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Introducción
- Para muchos, tal escenario sería la oportunidad perfecta para que las energías renovables entraran en acción; sin embargo, ¡oh, sorpresa!, no ha sido así. Estas energías, por su falta de consistencia y en fase de «crecimiento», no son todavía la solución. La triste realidad es que con un déficit de 73 gigavatios disponibles a finales de agosto y una demanda energética alcanzando cotas nunca vistas, era necesario un plan B.
- Entre bastidores, los campos precisan más agua, los sistemas de aire acondicionado exigen más potencia debido a la subida de las temperaturas. No es exagerado decir que existe un récord de demanda en todos los frentes. Y en este punto, resurge la opción descartada: el carbón. Este recurso, cuyo uso hemos intentado reducir gradualmente, vuelve al foco, no por deseo, sino por obligación.
- Así pues, la India ha optado por recurrir de nuevo a su fiel y antiguo recurso para cubrir esta demanda. Eso sí, el gobierno indio justifica este incremento en el uso del carbón argumentando que sus emisiones per cápita son inferiores a las de la mayoría de naciones industrializadas. Ha señalado también que las plantas de energía han reducido las importaciones de carbón en un 24 % gracias al aumento del 10.7 % en la producción estatal de Coal India.
- Sabemos que esta situación dista de ser la ideal para los defensores de las energías limpias y, en especial, para quienes sueñan con un mundo libre de carbón. Pero las reglas del juego adquieren un cariz más serio cuando se trata de una nación con unas necesidades energéticas tan acuciantes. ¡Ah!, cabe recordar que, aun así, la India mantiene sus planes de aumentar su capacidad de energía no fósil hasta los 500 gigavatios para 2030. ¿Pensáis que lo logrará? Como siempre, el reloj juega a su favor. Si te interesa más sobre la economía en Asia, puedes leer nuestro artículo sobre cómo el declive de la economía China y su impacto global
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Demanda eléctrica en alza en India
- Incremento de uso de carbón en India
- Producción de energía en India
- Demanda energética récord en India debido a la sequía
- Escasez de precipitaciones en India aumenta consumo energético
- Incremento en producción de energía renovable en India a pesar de las dificultades
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La dependencia del carbón
- Pero tras este insólito retorno del carbón, existen argumentos sólidos. Los periodos de monzón suelen proporcionar suficiente electricidad a través de la energía hidroeléctrica, pero este año ha sido particularmente seco, disparando la generación de electricidad hasta 162,7 billones de kilovatios hora. Y cuando la energía hidroeléctrica sólo aportó el 14,8% del total, en comparación con el 18,1% del año pasado, el carbón se erigió en el rescatador de la demanda energética de India.
- La argumentación de India para justificar el uso del carbón, aduciendo emisiones per cápita menores que en los países más ricos, suena a una pequeña trampa que se espera pase desapercibida en el bullicioso hogar de la energía mundial.
- En un giro irónico quizás, el incremento en la demanda de carbón para producir electricidad ha provocado que las centrales eléctricas indias hayan reducido las importaciones de carbón en un 24%, gracias a un aumento del 10,7% en la producción de la empresa estatal Coal India.
- La demanda de energía sigue en alza y muchos apuntan a los agricultores que consumen demasiada electricidad para irrigar los campos debido a las sequías, junto con el uso de energía para la refrigeración debido a las temperaturas más altas de lo normal. Se llegó incluso a un récord de demanda energética de 243,9 gigavatios el 31 de agosto.
- Aunque India tiene planes de incrementar su capacidad de energías renovables, estos todavía no se han materializado y, mientras tanto, la oscura presencia del carbón parece acercarse cada vez más. No obstante, hay esperanza con las promesas de lluvia en septiembre, que podrían aliviar las tensiones eléctricas y la dependencia del carbón.
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El desafío de las energías renovables
- «Resulta irónico que en pleno mes de agosto, donde las temperaturas deberían darnos una tregua, India se ve obligada a tirar de la mina para alimentar sus centrales eléctricas. Parecería que el monzón ha pulsado el botón de repetición en su alarma y se ha quedado en brazos de Morfeo, dejándonos la que ya se considera la sequía más severa desde hace un siglo.»
- «Nos referimos a un porcentaje del 14,8% en producción hidroeléctrica, un número que el curso anterior habría alcanzado el 18,1%.»
- «A esto se suma un consumo energético que parece más de novela que de la vida real, con un pico de 162,7 billones de kilovatios hora, convirtiendo el ideal de las energías limpias en casi un sueño utópico.»
- «Inciden además en que la creación de energía verde sigue en alza, aunque semeja una melodía desajustada frente a la demanda que hoy se experimenta.»
- «En esta música de sordos, las plantas eléctricas han logrado reducir sus importaciones de carbón en un 24% gracias a un aumento de la producción interna.»
- «Este vaivén de cifras ha desembocado en una disminución en los precios globales del carbón térmico, hecho que puede haber alegrado a los financieros pero seguramente ha disgustado al medio ambiente.»
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Conclusión
A veces, uno se ve empujado a nadar en contra de la corriente. Y por «uno», nos referimos a una nación entera. A pesar de nuestras esperanzas puestas en la energía renovable y nuestro sueño de un futuro verde, la realidad energética de la India ha puesto el país en una encrucijada complicada. Es como si la naturaleza, ese monzón anual tan vital, hubiera decidido tomarse un año sabático y dejara el país a la espera. ¿El resultado? El verano más árido en más de un siglo y una demanda de energía que está desbordando las previsiones.
El año en curso está lejos de ser común y la India lo está viviendo en sus costados más duros. Nos encontramos en agosto y, contrariamente a lo habitual, la región se enfrenta a una sequía que no se veía desde hace más de cien años. La escasez de lluvia, el elemento esencial de la temporada de monzones, ha llevado a un inusitado incremento de las temperaturas y, consecuentemente, de la demanda energética.
Hablemos en cifras concretas. El consumo de electricidad ha alcanzado un histórico 162,7 teravatios hora. Sí, el calor extremo intensifica la utilización del aire acondicionado, pero hay otro factor a tener en cuenta: la sequía. En las llanuras agrícolas de la India, la ausencia de precipitaciones ha forzado a los agricultores a movilizarse, a recurrir al plan de contingencia y a aumentar su consumo de energía para irrigar sus terrenos. Encontramos aquí cierta ironía, ya que la esperada agua de los monzones no se ha dejado caer, y los granjeros deben recurrir a la electricidad para garantizar la necesaria hidratación de sus parcelas.
Este notorio salto en la demanda deja en evidencia una dura realidad: nuestras alternativas renovables todavía no son lo suficientemente eficientes para abastecer a una India agostada y sedienta. Aun cuando los planteamientos ecológicos aparecen como la respuesta a nuestros males, la realidad es que «estas soluciones aún no han alcanzado la adaptación y eficiencia necesarias para solventar situaciones extraordinarias como la actual». Parece que con habersela jugado a la carta del reciclaje y el apagado de luces no es suficiente.
Incluso los detalles más minúsculos cobran una importancia vital en momentos de crisis. Pensemos en la refrigeración. En una nación habituada a la canícula, un leve aumento en el termómetro puede suponer un sufrimiento extra. Con las olas de calor imperantes en la India este año, el consumo energético aumenta aún más.
Todo ello culminó con una demanda energética máxima el pasado 31 de agosto, llegando a los 243,9 gigavatios y superando la capacidad disponible por 73 más. No sería de extrañar que los altos cargos del sector eléctrico hayan tenido que buscar remedios para la tensión, mientras rezan por la lluvia pronosticada en septiembre. A pesar de todo, India persiste en su uso del carbón y prosigue, aunque a ritmo paulatino, con su producción de energía renovable. Una vez más, la paciencia se convierte en la guía hacia la solución.
En un giro inesperado, India ha decidido apostar por la energía de carbón para alimentar su mecanismo de desarrollo. Esta demanda de energía sin precedentes resulta contraria a la corriente mundial que favorece las energías renovables. Es como si, en la fiesta de la moda del año, invitáramos a un pariente mayor algo descortés que todavía viste con moda ochentera. El carbón, ese antiguo aliado de la energía, ha sido invitado de nuevo al festejo, amigos.
Menos importaciones de carbón
Pero no te entusiasmes en exceso con la reducción de las importaciones de carbón. Pese a que la disminución de las importaciones es un hecho relevante y una buena noticia para la economía india, hay que tener en cuenta un detalle. No es que India esté renegando del carbón. Todo lo contrario. Simplemente han optado por explotar sus propios yacimientos en lugar de depender del carbón extranjero.
En conclusión, aunque la situación exija momentáneamente su uso, el carbón sigue siendo el invitado no deseado de siempre en la fiesta. Al fin y al cabo, solo se le invita por tener coche.
En el desfase humorístico de la realidad, la cruzada de India por las energías renovables es una de sus mayores paradojas. Pese a apostar por unos objetivos de altura, encaminados a soluciones más ecológicas, la línea del destino parece emperrada en una risa burlona. Todo se centra en el pilar más básico: la energía eléctrica.
El gobierno opta por la política del balón fuera, señalando al carbón y respaldándose en unas emisiones de carbono per cápita inferiores a las de las naciones más acaudaladas.
¿Y qué papel desempeñamos nosotros, los seres humanos, en esta historia? «Pues bien, la escalada en el consumo eléctrico tiene un villano definido: las fluctuaciones del clima que obligan a los agricultores a recurrir en mayor medida a la electricidad para irrigar los campos, a lo que se suma la creciente necesidad de refrigeración frente a un calor que parece adquirir personalidad propia.»
Objetivos ambiciosos y una realidad testaruda, así se presenta la era dorada de las renovables. India planeaba instalar 175 GW de energía verde para 2022, pero parece que las circunstancias decidieron jugar a la contra. «No obstante, el gigante asiático sigue adelante y ya ha marcado su próxima meta: elevar su capacidad no fósil a 500 GW para 2030, desafiando así a la pícara fortuna.»
Esto implicaría incrementar más de 43 GW la potencia de fuentes no contaminantes cada año, casi el triple de lo conseguido en los dos años pasados hasta julio. «Ciertamente, una auténtica misión de titanes.»
Porque, pese a las adversidades del clima, la alta demanda y las estadísticas en contra, India continúa soñando con un futuro más verde y en la importancia crucial de las energías renovables. «Un nuevo episodio en esta tragicomedia de la busca de un futuro sustentable.» Realmente, para la próxima entrega, confiemos en que el monzón recuerde activar correctamente su alarma. Por otro lado, en otras regiones del mundo la situación energética presenta sus propios retos.
Analizando los datos a nuestro alcance, no se puede evitar percibir cierta ironía en la compleja realidad energética de India. Mientras el mundo entero avanza hacia la sostenibilidad y la transición hacia energías limpias, India vuelve a danzar en los brazos de su antigua y contaminante amante: el carbón.
Pero tampoco podemos juzgar todo al primer vistazo. El escenario que India enfrenta es intrincado: una deseo energético que alcanza cifras record por un lado, y la urgente necesidad de optar por fuentes de energía más sostenibles por el otro. Se semeja a una danza equilibrista en una fina cuerda tensada.
You must maintain your focus and balance despite the wind gusts. In this case, unfortunately, the precipitaciones en septiembre has swirled them away from their usual hydropower sources.
Reiniciando su viejo romance con el carbón no parece ser el paso más inteligente en términos medioambientales. Y aquí es donde reside la ironía de la situación: importaciones de carbón decreciendo, producción de Coal India en alza y, por ende, una reducción en los precios a nivel mundial. En términos económicos, una victoria pírrica.
Pero a pesar de su torpe inicio con las energías renovables, India parece decidida a retomar el ritmo, incluso después del tropiezo. Sus ambiciosos planes de lograr una capacidad energética no fósil de 500 GW para 2030, parecen indicar que está lista para corregir su paso en falso con un impresionante salto adelante.
El camino a seguir para equilibrar la balanza energética india es ciertamente arduo. El tic-tac del reloj del cambio climático avanza inexorablemente. Pero siempre hay espacio para el optimismo y creemos que, como en toda buena danza, existen momentos para cambiar de ritmo y corregir el paso. Y deseamos fervientemente que, en este tango con el carbón, India decida virar pronto hacia la senda de la sostenibilidad.
Fuente de la noticia: https://www.reuters.com/business/energy/india-steps-up-coal-use-stop-outages-triggered-by-unusually-dry-weather-2023-09-03/