un poco de audacia, podríamos conseguir sortear las tormentosas olas que se avecinan desde el horizonte. ¡Estamos a la espera de la próxima entrega de perspectivas financieras!
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Conclusión
- Los sobresaltos en el mercado laboral dejan huella en la economía. Si bien hemos perdido a pesos pesados como Taylor Swift o Barbie que motorizaban el PIB, es cierto que el próximo desembolso de las deudas de los préstamos estudiantiles y el incremento acusado de las moras en tarjetas de crédito, empiezan a generar un impacto considerable. Indudablemente, el panorama en los meses venideros augura más subidas y bajadas que la final de partido de la Champions
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En otro orden de cosas, si bien la semana pasada tuve un amargo trago con la descenso en los nuevos listados, ahora percibo alivio tras observar una recuperación en estos indicadores. No debemos obviar que, aunque a veces lo parecemos olvidar, los números, si bien objetivos, también pueden darnos algún que otro susto.
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Seguiremos al tanto de la evolución del inventario semanal y los datos de las solicitudes de compra en las semanas entrantes. Con un escrutinio constante en el mercado de bonos y las tasas hipotecarias, y añadiendo a la ecuación el repunte en los precios del petróleo y la tensión crediticia, necesitamos mantenernos alerta para no perdernos ni un solo detalle.
Comenzamos una nueva semana con el cofre del misterio abierto. La última nos dejó cargados de inseguridades e interrogantes, tras un torbellino de datos laborales que dejaron a la Reserva Federal danzando con la más difícil.
Entre tasas hipotecarias y el mercado laboral, parece que tenemos incluso más interrogantes que el Big Ben al filo de la medianoche.
¿Recuerdan aquellos días en los que las nuevas listas crecían como flores en primavera? Bueno, parece que esa tendencia se ha marchado de vacaciones, ya que la semana pasada los datos cayeron de manera alarmante. Sin embargo, hay que evitar caer en el dramatismo, estas fluctuaciones pueden ser tan comunes como las lluvias en Londres.
Incluso en medio de este panorama, las cifras una vez más demuestran su versatilidad. Mientras las listas activas apenas aumentaron, sorprendentemente, las solicitudes de compra decidieron animarse un poco y subieron un 2% semana tras semana. Eso es un verdadero acto de equilibrismo.
Hagamos una pausa para ver el partido desde las gradas. Tenemos un mercado fluctuante, tasas hipotecarias que más bien parecen montañas rusas y un mercado laboral que parece haber encontrado la paz interior. Todo un cóctel de datos y cifras detrás del escenario. Pero, ¿quién dijo que eso da miedo? Veamos qué pasa. Mantengamos la calma y manejemos las noticias con cabeza. ¿Correcto?
Sobre las predicciones de futuro, no desesperéis. En la economía, al igual que en la vida, lo único constante es el cambio. Así que, mejor que ajustéis vuestros cinturones, porque las turbulencias están garantizadas. Si antes caminábamos sobre un campo de minas, ahora nos enfrentamos a un tablero de ajedrez. Pero, señoras y señores, si hay algo que he aprendido en todos mis años en el mundo financiero es que el que se atreve gana. Así que adelante, atreveos, pero con inteligencia.
«El que se atreve gana. Así que adelante, atreveos, pero con inteligencia.»
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En los pasados siete días, el mundo financiero ha generado una marea de contenidos. Tan grande ha sido el revuelo, que hasta el tan prestigioso ente de la Reserva Federal se ha visto en la necesidad de intervenir. Las hipotecas, sin duda, han sido las estrellas de este acto, con su voltátil comportamiento pasando del 7,37% al 7,08%. No te angusties, seguiremos presenciando este espectáculo en 2023, pero primero, narrémonos todo lo acontecido.
El apreciado puppeteer del teatro financiero, el rendimiento de los bonos a 10 años, ha exhibido un entretenido despliegue. Unas tasas hipotecarias que debatían si seguir con su alza o permanecer estáticas, optaron por esta última opción, aunque por poco. Un insignificante 0,01% hizo colocar a dichas tasas en el borde del abismo, descendiendo al 7,08% en el punto más crítico. Qué intriga.
Durante los días del 25 de agosto al 1 de septiembre, el inventario experimentó un aumento de 503,159 a 508,813. El valor más bajo para 2022 se situó en 240,194 y el pico para 2023, hasta ahora, se encuentra en 508,813. Para contextualizar un poco el dato, los listados activos para la misma semana en 2015 eran de 1,205,000.
Lo interesante de todo esto es el incremento de las solicitudes de compra, un saludable 2% semanal. Con esta progresión, podremos cerrar el año con un balance de quince avances positivos, diecisiete retrocesos y una semana en equilibrio perfecto con la monotonía.
Ante las previsiones económicas que se dibujan para el año 2023, es injustificable obviar las consecuencias que este panorama puede ocasionar en el ámbito laboral. Con más datos e información en nuestras manos, el entorno laboral se reviste de una diversidad de colores y patrones más intrincados.
Definamos la situación actual: El visillo de tensión que pendía sobre el escenario laboral hace algunos meses ha sido levantado. Habitamos en una era de distensión que dista mucho de lo que conocíamos. Pero guardémonos de creer que todo es calma. Persisten un par de adversidades de nuestro pasado reciente que pueden perturbar esta aparente paz: las deudas de estudios superiores y el creciente incumplimiento en los pagos de tarjetas de crédito.
Estas dos situaciones inyectarán una dosis extra de tensión a una economía que ya lidia con sus propios vaivenes. En la medida en que el consumo se retrae y los incumplimientos de los pagos aumentan, las empresas sufrirán las consecuencias, lo que puede dar lugar a recortes de personal, paralización de nuevas contrataciones y, en resumen, un funcionamiento laboral menos enérgico.
Resumiendo, la economía está pasando por una contracción bastante notable como para que el entorno laboral se perciba más lento y menos movido. Hemos dejado atrás los días de ajuste constante, nos encaminamos a un período más apacible pero, como bien diría mi abuela, «no hay mal que por bien no venga«.
Recordemos, no obstante, que estas son solamente previsiones y análisis. Las circunstancias pueden variar, y a menudo lo hacen a mayor velocidad de lo que podemos prever cuando se trata de temas monetarios. Así pues, me aposento en mi sillón, analizando con meticulosidad los movimientos financieros, listo para prever cualquier giro que el futuro pueda traernos. Hasta la próxima, camaradas de la economía.
Es cierto, este año nos hemos enfrentado a una marejada de noticias no tan alentadoras y las tendencias se han mantenido en niveles mínimos desde hace más de 12 meses. Es como si estuviéramos atascados en un atasco interminable en pleno centro de la ciudad. Pero, como en todo trayecto, siempre hay una salida a la vista. Aunque todavía es prematuro hablar de un cambio radical y optimista en los listados, podríamos ver en un futuro no muy lejano unos datos más estables o incluso positivos.
En conclusión, seguir los movimientos del mercado inmobiliario es como seguir el avance de un libro apasionante: nunca se sabe qué giros nos depara el próximo capítulo. Pero siempre es recomendable prestar atención al rendimiento a 10 años y también, claro está, a la evolución de las tasas hipotecarias. Recuerda, las fluctuaciones en los precios del petróleo son la nueva partida de ajedrez a seguir, y la reanudación de los pagos de deudas de préstamos estudiantiles podría introducir un nuevo factor en el escenario económico. Mantén tus oídos y ojos bien despiertos y afina la percepción, porque la próxima jugada la haremos juntos.
Comenzamos una nueva semana, observando a través del cristal de la esfera financiera global, plena de expectativas y giros agudos. Las próximas jornadas en nuestra montaña rusa de finanzas parecen estar marcadas por factores clave: el rendimiento de los bonos y las tasas hipotecarias, el fluctuante precio del crudo, y las persistentes y hoy más que nunca espinosas, tensiones crediticias que podrían surgir ante el desafío de afrontar nuevamente los pagos de los préstamos estudiantiles.
En definitiva, tras una semana de alboroto en la Reserva Federal, parecemos montar en una montaña rusa hipotecaria. No cabe duda, el futuro se muestra incierto y la cuestión que todos se hacen es si hemos alcanzado el máximo en las tasas hipotecarias para 2023. Hemos apreciado modificaciones relevantes en el rendimiento a 10 años y en las mencionadas tasas. Aunque no cuento con poderes de adivinación ni una esfera mágica, mi prospectiva es que nos situaremos en una horquilla entre el 5.75% y el 7.25%.
Para resumir, nos encontramos ante momentos de inseguridad y cambios, donde la información y el análisis de los datos será clave. Así que, querido lector, si algo nos ha revelado este agitado 2023, es que más vale mantenerse alerta e instruido para surcar cualquier tormenta económica. Te animo a seguir nutriéndote e informándote con nosotros en ficoach.pro. Ten en mente que, cuantos más conocimientos amases, más preparado estarás para afrontar cualquier situación financiera. Y ahora, ¿quién dijo miedo?
Fuente de la noticia: https://www.housingwire.com/articles/did-we-reach-the-peak-for-mortgage-rates-this-year/